15:42 - El hecho había ocurrido en el año 2016 en la ex-estación del ferrocarril Mitre en la capital provincial. Dos niños hallaron el cuerpo de Gisela Beatríz Bustamante que por aquel entonces tenía 29 años. La identificaron familiares que viajaron a Santa Fe y también dos mujeres que vivían con ella en barrio Centenario. El presunto autor del hecho -CMS de 49 años- fue detenido en la Capital Federal.
En virtud a un hecho de femicidio ocurrido en la ciudad de Santa Fe en el año 2016 donde resultara víctima Gisela Beatríz Bustamante, de 29 años de edad, oriunda de la ciudad de Rafaela, la Fiscal Dra. Alejandra del Río Ayala del Ministerio Público de Acusación retomó la investigación convocando a la Brigada cuyo personal, tras arduas tareas realizadas, logró establecer que el autor del cruel crimen estaría residiendo en la ciudad de Buenos Aires.
Por ese motivo en fecha 24 de agosto personal de la Brigada de Femicidios juntos a sus pares de Trata de Personas se hizo presente en la Capital Federal y con la colaboración de efectivos policiales de la Sección Homicidios de la Policía Federal Argentina, procedieron a la detención de un sujeto identificado como C.M.S., de 49 años de edad.
Dicho individuo será puesto a disposición del Ministerio Público de la Acusación de la Primera Circunscripción, trasladado por personal de Trata de Personas hasta la ciudad de Santa Fe.
Lo sucedido
Por aquellos momentos las crónicas policiales señalaban lo siguiente: Una mujer que había sido hallada asesinada y violada en la antigua estación del ferrocarril Mitre de la ciudad de Santa Fe fue reconocida por sus familiares que llegaron a la capital provincial procedentes de Rafaela. Así, la víctima fue identificada como Gisela Beatriz Bustamante, quien tenía 29 años y era trabajadora sexual.
Según trascendió, Gisela vivía desde hacía poco más de un mes en el barrio Centenario de la capital santafesina. Al parecer, revelaron fuentes de la pesquisa, había sido vista con vida por última vez unas horas antes del hallazgo de su cuerpo.
Según diera cuenta el diario Uno de Santa Fe, alrededor de las 8.30 de la mañana de ese sábado del año 2016, dos niños cuyos padres trabajaban en una feria del trueque, hallaron el cuerpo semidesnudo de una mujer delgada sobre un pastizal ubicado a metros del andén de la ex-estación ferroviaria del Mitre, a unos cincuenta metros de un destacamento de la Policía de Acción Táctica (PAT) en el cruce de la avenida General López y el bulevar Zavalla de la capital provincial. El cadáver estaba en cuclillas y con la cabeza para abajo, cubierto de yuyos y tierra.
Asesinada y violada
Desde la feria denunciaron el hallazgo al 911 y minutos más tarde policías de distintas reparticiones llegaron al lugar. En ese marco, un médico constató que la mujer había sido asesinada mediante asfixia y que además había sido violada, diagnóstico que horas después fue corroborado por los forenses de la morgue judicial. Durante la jornada de ese sábado, pesquisas de la Policía de Investigaciones (PDI) trabajaron con la fiscal de Homicidios Cristina Ferraro y el fiscal regional Jorge Nessier para identificar a la víctima. Luego de cercar el perímetro y recoger los primeros elementos de prueba, los fiscales ordenaron los análisis de rutina al cadáver.
También se revisaron imágenes registradas por las cámaras de vigilancia ubicadas en la zona y se tomaron testimonios a personas que habitaban informalmente el lugar. En ese contexto, dos trabajadoras sexuales se presentaron ante la policía para brindar datos acerca de la joven asesinada. Al parecer, las mujeres vivían con la víctima y entregaron su DNI. Así se estableció que se llamaba Gisela Beatriz Bustamante, que tenía 29 años y era oriunda de Rafaela.
Una de las compañeras de Gisela relató que la había visto por última vez en la esquina de Freye y 3 de Febrero, donde solía parar en busca de clientes. Y ambas deslizaron que cuando escucharon que había aparecido el cuerpo de una mujer abandonado en la estación Mitre sospecharon que podía tratarse de ella, ya que no había regresado a la vivienda que compartían.
En ese marco, los familiares de Gisela llegaron a Santa Fe provenientes de Rafaela e identificaron el cuerpo.
Hasta esas horas se desconocía cuál pudo haber sido el móvil del asesinato. Entre los datos que se buscaban, por ejemplo en las grabaciones de las cámaras de vigilancia de la zona, se intentaba establecer si la muchacha había sido levantada por alguien en un vehículo particular.
Lo que se había determinado es que la joven fue asesinada por asfixia y que pudo haberse utilizado a tal fin el cable de un freno de bicicleta hallado en la escena del crimen.
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