La medida estará vigente hasta el 9 de noviembre. Los rusos sólo podrán sacar hasta 10 mil dólares de sus cuentas.
Asfixiada por las sanciones que le impone el mundo en medio de la invasión a Ucrania, este miércoles Rusia anunció la aplicación de un cepo cambiario: suspendió la venta de divisas extranjeras durante seis meses.
A su vez, impuso nuevas limitaciones a las extracciones. Los ciudadanos rusos podrán retirar hasta 10 mil dólares de sus cuentas, aunque anticipan que podría haber varios días de demora hasta que el efectivo esté disponible en las sucursales bancarias.
"Los bancos no podrán vender divisas extranjeras a los ciudadanos" entre el 9 de marzo y el 9 de septiembre, indicó el Banco Central (BC) ruso en un comunicado.
"Todos los fondos de los clientes en cuentas o depósitos en moneda extranjera se mantienen y contabilizan en la moneda del depósito, el cliente puede retirar hasta 10 mil dólares estadounidenses en efectivo y el resto de los fondos, en rublos a la tasa de mercado", detalló la entidad en un comunicado publicado este martes.
Según se precisó, cualquier extracción por caja de divisas extranjeras se hará en dólares (siempre hasta el tope de 10 mil), independientemente de la moneda de la cuenta.
En un intento por relativizar el impacto de la medida, el Banco Central ruso sostuvo que "alrededor del 90% de las cuentas en moneda extranjera no superan la cantidad de 10 mil dólares estadounidenses, es decir, el 90% de los titulares de depósitos o cuentas en moneda extranjera podrán recibir la totalidad de sus fondos en efectivo".
"Los bancos no venderán efectivo a los ciudadanos durante la vigencia de la orden temporal. Será posible cambiar moneda en efectivo por rublos en cualquier momento y en cualquier cantidad", amplió la entidad.
Por otra parte, aclaró que si bien los clientes pueden recibir divisas extranjeras en sus cuentas, "los bancos pueden tardar varios días en traer la cantidad requerida en efectivo a una sucursal en particular".
El "impuesto país" fue el paso previo
El 3 de marzo, la misma entidad impuso una comisión de 30% por cambiar rublos a dólares, euros o libras; similar al que en Argentina se aplica como "impuesto país".
El objetivo, explicó el gobierno de Putin, era frenar la demanda de dólares, aunque las colas en los bancos continuaban siendo de gran extensión.
Esta semana, la estocada la dio el anuncio de las calificadoras de riesgo que rebajaron la nota rusa unos seis escalones, y la pasaron de mercado emergente a independiente (el mismo grupo en el que está la Argentina).
Tras conocerse la información, el rublo cayó más de un 11% frente al dólar a 116,8 y casi un 8% frente al euro a 125,1 en la bolsa de valores de Moscú.
Entre las medidas que tomó el gobierno ruso, está también, la decisión de ordenar a los exportadores que conviertan el 80% de sus ingresos en divisas a rublos, en otro esfuerzo por apuntalar la moneda local.
En este tiempo, además, se mantuvo inactiva la bolsa de valores de Moscú.
Largas filas en los bancos
Desde las primeras sanciones, la sociedad rusa comenzó a sentir los efectos que provocaron las medidas impuestas por por Moscú y por otros países.
Además de la imposibilidad de contar con divisas, la cancelación de venta de productos y servicios han complicado la vida en tierras de Vladimir Putin.
"Apple Pay no ha funcionado desde ayer" dijo una residente durante los primeros días del conflicto.
"Fue imposible pagar con él en todas partes; en un autobús, en una cafetería", comentó Tatyana Usmanova.
"Además, en un supermercado limitaron la cantidad de artículos esenciales que una persona puede comprar", agregó.
Apple anunció que dejaría de vender sus iPhone y otros productos populares en Rusia.
Docenas de compañías extranjeras han retirado sus negocios de Rusia. Importantes marcas automotrices suspendieron las exportaciones de sus vehículos.
Coca Cola y McDonald’s fueron los últimos gigantes en bajar sus persianas en Rusia como protesta a la invasión.
Además, los problemas para convertir rublos a moneda extranjera, largas filas en los cajeros automáticos y tarjetas de algunos bancos que no funcionan se convirtieron en escenas cotidianas. Clarín.
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