Son "corridos" de la zona del micro y macrocentro y se van 'mudando' hacia fuera de la 'mancha' de estacionamiento medido. Puede vérselos en Bv. Roca y 3 de Febrero y en Bv. Yrigoyen y Av. Luis Fanti. Evidentemente no alcanza con mandar a los numerarios de la GUR a correrlos. Al tema debe dársele un corte definitivo con un Decreto del Ejecutivo que definitivamente prohíba todo tipo de esas actividades incluídas el 'cuidar' los vehículos. ¿De éstos temas no se ocupa la Secretaría de Seguridad o la de Niñez…?

El regreso a la realización de actividades y la flexibilización del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio adoptado por el Gobierno nacional debido a la pandemia del Covid-19 ha posibilitado, entre otras cosas, la aparición en escena nuevamente de los denominados 'trapitos' o lavacoches qué, inicialmente, estaban disgregados dentro del Área de Estacionamiento Controlado de nuestra ciudad.
Un Decreto firmado en febrero del año pasado por el intendente Luis Castellano para poner en marcha el denominado "Programa de Mejora de la Empleabilidad para personas que realicen lavado de vehículos en la vía pública en el sector del Estacionamiento Controlado" pareció que traería un principio de solución al problema. Dicho Programa contaría con un presupuesto de algo más de $500.000 destinado a capacitación de los lavacoches; pago de honorarios a capacitadores, docentes y tutores y una serie de ítems tendientes a que la actividad -en algún momento- cesara definitivamente en Rafaela.

Sin embargo...

Lo anterior, al parecer, no pasó de ser una intención que en la práctica no se ve. Diariamente muchísima gente suele 'padecer' a los 'trapitos' desarrollando una actividad que no está regulada en sectores del microcentro -25 de Mayo y Moreno; calles internas de la Plaza 25 de Mayo; Bv. Santa Fe desde 9 de Julio hasta la Jefatura de policía e incluso algunas calles aledañas hacia el norte o el sur de esas arterias. Por ello, personal de la Guardia Urbana Rafaelina debe estar de manera permanente lidiando con estos jóvenes -sin ocuparse de otras cuestiones que deberían ser prioritarias- que se retiran momentáneamente del lugar, se esconden en algún sitio y regresan a la actividad cuando la fuerza municipal se va.
Ahora, ante la insistencia de la no permanencia, la 'mancha' se va agrandando hacia fuera de la Zona de Estacionamiento Controlado. Y así es casi 'normal' encontrarse con niños que venden bolsitas para residuos en los semáforos de Bv. Roca y 3 de Febrero o Bv. Yrigoyen y Av. Luis Fanti; o ahora también en Av. Mitre y Urquiza (las imágenes pertenecen a esos lugares). En esos sitios, aunque también se ofrecen para lavar autos y motos o, en su defecto cuidarlos, también hay niños que venden caramelos y golosinas, aunque ello ya fue denunciado porque sería una actividad regenteada por mayores existiendo una investigación abierta al respecto.

¿Y los responsables?

La presencia de estos chicos y no tanto en los lugares indicados trae aparejado muchísimos inconvenientes para las familias que allí habitan. Los dueños de las propiedades -habitualmente mujeres que están en el hogar- deben salir de sus casa casi pidiendo permiso a estos sujetos que se sientan en los umbrales y que además, dejan residuos y suciedad. Pero también su presencia genera preocupación porque están de manera constante observando los movimientos y sabiendo quién sale y quién no de sus viviendas.
El hecho de ocuparse de estas cuestiones también hace a la seguridad de la ciudad. Por ello debería ordenarse de manera perentoria a los integrantes de la Secretaría de Seguridad del Municipio y a los responsables de la Secretaría de Niñez para que se hagan cargo del tema. Pareciera que hoy por hoy lo único que importa es abrir una Escuela de Policía ya que de otras cuestiones prácticamente no se habla.
Se necesitaría también un Decreto del Ejecutivo que prohíba definitivamente la actividad de los 'trapitos' agregando a ello 'los cuidadores' ya que cuando se de la orden de no lavar, aparecerán aquellos insistidores en cuidar autos, motos o bicicletas. Será hora definitivamente de actuar y ocuparse de una vez por todas de estos problemas que también generan muchísima preocupación en los vecinos de Rafaela.