El nombre de Eduardo Filgueira Lima como futuro secretario de Salud en el nuevo organigrama del Estado de La Libertad Avanza (LLA) parecía inamovible. Era, de acuerdo con unos pocos con los que existió alguna propuesta concreta en sumarse al equipo, el único que se sostenía en la transición con algún grado de seguridad.
Sin embargo, ya no es parte del equipo de trabajo libertario: Filgueira Lima renunció como referente de este espacio este fin de semana y crece la incertidumbre por cómo se organizará un área clave que, como viene dando cuenta La Nación, está atravesada por una crisis estructural sin medidas a la vista para contrarrestarla en el corto plazo.
El alejamiento fue “por razones personales”, según confirmó a este medio, hace instantes, el autor del programa de Salud con el que LLA llegó a las elecciones. La renuncia se formalizó el sábado pasado ya avanzada la tarde, según se pudo conocer.
Hermetismo
En el equipo de trabajo de Sandra Pettovello, a quien reportaba Filgueira Lima, se mantiene el hermetismo. El presidente electo, en medio de las negociaciones con sus aliados políticos por el armado del nuevo gabinete, siguió señalando a Pettovello como futura ministra de Capital Humano una vez que se de la adecuación del Poder Ejecutivo Nacional a la organización de los ministerios y sus estructuras. De ella dependería Salud, Trabajo, Educación y Desarrollo Social, en los últimos días trascendió que también sumó al PAMI en el armado de áreas.
Hay previstas reuniones para los próximos días con unos pocos nombres del sector público y privado que hasta hace instantes desconocían la decisión del referente con el que habían conversado en las últimas semanas.
La semana pasada empezó a circular por WhatsApp la imagen de un posible organigrama del área al mando de Filgueira Lima, con subsecretarías y direcciones. En algunos casos, ya aparecían nombres, como el de Enrique Camerlinckx, director general del Sanatorio Mater Dei, y los médicos Roberto Debbag y Conrado Estol, ambos con un signo de interrogación junto al nombre.
La imagen, en realidad, pertenece a un ejercicio que Rubén Torres, director del Instituto de Política, Economía y Gestión en Salud (Ipegsa), propuso al auditorio durante una presentación la semana pasada en la provincia de Mendoza. Esa charla era parte de un programa de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (AmCham) para representantes del sector público y privado de salud del país.
Torres ratificó que “se trató solamente de un ejercicio práctico” sobre la conformación de un organigrama para la gestión pública. Negó que Ipegsa esté participando de algún modo en la integración del área del futuro Gobierno.
El programa
El programa que Filgueira Lima le había presentado a LLA lo venía redactando desde hace 15 años como consejero académico de la Fundación Libertad y Progreso. “En nuestro sistema de salud se gasta demasiado (en particular para los resultados que tenemos), porque mucho de ese gasto se pierde en los vericuetos e ineficiencias de las organizaciones del sistema, que otorgan privilegios a quienes viven de ellas y no a quienes deberían servir”, escribió en 2021 al opinar sobre la reforma del sistema que se empezó a debatir con más intensidad durante la pandemia de Covid-19 en encuentros virtuales.
Durante una entrevista con este medio en agosto pasado, tras las PASO, cuando su nombre trascendió como referente de Salud en el equipo libertario, Filgueira Lima definió: “Nuestro sistema está mal, pero lo que vemos son los síntomas finales: lo que les pasa a los usuarios a diario. Probablemente no sean tan evidentes, pero las causas están detrás y hay que hacer reformas progresivas, algunas más urgentes y otras menos urgentes”.
Su propuesta se basaba en tres pilares. El primero, la generación de un seguro de salud por provincia con libre elección del usuario de hacerlo por obra social, prepaga o, si no cuenta con los recursos, a cargo del Estado; y de dónde atenderse, sea en el sector público o privado. Financiar la demanda, en lugar de la oferta.
Un segundo eje era la desregulación absoluta del sistema de seguros (PAMI, obras sociales nacionales y coberturas privadas). Y el tercer pilar, organizar el ex ministerio como una Secretaría de Estado, que, a la vez, iba a tener dos subsecretarías, una de políticas y otra técnico operativa. (La Nación)
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