Se conmemora este viernes 17 de mayo en Argentina el día del horticultor, pieza clave en la producción y abastecimiento de frutas y verduras para toda la región, aunque en realidad, en Santa Fe ellos lo celebran cada 15 de septiembre, día de la fundación de la Sociedad de Quinteros.

"La nuestra es una actividad de todos los días, donde siempre estemos sembrando, cosechando o vendiendo, con los altibajos del país", le dice el Ing. Agr. Juan Carlos Favaro a El Litoral. Ya retirado de la docencia, Favaro sigue de forma activa, aferrado a ese legado familiar desde el norte de la ciudad.

En cuanto al escenario, admite las principales complicaciones. "Hemos tenido una suba importante de los costos (combustible e insumos), pero también está habiendo un reacomodamiento de los precios, así que "estamos mejor climáticamente, pasamos un verano malo, pero ya en esta época la producción se acomodó".

A esta altura del año, el cordón verde está a pleno con la producción de verdura de hoja: lechuga, acelga, repollo, y crucíferas (brócoli y coliflor). "En realidad es un número grande de cultivos, porque en la zona se hacen unos 20 tipos de hortalizas, y estamos en pre campaña de los cultivos de primavera sensibles a helada, como el zapallito, el tomate o la berenjena, para lo cual ya empezamos a hacer los plantines en el mes de junio, para trasplantarlos una vez que pase el frío y cosecharlos en primavera".

Para el lado del tomate

Consultado respecto de la súbita disparada del precio del tomate, reconoció que "es un clásico de todos los inviernos en Argentina, ya que la producción del tomate está muy reducida a lo que es el norte (Salta y Corrientes en invernadero). Entonces, la superficie de siembra es baja, y se trata de un cultivo de climas cálidos, por lo que el frío sufre y causa una merma en la producción. Hay poca oferta y la demanda se mantiene, por lo que los precios aumentan".

Amenazas y oportunidades

Además, Favaro admite el gran desequilibrio entre los costos y la capacidad de consumo de la gente, que está muy mermada. "El número de productores no ha caído, pero se ha transformado el perfil. Son unos 250 productores, pero mayormente bolivianos, y ya no descendientes de inmigrantes europeos. Y ha cambiado el tipo de cultivo, ya que los cultivos de alto valor como le tomate o el zapallito le han ido dando paso a cultivos con menos valor como las hortalizas de hoja, por lo que la facturación de la zona es menor".

Por otro lado, destacó que se ha mejorado mucho en cuanto a la tecnología de producción. "Plantines en contenedor; riego por goteo; el uso de mallas de sombreo, telas anti heladas, y una gran cantidad de mejoras en la genética con cultivares de alto valor genético", puntualizó.

La mirada del INTA

En este día donde se destaca la actividad de las personas dedicadas a la horticultura, María Cristina Mondino de la Agencia Arroyo Seco del INTA Oliveros, nos cuenta la importancia tanto económica como social de esta actividad en el área del cinturón hortícola de Rosario. (El Litoral)