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Deportes

Didier Pironi

El nombre de Didier Pironi provoca un recuerdo agridulce en el aficionado. Fue un piloto muy dotado, que proporcionó satisfacciones a sus seguidores, pero su excesiva ambición le llevó a arrollar a su paso demasiadas cosas, con el único fin de conseguir los máximos objetivos, que como piloto, se había prometido a sí mismo.

Casi lo consiguió, casi ofrendó a Francia el primer título de campeón del mundo de pilotos de fórmula I FIA, aunque la ilusión se quebraba al sufrir un terrorífico accidente. Salvó la vida pero se mató un lustro más tarde, cuando a punto estaba de lograr otro campeonato mundial.

Piloto automovilista de ascendencia italiana de la región de Friuli, nacido en Villecresne. El 26 de marzo de 1952, que dotado de gran determinación, fue escalando con éxito todas las fórmulas promocionales francesas y europeas hasta desembocar en la fórmula 1, en la que a punto estuvo de conseguir el título de campeón del mundo en 1982 como piloto oficial de la Scuderia Ferrari.

En 1968 Didier resolvería convertirse en un piloto profesional. Armado con estudios técnicos y una decisión arrolladora, se convertiría en jefe de equipo, mecánico, gestor de los patrocinios, probador y piloto de sus monoplazas.

Didier Pironi muestra una discreta alegría tras haber ganado el Volant Elf/Paul-Ricard 1972, primer gran peldaño de su ascensión, la verdad es que Didier, el benjamín de la final, estuvo soberbio. "No solamente obtenía el mejor tiempo global sino que también se otorgaba el de la mejor vuelta.

Evitando los blocajes de ruedas, de los que algunos de sus colegas se habían mostrado bastante pródigos, muy tranquilo a pesar de lo que estaba en juego, muy seguro a pesar de su edad, Didier no dejaba ninguna oportunidad a sus camaradas".

Realmente, aquí empezaba todo para Didier, el estudiante de Obras Públicas aficionado al atletismo que quería ser campeón del mundo de conductores de fórmula I FIA

Así, tras lograr el Volant Elf/Paul-Ricard en 1972 fue campeón de la Challenge Europea de fórmula Renault en 1974 (7 victorias con Martini Mk 11-Renault) y 3º de la Challenge Européen de Super Formule Renault 1975 (3 victorias con Martini Mk 15-Renault, tras René Arnoux y Jean Ragnotti).

Primera victoria de Pironi de fórmula Renault Europa (Super Renault) en Mónaco, mayo de 1975

Fue una carrera muy accidentada, disputada con una intensa lluvia que llevó contra los guard-rails a Dallest en la 1ª vuelta y a un festival de trompos y accidentes (Coulon, Couderc, Ragnotti, Arnoux). A pesar de un motor que fallaba, Didier se colocó 2º y acosó a Snobeck, al que consiguió adelantar in extremis 3º fue Ragnotti.

En 1976, Didier volvió a la Fórmula Renault Europe con gran éxito, aunque no siempre salía todo bien. En el Paul-Ricard, un cable de bujía suelto de su Martini Mk 18-Renault le obligó al abandono desde la 2ª vuelta, pero poco después se relamía firmar en Magny Cours la 9ª victoria del año.

Al final, campeón con 12 victorias sobre 17 carreras.

En 1976 quedaba, pues, campeón de la Challenge Européen Super Formule Renault, apuntándose 12 victorias.

El año siguiente gana el Grand Prix de Monaco de fórmula III y la prueba de fórmula II de Estoril 1977, terminando 3º en el campeonato de Europa de esta categoría.

En 1978 vence en la clásica de resistencia 24 horas de Le Mans, junto a Jean-Pierre Jaussaud y sobre un Alpine A442B-Renault V6 Turbo, a 210,19 km/h de media.

Le Mans 1976. A trancas y barrancas, este Porsche 934 3,0 l Kremer nº 65 de grupo 4 conseguirá terminar 19º la larga carrera, gracias al empeño de Marie-Claude Beaumont, Bob Wollek y el novicio Didier Pironi, cubriendo 3.683,952 km. Los vencedores de grupo ("Segolen"/Ouviére/Gadal) terminaron en el puesto 12º scratch, habiendo recorrido 3.987,932 km con el Porsche Carrera 3,0 l nº 71. Victoria de fórmula III en Mónaco 1977 con Martini Mk 21-Toyota nº 46.

No le hacía falta nada más para tener expedito el camino hacia la Fórmula I.

En la segunda, presentación el triunfador fue con un Renault Alpine A 442B-V6 1.997 cm3 turbocompresor nº 2 de PIRONI/Jaussaud (5.044,53 km, a 210,19 km/h) en Le Mans 1978.

Fue una victoria muy trabajosamente conseguida ante el Porsche 936 de Ickx/Barth/Wollek.

El Alpine se quedó sin embrague y Didier se desmayó tras un último doble relevo agotador.

