Un taxi fue incendiado este miércoles a la noche en cercanías del lugar donde fue asesinado Diego Celentano, el chofer de 32 años ejecutado de un disparo en la cabeza el pasado miércoles 6 de marzo en Alvear y Garmedia, en la zona sur de Rosario, y por cuyo crimen todavía no hay detenidos.
El crimen de Celentano causó conmoción entre los rosarinos ya que sucedió al de Héctor Raúl Figueroa, de 43 años, registrado el martes 5 de marzo, quien también baleado en el interior de su vehículo. Ambos homicidios tuvieron las mismas características, se usaron balas policiales y dejaron abandonada una zapatilla en el lugar del crimen.
El taxi incendiado anoche estaba estacionado en la vereda en inmediaciones de Oribe al 200 bis. Si bien los vecinos dieron el alerta a la central de emergencias 911 y los bomberos arribaron al lugar en minutos, el vehículo quedó envuelto en llamas y sufrió daños totales.
Se trata del segundo ataque incendiario que tiene como blanco un taxi en lo que va de marzo, el primero se registró el pasado jueves 7 de marzo, un día después del crimen de Celentano, en Pasco al 5400, en barrio Belgrano, en la zona oeste del municipio. El coche también sufrió daños totales. Los dos autos atacados pertenecen a la misma firma de radiotaxi.
Los ataques incendiarios contra taxis se dan en medio de la profunda crisis de inseguridad que padece Rosario, producto de la ola de violencia causada por bandas narcoterroristas que asesinaron a los taxistas Celentano y Figueroa, al chofer de la línea K Marcos Daloia, de 39 años, y el playero de una estación de servicio, Bruno Bussanich, de 25 años.
Como consecuencia de la preocupación que provocó en la ciudad la reiteración de crímenes de trabajadores, sin ninguna vinculación con el mundo del narcotráfico, el gobierno nacional dispuso un refuerzo de 450 efectivos de fuerzas federales que a partir de este jueves comienzan los patrullajes en cuatro zonas de la ciudad ocupada por los narcos. Fuente: La Capital
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