Achille Varzi en Rafaela
El Club Atlético de Rafaela cuenta en su historia:
Gran Premio Internacional (1947)
Cuando la guerra terminó, gran parte del territorio europeo había quedado devastado, muchas de las grandes fábricas de automóviles habían sido víctimas de los bombardeos y su recuperación era lenta y dificultosa. Los pilotos que no habían perdido la vida en el frente de batalla se acercaron a las fábricas que aún estaban en pie y ofrecieron sus servicios. En 1946 todos recibieron con mucho interés los rumores sobre la realización de una serie de carreras de autos de Grand Prix en la República Argentina.
El Automóvil Club Argentino planificó una serie de pruebas con la idea de ofrecer nuevos horizontes a los grandes bólidos del viejo continente y también a la industria automotriz. América del Sur, con la temporada Argentina, abría sus puertas con dos carreras en Buenos Aires, una en Rosario y además se estableció con las autoridades del Club Atlético de Rafaela hacer correr una cuarta prueba en un circuito urbano en plena ciudad.
Llegaron los ases Varzi, Villoresi y Raph. El primero con su Alfa Romeo 308; el segundo con su Maserati y los hermanos Oscar y Alfredo Gálvez con Alfa Romeo. En las pruebas de clasificación el mejor tiempo lo logró Oscar Alfredo Gálvez girando a 1m15s2d, a un promedio de 102,530 km/h, seguido por Pesatti, Varzi y Bizio.
Todas las condiciones estaban dadas para que la presencia de argentinos y extranjeros en el escenario callejero rafaelino convoque a una verdadera multitud, pero una inoportuna lluvia a partir de la noche del sábado 15 y que se prolongó por espacio de varias horas, impulsó a los dirigentes a confirmar la suspensión de la carrera.
Recién el sábado 29 de marzo de 1947 volvieron a rugir los motores en pleno centro de Rafaela. Varzi, Villoresi y Raph, tres extranjeros que después fueron primeros pilotos de la futura Fórmula Uno, luego de la suspensión por la lluvia, lamentablemente, no pudieron volver a competir en Rafaela.
Otra información dice que los autos de los pilotos extranjeros estaban alojados en los galpones de la entonces firma Sabena Berta, vendedores de semillas, ubicada en Bv. Santa Fe 850.