Desembocó en la Fórmula I ese mismo año con un Tyrrell 008 (5º en Mónaco y en Hockenheim), marca para la que pilotó también la siguiente temporada (Tyrrell 009, 10º en el campeonato FIA), pasando a la Ligier en 1980 (primera pole position en el Grand Prix de Mónaco y primera victoria en el de Bélgica, 5º en el campeonato), y entrando en la Ferrari en 1981. Aquí, su fulgurante carrera sufrió un atasco. Por primera vez, sus resultados resultaban peores que los de su compañero de equipo, que esta vez no era otro sino el espectacular Gilles Villeneuve, quien logró dos victorias contra solo un 4º puesto de Didier.

Con su cara de niño desvalido y lastimero, Didier se ve agotado, decepcionado y herido tras la frustración experimentada en Mónaco 1980. Habiendo conseguido la pole position ante Reutemann, Jones y Piquet, tuvo la oportunidad de ganar el prestigioso Grand Prix, pero resultó traicionado por la caja de cambios del Ligier JS11/15.

Ford Cosworth DFV V8 nº 25, lo que le provocó una salida de pista en la vuelta 55ª.

Pironi quedó 2º en el Grand Prix de France 1980, a bordo de su habitual Ligier JS11/15-Ford Cosworth DFV V8 nº 25, tras Alan Jones (Williams FW 07B- Ford Cosworth DFV V8 nº 27) y ante su team-mate Laffite (nº 26), redondeando un buen resultado para alegría de Guy Ligier.

Pero Pironi no estaba tan satisfecho y comenzó a amenazar con irse a la Ferrari.

En el Grand Prix de Mónaco 1981, Pironi terminó 4º con el difícil Ferrari 126 CK-V6 Turbo nº 28, que aún no estaba a punto. Al menos, no tanto como el modelo igual nº 27 de Gilles Villeneuve.

Didier lo había calificado 17º de 20, así que fue una hazaña entrar 4º, a una vuelta de Villeneuve, Jones y Laffite. Previamente, se había prestado a un experimento médico al dejarse instalar varios contactos tipo Holter sobre la piel, con objeto de registrar su electrocardiograma desde una hora antes de la salida hasta después de cruzar la meta.

Aunque mal adaptado a su nuevo coche, Didier no se alteró demasiado y las pulsaciones de su corazón oscilaron entre un ritmo de 70 por minuto media hora antes del arranque de la carrera hasta 174 pul/mn en la llegada, con unos picos entre 207 y 198 pul/mn en la segunda mitad de la prueba, cuando realizó una buena remontada que le llevó del puesto 12º al 4º. Conociendo las dificultades de adelantamiento en el circuito urbano de Montecarlo, no parece demasiado alto el ritmo de su corazón. Era un hombre de hielo; aunque, en ese aspecto cardíaco, Villeneuve se mostraría aún más impasible

En calidad de presidente de la Grand Prix Drivers Association, en el primer Grand Prix de la temporada 1982, el de Suráfrica, Didier fue el portavoz de las reclamaciones de sus compañeros, reunidos en conciliábulo. Aquí muestra Didier a los periodistas un escrito de protesta firmado por 29 pilotos.

Decidido a dar un giro a la situación en 1982 (con el nuevo Ferrari 126C2, Pironi -que no podía admitir ser segundo de nadie- corre con el cuchillo entre los dientes y es 6º en el Grand Prix de Brasil, en el que Gilles se ha salido de la pista en la vuelta 30ª.

En Long Beach es Pironi quien se accidenta en el 7º giro mientras que Villeneuve se clasifica 3º.

Veinte días después, Didier arrebataría la victoria a Villeneuve en el Grand Prix de San Marino, realizando la vuelta más rápida y rompiendo, al parecer, un acuerdo de caballeros previo, lo que enfureció a Gilles.

La rivalidad entre ambos ases se acentuó hasta el punto de que ni siquiera se hablaban.

"Se ha dicho y repetido que el accidente se había producido porque Gilles giraba su última vuelta de calificación, que estaba decidido a batir, costara lo que costara, el crono de Pironi, el cual había conseguido un mejor tiempo que él, y que en consecuencia, había tomado todos los riesgos. Sin embargo, Gilles se disponía a retornar a su stand. En efecto, había agotado la autonomía de sus neumáticos de calificación al cumplir su vuelta anterior y ya no podía esperar mejorar su crono. Así pues, es más a una baja de concentración que a un exceso de audacia o a un error de juicio a lo que hay que imputar el desastre".

No obstante el drama, Didier siguió compitiendo consigo mismo y a punto estuvo de ganar en Mónaco dos semanas después, tras los errores de Arnoux, Prost y Patrese, pero un fallo eléctrico en la alimentación de su Ferrari cuando atravesaba el túnel, finalmente el triunfo a un perplejo Riccardo Patrese.

A continuación, Pironi sería 3º en Detroit.

