Agustín Rossi, histórico soldado del kirchnerismo devenido en consejero del Presidente, alcanzó el cargo más alto de su carrera política ayer por la tarde de la mano de Alberto Fernández. Asumió esta tarde como Jefe de Gabinete con un acto en el Museo del Bicentenario, al que asistieron funcionarios, gremialistas, militantes de su agrupación política y funcionarios de la vieja guardia de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner.
Rossi reemplaza a Juan Manzur con un rol político mucho más activo para defender la gestión de Fernández y acompañarlo a transitar las definiciones electorales. Se trata, en definitiva, del regreso de un "amigo" del Presidente al despacho contiguo al del Jefe de Estado, como él mismo lo calificó cuando le tomó juramento. "Le doy otra vez la bienvenida al gabinete a Agustín. Tenemos una amistad de muchos años. Cuando comenzamos a caminar con Néstor éramos muy poquitos. Me acuerdo que me dijeron que en Rosario había un Concejal que nos podía ayudar. Y Agustín fue nuestro hombre en Santa Fe", recordó Fernández. Firmaron el acta de rigor con una lapicera Bic negra, como la que usaba Néstor Kirchner.
Fernández agregó: "Lo convoco en virtud de sus valores y de su compromiso. Valora la unidad y va a trabajar junto a mí para preservarla. Estoy muy contento de que estés pegado a mi despacho". El Presidente anticipó así el papel político que le otorgará a Rossi para surfear la interna que tiene con el kirchnerismo.
El "Chivo" deja así el cargo de interventor de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) para ser un escolta político del Presidente durante las definiciones electorales, que pueden comenzar a dilucidarse mañana con la primera reunión de la mesa de conducción del Frente de Todos. No se descarta que participe del encuentro en la sede del PJ, estrenando traje de Jefe de Gabinete. "Ya tenía ese papel siendo interventor de AFI. Quiere defender la gestión y ayudar al Frente de Todos. Va a ser el Rossi de siempre, ahora con un cargo más importante y visible", transmitieron desde su entorno.
El santafesino -que sólo desobedeció a sus jefes cuando se empecinó con ser candidato a Senador por su provincia en 2021- se hace así cargo de una silla caliente para acompañar a Fernández en el capítulo final de su mandato. Un lugar que puede estar expuesto a los sinsabores de la interna del oficialismo con poco tiempo para exhibir logros de gestión.
Respecto al estilo de gestión, según pudo saber La Nación, Rossi pretende mantener con los ministros reuniones individuales uno a uno, en un esquema radial. Al igual que Fernández, no cree en las reuniones de gabinete numerosas y poco resolutivas. "Enfocará su trabajo cotidiano en encuentros de trabajo individuales con las y los ministros. Aportará al Gobierno su experiencia en la gestión, su capacidad de trabajo y su compromiso con el Frente de Todos", dijeron cerca suyo.
Alberdi en la AFI
Rossi, en tanto, deja a su segunda, Ana Clara Alberdi, al frente de los servicios de inteligencia. Así lo confirmó la Casa Rosada a través de un comunicado, donde destacó que el Presidente se reunió hoy con Alberdi para "analizar los objetivos para el organismo en esta nueva etapa". Destacaron, además, que "Alberdi es licenciada en Ciencia Política por la Universidad de Buenos Aires, forma parte del equipo de Rossi desde hace 15 años y fue Jefa de Gabinete durante su última gestión en el Ministerio de Defensa". La "Señora 83" así, se convirtió en la nueva "Señora 53".
Apenas se supo que el cargo de jefe de los espías quedaba vacante en la AFI, trascendió el nombre del publicista histórico del peronismo, Enrique "Pepe" Albistur, también íntimo amigo de Fernández. La jefatura de la AFI es una vieja aspiración de Albistur. "Pepe" había hablado la posibilidad de recalar allí al inicio de la gestión. Según pudo saber La Nación, volvió a conversar del tema con el Presidente en las últimas horas, para ponerse otra vez a disposición. No hubo definiciones, pero el ascenso de Alberdi deja vacante el lugar del "Señor 83", que es el cargo que supervisa las operaciones y funciones de los servicios.
A Fernández el asunto de la AFI lo incomoda. Albistur, además, es un referente muy cuestionado por La Cámpora. Cualquier controversia en esa área, hiper sensible, podría enturbiar la relación con el kirchnerismo y resultar una provocación a los socios del Frente de Todos. Fuente: La Nación.
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