Por María Inés Vincenti
El 25 de junio se cumplen 143 años de la fundación de la colonia Lehmann, emplazada en el Departamento Castellanos. La jurisdicción está formada por la mencionada colonia, con el agregado de lo que fue la estancia "El Potrero" de Guillermo Lehmann.
El espacio donde está enclavada comenzó a poblarse en forma definitiva en la década de 1880 y donde la subdivisión de la propiedad de la tierra arrojó resultados altamente exitosos. Fue el sueño de Sarmiento cumplido.
Aunque las tierras salieron del dominio público en la segunda mitad de la década de 1860, el territorio no se ocupó en forma inmediata. La década de 1880 trajo la solución a los problemas que frenaban el cambio: se construyeron vías férreas, llegaron los inmigrantes que demandaba la agricultura, se garantizó la seguridad y el estado provincial promovió la colonización con medidas más ajustadas que las de los años anteriores.
En 1866, Carlos Saguier, Félix Egusquiza y Manuel Quintana compraron al Estado Nacional 127.343 hectáreas en sector centro-este del Departamento Castellanos y sobre ellas se anclaron siete colonias agrícolas, de la mano de un único empresario: Guillermo Lehmann.
Quintana era un estanciero bonaerense, cuyo padre ya estaba vinculado a esa actividad. Saguier y Egusquiza, que eran comerciantes paraguayos, se vieron secundados en sus negocios por la coyuntura que precedió a la guerra de la Triple Alianza
En octubre de 1880, Lehmann firmó un contrato con Saguier, Egusquiza y Quintana, con el propósito de vender en concesiones 111.144 hectáreas, sobre las que formaría las colonias Rafaela, Lehmann, Egusquiza, Susana, Presidente Roca y la parte este de Aurelia. Esa es la fecha de iniciación del accionar de los particulares en Castellanos y del espectacular "boom" de los años 80 en materia de colonización agrícola.
Se desarrolló un filón extraordinario: la diferencia entre el precio de venta por concesiones, o por legua cuadrada, era de tres o cuatro a uno. Si bien las efectuadas a los colonos debían contemplar notables plazos, al menos tres anualidades, los intereses aplicados eran más altos que los bancarios. Además, se debe recordar que el establecimiento de una estancia requería una fuerte inversión, cuyas perspectivas de ganancias estaban limitadas por el mercado si se trataba de vacunos y por las pasturas y el clima en el caso de los ovinos.
A través de sucesivos tratos, entre 1883 y 1884 Lehmann fue comprando fracciones, aunque debió seguir rindiendo cuenta, a medida que se iban realizando las cobranzas de las concesiones. Las colonias se fueron ocupando de sur a norte y de este a oeste: a Aurelia le siguió Susana y a esta Rafaela, en 1882 Presidente Roca y Lehmann, y por último Egusquiza en 1883.
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