El Grand Prix de Monaco 1982 terminó siendo una rifa. Didier llegó a marchar líder después de que la desgracia se cebara en Arnoux, Prost, Patrese y Rosberg, pero se quedó sin combustible in extremis y fue clasificado 2º, una vuelta por detrás de Patrese.

Los demás se ven confusos: Patrese, que no acaba de creérselo (1º), De Angelis (5º) y De Cesaris (3º).

Al calar su Ferrari 126C2 V6 Turbo nº 28 en la parrilla, Pironi fue el causante indirecto de la muerte de Paletti en el Grand Prix de Canadá 1982.

Veinte días después, Didier arrebataría la victoria a Villeneuve en el Grand Prix de San Marino, realizando la vuelta más rápida y rompiendo, al parecer, un acuerdo de caballeros previo, lo que enfureció a Gilles. La rivalidad entre ambos ases se acentuó hasta el punto de que ni siquiera se hablaban. Nada podía disminuir su ánimo, y haciendo caso omiso del accidente mortal de Riccardo Paletti en la salida del Grand Prix de Canadá, del que fue protagonista, aunque sin culpa alguna. En el de Holanda obtuvo una gran victoria.

Luego fue 2º en Gran Bretaña (Brands Hatch) y 3º en Francia (Le Castellet/Paul-Ricard). Con 9 puntos de ventaja en la provisional del campeonato, se encontraba llamado a cumplir su sueño hasta que, preparando en Hockenheim el Grand Prix de Alemania, un terrible accidente en entrenamientos no cronometrados con lluvia truncó sus esperanzas y su carrera automovilística.

Aunque bajo el diluvio que caía y con visibilidad casi nula los tiempos no fueran relevantes, Didier, empeñado en testar el coche en esas condiciones a un ritmo diabólico, terminó colisionando por alcance con el Renault de Prost, quien manifestó: "Ví el auto de Didier pasar por encima de mi cabeza como un misil". Su nuevo team-mate en Ferrari, Patrick Tambay, obtendría aquí su primera victoria en Grand Prix. Y, casualmente, sería Alain Prost quien, tres años más tarde, conseguiría ser el primer francés campeón del mundo de Fórmula I.

El impacto fue terrible; Didier se partió ambas piernas, quedándole una de ellas prácticamente seccionada, unida sólo por un tendón y su nervio. La muerte había acudido a la cita en un accidente semejante al que se llevó para siempre a Gilles Villeneuve, pero aquel treintañero, que aún conservaba sin marchitar una expresión pícara de pilluelo parisino, le cerró la puerta con la entereza y la determinación de que había hecho gala hasta entonces: "Todavía no".

Pero su recuperación tardaría más de tres años y la Fórmula I se había terminado para él, eclipsándose el sueño de ser campeón mundial.

El campeón 1982 sería Keke Rosberg (44 puntos), quedando Pironi subcampeón, empatado con John Watson a 39 puntos.

Con enorme tesón y sacrificio y tras una treintena de operaciones, Didier Pironi (que había disputado 70 Grands Prix, logrando 101 puntos y 3 victorias) se recuperó.

Despues del accidente, se dedicó a la motonáutica, al ver que ya era imposible correr un F1. Entonces su objetivo, sería el campeonato del mundo, y también aquí llegaría a estar a punto de conseguirlo.

En la temporada 1987 ya había obtenido una victoria en el Grand Prix de Arendal (Noruega). Sin embargo, la semana siguiente (el domingo 23 de agosto), en las aguas de la isla de Wight (Poole), sufrió un accidente mortal. Su embarcación off-shore Colibri 4-Lamborghini (rediseñada por el propio Pironí, bimotora, con dos Lamborghini V12 8,2 l de 900 HP cada uno) iba lanzada a unos 150 km/h cuando volcó al cruzar la estela de un pequeño petrolero.

Didier Pironi no había cortado gases al pasar sobre el agua rizada, pereciendo ahogado tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza contra el mar en el vuelco de la canoa. También murieron sus dos acompañantes, Guénard y Giroux.

Pironí afirmaba que en absoluto era supersticioso, para revelar a continuación que en 1972, previamente a la final del Volante Elf, El Mago de Le Castellet le había facilitado la clasificación -exacta- de los cuatro primeros finalistas; además, había predicho la muerte de François Cevert (1944-1973), así como que veía al propio Didier involucrado en un grave accidente con incendio -como aquellos en los que murieron Ronnie Peterson (1944-1978) y Riccardo Paletti (1952-1982)-. Otra anécdota "paranormal" referida a Didier: cuando murió, su antigua amiga, la actriz Véronique Jannot, deprimida, se refugió en casa de un conocido para pasar el duelo. En cierto momento él la animó: "Allez, bouffie!" (¡Vamos, gordita!). La cosa no tendría nada de extraño salvo porque nunca nadie la había llamado "bouffie" salvo Didier…

El automovilismo y yo Didier Pironi deporte motor

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