Scuderia Achille Varzi
Fue un equipo argentino de Fórmula 1 que participó en tres carreras en la temporada 1950.
El equipo tenía su base en Italia y llevó el nombre de Achile Varzi, recientemente fallecido (en 1948) porque había colaborado para que Juan Manuel Fangio diera sus primeros pasos en el automovilismo internacional. El mecánico personal de Varzi, Amedeo Bignami, colaboró en el monoplaza del equipo.
Compitió con monoplazas de Maserati, que eran amarillos y azules.
Todo empezó cuando Perón, consciente de la importancia que tenía el automovilismo como instrumento de difusión de la "Nueva Argentina", encomendó al Automóvil Club Argentino los contactos para organizar una Temporada con los llamados autos especiales o de Grand Prix y con la presencia de sus ases más famosos. Argentina se convirtió así en un destino más que atractivo para los pilotos y equipos europeos, en especial los italianos, ya que el ACA ofrecía buenas primas de partida (entre 500 y 1.000 dólares por corredor y por auto, óptima plata), dos meses de vacaciones en un país en pleno florecimiento y la oportunidad de vender o alquilar a pilotos locales los autos, los motores y hasta los cascos y las antiparras. Además, las escuderías participantes se comprometían a ceder uno de sus autos a un argentino
elegido por el ACA.
La idea tuvo rápido suceso. Llegaron Varzi, con un Alfa Romeo 308, y Luigi Villoresi, con una Maserati 1.500 cc., más algunos otros italianos de menor fama. En Retiro la prueba inicial fue un duelo personal entre Varzi y Villoresi, ganado por el segundo. Hubo varias otras de "soporte", reservadas a monopostos de la Mecánica Nacional, y Fangio en la segunda (el Gran Premio Ciudad de Buenos Aires) sorprendió con un tercer puesto guiando la "Negrita", un Ford T con motor Chevrolet preparado por su hermano Toto en Balcarce. Dos semanas después se confirmó en Rosario llegando sexto en la prueba de Fórmula Libre que ganó Varzi. El doble debut había sido todo un éxito. Fangio se había hecho ver. Había logrado su objetivo.
En 1948 a Buenos Aires volvieron Aquiles y Gigi, ahora con Giuseppe Farina y el francés Jean Pierre Wimille, que poco después se mataría en el nuevo trazado de los bosques de Palermo.
Varzi estaba entusiasmado con la Argentina, con su gente, con su clima, con el nuevo circuito de Palermo, y más aún, con la posibilidad de correr en Mar del Plata, lo que significaba una semana de ocio absoluto a orillas del Océano, casino incluido.