07.36 Macri y Patricia Bullrich acompañarán a sus candidatos.

"No hay ninguna posibilidad de que no ganemos Santa Fe en estas elecciones", aseguró confiado un importante dirigente de Juntos por el Cambio ante las posibilidades de la oposición de arrebatarle al peronismo un senador en las legislativas de este año. Y agregó: "como en Ciudad de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza, vamos a ganar, aunque quizás por menos diferencia".

En efecto, la principal consultora porteña que utiliza Omar Perotti da números contundentes al respecto. El Presidente carga en la provincia (relevamiento entre 2 al 9 de agosto en 1200 casos de población residente en la provincia de Santa Fe) con una desaprobación de gestión de 61.5%. Y el propio Gobernador de 51.5%.

En paralelo, la imagen de dirigentes nacionales también favorece a la oposición. Horacio Rodríguez Larreta sigue manteniéndose en el tope de los dirigentes más valorados, con 46.4% de valoración positiva, en tanto Cristina Fernández de Kirchner lidera el ranking negativo de imagen, con 63.8%. Ante la probabilidad del voto, Rodríguez Larreta alcanza el 51.8%, en tanto la vicepresidenta está en el orden del 33.1%.

El valor de estos números radica en que surge de un estudio pagado por el oficialismo santafesino al que El Cronista tuvo acceso, aunque el nombre de la consultora que efectuó el relevamiento se mantiene en reserva.

A pocas semanas de las primarias, la disputa está centrada en cuál de las cuatro listas opositoras logrará imponerse, pero lo que verdaderamente logra el entusiasmo de la dirigencia de JxC es que -gane quien gane- las legislativas abrirán la puerta a un verdadero pendiente en la coalición como es la posibilidad de gobernar en el 2023 la provincia.

Es que en el 2015, el socialismo le ganó al PRO la gobernación de Santa Fe por 1776 votos en un conteo que fue considerado cuanto menos polémico por los referentes de la oposición, ya que empezaron con una diferencia favorable a Miguel del Del de 145.000 votos que se dio vuelta en el escrutinio definitivo.

Por entonces, la obsesión de Mauricio Macri y su equipo más cercano estaba en ganar la Presidencia. Las encuestas ya empezaban a abrirle esa posibilidad y no querían invertir tiempo y esfuerzo en pelear por Santa Fe y, de hecho, enviaron un equipo asesor para controlar el escrutinio en una gestión que en su momento fue criticada por la falta de compromiso en la pelea del voto.

Pero cuando Cambiemos se encontró incluso con la victoria en la provincia de Buenos Aires respiraron tranquilos porque "si hubiéramos ganado en Santa Fe no tendríamos a nadie para llevar a La Plata". Ese era el estado de las cosas en la oposición.

A saber, una fenomenal demanda de cambio de parte del electorado y una famélica capacidad de dar respuesta de parte de la oposición, con un partido nacional pero nuevo, nacido y criado en CABA, asociado a la centenaria UCR, alejada de las grandes victorias electorales desde hacía varias décadas.

En el 2019 la situación fue muy distinta. Perotti, con el sello del Frente de Todos obtuvo un contundente 42.3%, seguido por Antonio Bonfatti (Frente Progresista) que logró 37.91% y José Corral (Cambiemos) que alcanzó 19.78%. Pero dos años después, el escenario se parece más al 2017, cuando Cambiemos obtuvo el 42% en las legislativas, seguido por Unidad Ciudadana, que llegó a 20% y el Frente Justicialista que alcanzó casi 14%.

Quizás por eso, desde Macri (que irá a fines de mes a presentar su libro a Rosario), hasta Patricia Bullrich (de excelente imagen entre la población que coincide que la seguridad es el problema más grave de la provincia), el PRO está decidido a jugar fuerte ya en las primarias para recuperar el terreno perdido.

Incluso más. Rodríguez Larreta tiene previsto un gran cierre en Rafaela, Santa Fe, el 9 de setiembre. Sabe que tiene que jugar fuerte allí en el centro productivo de la provincia para dar un mensaje económico del que todavía nada trascendió, pero que considera crucial para su posicionamiento nacional. El Cronista.