Con la firma del Juez de Cámara del Tribunal Oral Federal de Santa Fe, Luciano Lauría, se conoció en las últimas horas la decisión del magistrado de condenar a cuatro rafaelinos acusados del delito de tenencia de estupefacientes con fines de comercialización. Las penas -que van de dos a cuatro años de prisión- recayeron sobre Lucas Rodolfo Godoy (21), Matías Nicolás Villarruel (25), Dalma Joana Quiroga (20) y Myrian Soledad Martínez (44), luego de un proceso de investigación e instrucción que comenzó en setiembre de 2021 y que llevó adelante el fiscal federal subrogante de nuestra ciudad, el Dr. Gustavo Onel.

Los procedimientos

Todo comenzó cuando en la Fiscalía Federal de Rafaela a cargo de Gustavo Onel, una persona informó sobre la existencia de una vivienda en barrio Luis Fasoli en la que exclusivamente sus ocupantes se dedicaban a la venta de drogas. Como consecuencia de esa información se delegó a la División de Análisis y Prospectiva del Narcotráfico de la Policía Federal Argentina la realización de tareas de campo tendientes a confirmar lo anunciado. Además hubo también otras diligencias efectuadas por personal de la Agencia de Investigación Criminal.

Entre algunas de las tareas realizadas los actuantes lograron incautar cocaína y marihuana en poder de distintas personas, quienes habían adquirido las sustancias en los lugares regenteados por el grupo integrado por los ahora condenados.

Tras ello se ordenaron una serie de allanamientos simultáneos que se llevaron a cabo en viviendas de los barrios 2 de abril (en calle Paul Harris); Luis Fasoli (en calle Nicasio Oroño); en barrio Italia (en calle Bollinger) y en Barranquitas (en calle Champagnat, lugares donde fuero detenidos lor principales investigados y en donde además se incautaron droga fraccionada lista para su comercialización; teléfonos celulares; dinero en efectivo y balanzas digitales.

Algo "novedoso"

Tal como informara Diario CASTELLANOS en su momento, en esa oportunidad había llamado la atención de los investigadores que en el domicilio intervenido de calle Nicasio Oroño funcionada un "bunker" dedidacado exclusivamente a la venta de drogas ya que se trataba de una casa prácticamente abandonada, sin muebles, donde dos de los apresados -Quiroga y Villarruel- esperaban a los clientes en una habitación sin muebles, sentados en el piso.