12.05 La Resistencia Ancestral Mapuche va creciendo en volumen e intensidad de violencia cada año que pasa.
Hace casi 10 años, cuando comenzó a operar la autodenominada Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) comandada por un británico que dice ser Mapuche, nadie o muy pocos le dieron importancia. Los que les dieron importancia se habían dado cuenta de que esa supuesta organización dependía del exterior, para ser más preciso, de Chile en donde ya hacía décadas que desarrollaban una creciente violencia sobre el área que denominaban su “Wallmapu”. Claro que, lo que no se expresaba y ahora si, es que esa área tomaba todo lo que es la Región de la Araucanía chilena, el Bio Bio y hasta la costa del Atlántico incluyendo las Provincias Argentinas del Chubut, Río Negro, Neuquén y ahora Provincia de Buenos Aires.
Se trata de un grupo que persigue el delirio de aplicar una ley que no es nuestra Constitución Nacional , y crear una nación distinta a la nuestra con parte de Chile y La Argentina. Todo con la torpe complicidad de funcionarios de este gobierno, que hasta le proveyeron abogado al hoy prófugo Facundo Jones Huala, que fue visto en la zona de Lago Mascardi días antes del ataque en el complejo Cumelén. Allí intentaron quemar vivo a un hombre, Pablo Conti, que había apostado al sur para construir una nueva vida lejos de la locura de la gran ciudad, y la locura de la violencia lo vino buscar a su hogar.
Facundo Jones Huala anda suelto
En aquellos años, en los que subestimamos esta amenaza. un personaje oscuro comenzaba a destacarse como fundador de la RAM: Facundo Jones Huala. Algunos dudaban sobre su dependencia de la organización separatista y guerrillera madre del otro lado de la frontera, y se le permitió merodear por nuestro sur, organizando la violencia de este lado.
La CAM (Coordinadora Arauco Malleco) se instaló en La Argentina con el nombre de RAM (Resistencia Ancestral Mapuche) sin que nadie hiciera nada serio para evitarlo, a pesar de los claros indicadores y las insistentes advertencias de los vecinos que eran amenazados, mientras avanzaban las usurpaciones, que contaron incluso con la condescendencia de cierta justicia local y la tibieza de un gobierno provincial que no aplicó la ley a tiempo, antes de que el problema crezca.
Nadie seriamente cuestiona hoy esto. Son hechos, no elucubraciones. A tal punto es así que Jones Huala entraba y salía de Chile permanentemente, las mayoría de las veces usando pasos fronterizos ilegales. Hasta que en uno de sus viajes, obviamente formativos de “fuerza de choque”, fue detenido, enjuiciado y condenado por el ataque a un Fundo (en nuestro país equivale a una estancia o una chacra grande), el intento de asesinato de sus propietarios y el incendio de sus propiedades. (¿Te suena, no? Similar al ataque a la familia Conti en Los Repollos)
En cuanto pasaron los años y pudo gozar del régimen de salidas transitorias, se fugó de Chile y fue visto en Argentina, más precisamente en Villa Mascardi en la zona donde miembros de su comunidad tomaron campings, propiedades, incendiaron y hasta golpearon salvajemente entre varios a Diego Frutos, un vecino de Mascardi que reclama por su casa quemada. El gobierno de Chile no reclamo a Interpol que lo busquen y el Argentino no lo ve… por eso Jones Huala anda suelto entre nosotros organizando más violencia. La gente está aterrorizada después del atentando en Cumelén, porque nadie los protege.
Lo cierto es que la RAM fue creciendo en volumen e intensidad de violencia cada año que pasaba. Ese crecimiento se sucedió ante la pasividad más absoluta de los Estados Provinciales y del Estado Nacional que, no solo no combatió las acciones ilegales, tomas de propiedades, quema de vehículos, incendio de tractores y personas golpeadas con piedras y amenazadas con armas de fuego. La inacción del Estado los estimuló. A tal punto que extendieron su accionar hacia la Provincia de Buenos Aires, el Wallmapu creció frente a la inacción de la República.
Violencia y fuego
La estrategia de la RAM funciona y tiene resultados al amparo de nuestra Constitución con el objetivo de desconocerla, porque es la ley del huinca. Con organizaciones colaterales toman las tierras privadas y del Estado, sobre todo en áreas de Parques Nacionales. La RAM aterroriza a quienes viven en una zona y luego alguna otra comunidad mapuche colateral de la RAM toma la propiedad y reclama derechos ancestrales, inexistentes por cierto. Inventados con argumentos ridículos.
Mientras tanto, aún con fallos judiciales firmes, el Estado no los desocupa, o bien tienen miedo por la respuesta, o peor, la estimulan, la alientan en las sombras. La Nación ha llegado a entregarles alimentos a los ocupantes ilegales a través del INAI (Instituto Nacional de Asuntos Indigenas). O sea, no sólo no cumplen los fallos judiciales sino que les dan soporte a los que ejercieron y ejercen violencia. El estado presente, del lado equivocado.
En este contexto, la situación comenzó a desbordarse y era así previsible. EL último comunicado de la RAM rezaba en su parte primera. “1 kiñe – Como brazo político militar de las LOF (la mayoría son “comunidades mapuches no registradas en ocupaciones ilegales) en conflicto, venimos a reivindicar el sabotaje y la destrucción contra la industria turística de la clase alta y la burguesía de Bariloche…”
Era más que obvio que la violencia iba a crecer. Encontraría un nuevo nivel. La RAM replica, meses después, lo que sus padres de la CAM chilena desarrollan en su tierra.
Primero se extendieron hacia la Pcia de Buenos Aires atentando contra propiedades privadas en Necochea, Balcarce, 25 de Mayo y Bragado. Y, ahora, al igual que está sucediendo en chile, intentaron quemar vivo a un cuidador de un camping en la localidad de El Repollo a 15 kilómetros del Bolsón. Ya las quemas y tomas de propiedades no alcanzaron. Ahora rociaron de combustible a un trabajador que dormía con su señora y lo prendieron fuego. Su vida se salvó por dos circunstancias fortuitas: dormía solo con ropa interior y un pequeño curso de agua a metros de su casa le proveyó el lugar donde apagar su cuerpo en llamas y le salvó la vida.
El Estado nacional sigue ausente cuando no torpemente cómplice. La violencia crece y al no encontrar resistencia crecerá más hasta que la muerte se instale o alguien esté dispuesto a discutir la balcanización separatista de una parte de la República Argentina, como de hecho hoy está sucediendo en Chile.
Ya lo avisamos en 2014, 2015, 2016….. no perdamos más tiempo. La Ley y su rigurosa aplicación son la salida. No se puede admitir otra, si no la violencia impondrá sus reglas, y habrá sido demasiado tarde. (TN)
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