La provincia de Santa Fe tiene más de un millón de personas por debajo de la línea de la pobreza. Pese a la mayor actividad y niveles de empleo, la pobreza, la informalidad, los bajos salarios y la precariedad laboral son algunos de los indicadores que surgen de los últimos Informes del Indec que muestran a la totalidad de la provincia urbana de Santa Fe comprometida en materia social y laboral de cara al futuro.
Es que en la provincia de Santa Fe viven 1.089.319 personas pobres. Es el 32,9% sobre una población total de 3.311.000 personas. Esto significa que uno de cada tres santafesinos vive en un hogar cuyos ingresos no le permiten una canasta básica de alimentos y gastos elementales.
Los ocupados santafesinos suman 1.494.000 de los cuales 1.058.000 son asalariados. En este segmento laboral, 362.000 se desempeñan “sin descuento jubilatorio”, equivalente al 34,2%.
A valores del tercer trimestre 2022, los asalariados formales percibieron en promedio $ 99.282 y los informales una media de $ 45.985. Una brecha o distancia del 53,70%.
En la provincia de Santa Fe hay 87.000 desocupados (5,2%), mientras 163.000 ocupados (10,2%) buscan otro empleo insatisfechos con el que tienen.
Los desocupados son personas “que, no teniendo ocupación, están buscando activamente trabajo y están disponibles para trabajar. Corresponde a la desocupación abierta”, según la definición del Indec.
Los elevados niveles de ocupados demandantes de empleo obedece a la caída del salario real –del orden del 25% en relación a fines de 2017. Pero también incluye diversas formas de precariedad laboral como personas que realizan trabajos transitorios mientras buscan activamente una ocupación o trabajan jornadas involuntariamente por debajo de lo normal, ocupados en puestos por debajo de la remuneración mínima o de sus necesidades personales o familiares o en puestos por debajo de su calificación, entre otras.
De los ocupados 166.000 son asalariados subocupados porque trabajan pocas horas y están dispuestos a trabajar más. Si se los suma a los 87.000 desocupados, hay 253.000 asalariados santafesinos con problemas directos de empleo.
Todos estos indicadores oficiales muestran que la mayor actividad y niveles de ocupación superiores a los anteriores a la pandemia no redujeron ni la pobreza ni la informalidad. Y que el “derrame” que produciría el crecimiento económico no impide y hasta favorece la desigualdad social y el reparto regresivo de los valores de producción (la llamada “torta”), con porciones más reducidas para la fuerza laboral y los trabajadores cuentapropistas. (Aire de Santa Fe)
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