Este viernes por la tarde quedó en prisión preventiva el sujeto de Garibaldi imputado por haber abusado de su hija de 12 años, quien reveló que fue sometida por su padre tras enterarse de que estaba embarazada. Así lo resolvió el juez Martín Torres, que además habilitó la realización de la cámara Gesell durante la feria judicial.
La fiscal Alejandra Del Río Ayala expuso el contexto de extrema violencia y vulnerabilidad en el marco del cual la menor se crió. Señaló que los abusos comenzaron cuando ella tenía 10 años y continuaron hasta finales de junio de 2022, cuando junto a su madre y sus hermanos huyeron de la casa familiar.
"Demás está decir que es una situación terrible la que está atravesando esta niña, por todo lo que le ha pasado. La violencia de género padecida previamente, los abusos sexuales, el embarazo, la interrupción que está siendo el día de hoy… Ella hubiera querido, conforme lo ha expuesto su equipo, estar hoy ante usted señor Juez, diciendo cuál es su deseo, pero claramente no lo puede hacer por cuestiones de salud", señaló la Fiscal.
El caso cobró gran relevancia luego de que la menor y su madre no acudieron al turno para la interrupción legal del embarazo, tras haber sido capadas por la asociación provida católica Grávida. Cuando volvió a estar bajo la tutela del Estado, la nena ratificó su deseo de acceder a la ILE.
Historia de violencia
La investigación inició el 19 de diciembre pasado en la fiscalía de San Jorge, por una cuestión jurisdiccional. Recién el 2 de enero fue asignada a la Unidad de Violencia de Género, Familiar y Sexual (GEFAS) de Santa Fe, que ordenó la inmediata detención de Gustavo Miguel A. (43), quien se había mudado a Recreo para trabajar en una chanchería.
Pero la historia de violencias y sometimiento de la que fueron víctima la niña, sus hermanos y su madre comenzó mucho antes. De las entrevistas surgió que los menores no tenían permitido asistir a la escuela, que eran obligados a trabajar, además de los maltratos físicos y psicológicos. La madre habló de golpes con palos y cadenas, y refirió violencia sexual, económica y simbólica.
El 30 de junio de 2022 huyó de la casa familiar junto a sus hijos. Como no tenía permitido tener teléfono, le pidió a una vecina que llamara a una referente de la Comuna, le avisara que esa mañana su marido había salido a trabajar y le pidiera que les mande un móvil policial para escaparse. Así, juntaron sus cosas y se fueron.
Ese mismo día la mujer realizó la denuncia por violencia de género ante la Comisaría de la Mujer de San Jorge. Los alojaron en una casa de amparo, y tramitaron una medida de distancia. Recién en noviembre se instalaron en una vivienda que el Municipio ayudó a alquilar.
A finales de mes la mujer notó que los pies de su hija estaban hinchados y la llevó al centro de salud. Esto, sumado a la presión alta, motivó que realizaran estudios para descartar alguna afección renal. Como la nena estaba sana, el 19 de diciembre le realizaron un test de embarazo, que dio positivo.
El sorpresivo resultado llevó a que la menor le contara a su madre que había sido violada por su padre, quien la amenazaba para procurar su silencio. Él aprovechaba los momentos en los que enviaba a su esposa a buscar leña y se quedaba solo con la nena, para someterla. La mujer hizo la denuncia ese mismo día.
Asistieron a un efector de salud en Rafaela, donde la nena manifestó ante los profesionales que "no lo quiero tener", y su madre firmó el consentimiento. Pero antes de que acudieran al turno en el Hospital Iturraspe de Santa Fe, fueron captadas por Grávida y trasladadas hasta la "Casa Hermanas de Betania" -9 de Julio 2663-, desde donde fueron retiradas por la Policía.
Gustavo Miguel A. fue imputado como autor de "abuso sexual con acceso carnal calificado por el vínculo, la guarda y la convivencia" en concurso ideal con "promoción a la corrupción de menores agravada por la edad de la víctima, el vínculo, la guarda y la convivencia".
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