16.01 Fue durante un control efectuado en el kilómetro 228 de la Ruta Nacional 34 jurisdicción de Rafaela. En el interior de un camión que transportaba verduras desde Jujuy a Buenos Aires, personal del Escuadrón de Seguridad Vial halló 390 kilogramos de hojas de coca, considerado el mayor cargamento de ese tipo detectado en esta región. El camión fue secuestrado y el chofer quedó detenido a disposición del Juzgado Federal de Rafaela.
Poco después del mediodía de este domingo, personal perteneciente al Escuadrón de Seguridad Vial "Rafaela" de Gendarmería Nacional que efectuaba control vehicular y documentológico en el kilómetro 228 de la Ruta Nacional 34 procedió a chequear la carga de un camión proveniente de la provincia de Jujuy y que tenía como destino final la ciudad de Buenos Aires, cargado con cajones de verdura. Así fue que los gendarmes, entre los cajones transportados, detectaron algunos en lo que llevaban paquetes conteniendo hojas de coca, con una carga que arrojó un peso total de 390 kilos, transformándose así en uno de los más importantes secuestros de este material estupefaciente en la zona de jurisdicción del Escuadrón "Rafaela".
Cabe señalar que tras cumplimenar todos los requisitos legales, el camionero quedó detenido y el rodado fue secuestrado, siendo todo puesto a disposición del Juzgado Federal de Rafaela.
Proyecto y consideraciones
En un proyecto del Diputado Nacional Jorge Raúl Rizzotti pueden leerse -en los fundamentos- algunas de las siguientes consideraciones:
En 1995, un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el uso de la hoja de coca concluyó que su consumo "no parece tener efectos negativos para la salud y tiene funciones terapéuticas, sagradas y sociales positivas entre los pueblos indígenas andinos". Y encaminados en esta línea de respeto y reconocimiento progresivo de derechos este Congreso logró despenalizar el consumo de las hojas en su estado natural. El artículo 15 de la Ley 23.737 vino a despejar dudas y prejuicios y dispuso que "La tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural destinado a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no será considerada como tenencia o consumo de estupefacientes". Esto constituye una excusa legal absolutoria. Pero, y he aquí el quid de la cuestión, esta misma ley prescribe en su artículo 5º inciso a) que "será reprimido con reclusión o prisión desde 4 a 15 años y multa de $ 225 a $ 18.750 el que sin autorización o con destino ilegítimo siembre o cultive o guarde semillas utilizables para producir estupefacientes, o materias primas, o elementos destinados a su producción o fabricación"; y en el artículo 30 que la "Erythroxylum coca se destruirá por incineración".
La coca no es cocaína
Muchas actitudes actuales con respecto a la coca tienen su origen en una anacrónica primera fase en su debate. Por un lado, las burocracias de la fiscalización de estupefacientes citan constantemente la "fácil extracción de la cocaína" como motivo para mantener las hojas de coca sometidas a las listas de control más estrictas. Por otro lado, los defensores de la coca recurren a fórmulas como "la coca no es cocaína" o "la coca es con respecto a la cocaína lo mismo que la uva respecto del vino".
Algo de luz
Conviene, no obstante, arrojar algo de luz sobre estas dos posturas extremas. Los hechos más básicos son innegables: ensayos químicos recientes demuestran que el contenido de cocaína de las hojas de coca oscila entre el 0.25 y el 0.77 por ciento. Según cifras más recientes usadas en el estudio de seguimiento de cultivos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), y basadas en la Operación Breakthrough del Departamento de Justicia y la Dirección de Lucha contra la Droga (DEA) de los Estados Unidos, el contenido alcaloide de la cocaína se sitúa entre el 0.52 y el 0.73 por ciento.
Para que no se desperdicie demasiado en el proceso de producción, las hojas de coca se deben procesar en cantidades que superen los 100 kilos, un volumen que podría producir, en el mejor de los casos, aproximadamente 1 kilo de pasta y entre 400 y 700 gramos de clorhidrato de cocaína.
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