En medio de una jornada plagada de rumores y versiones encontradas sobre el alcance de la Ley Ómnibus, el ministro de Interior, Guillermo Francos, se apostó en la oficina del presidente de Diputados, Martín Menem, y encaró una ronda de encuentros decisivos sobre el texto de la iniciativa de Javier Milei con jefes y delegados de los bloques de la oposición dialoguista.
Primero fue el turno del PRO. Cristian Ritondo y María Eugenia Vidal ingresaron al despacho de la presidencia de la Cámara, donde también se encuentra el asesor presidencial Santiago Caputo. Salieron más de una hora y media después.
“Estoy seguro que nos encaminamos para que la semana que viene tenga media sanción la ley que estamos debatiendo”, aseguró Cristian Ritondo.
Desde el PRO señalaron que el Ejecutivo está tomando muchas sugerencias planteadas por ellos y que "se modificaron cerca de 100 artículos" en ese sentido. Sin embargo, aclaran que "todavía hay algunos puntos a seguir discutiendo", pero que la idea es avanzar en un dictamen conjunto.
El oficialismo -que todavía ni firmó dictamen en el plenario- insistía hasta entrada la tarde con la idea de sesionar el sábado. "El dictamen está a punto caramelo" llegaron a decir desde La Libertad Avanza.
Pero en paralelo, los bloques de la UCR, el PRO y Hacemos Coalición Federal aseguraban no haber recibido ninguna devolución del Ejecutivo. Se llegaron a hablar de 50 hasta 100 modificaciones al texto original impulsado por el Gobierno.
Ante los trascendidos, un jefe de una de esas bancadas fue al despacho de Menem pasado el mediodía a dejarle en claro que no había "ninguna posibilidad material" de llevar adelante esa sesión durante la jornada del sábado. El subtexto de ese mensaje fue que si decidían eso, no tendrían quórum.
"La realidad es la que se termina imponiendo", aseguró un jefe de bloque opositor. "No pueden hacer kirchnerismo en minoría", sentenció otro legislador de peso.
El proyecto de más de 600 artículos, aseguran, llevará tiempo pulirlo. Quieren hacer el trabajo seriamente durante el fin de semana. Muchos legisladores, además, ya volvieron -habilitados por sus jefes de bancada- a sus provincias. Por eso, el plan que mantienen es que se dictamine el martes y se sesione el jueves.
Como contó Clarín, la aceptación, o no, de los cambios solicitados por parte del Ejecutivo es lo que terminará definiendo la postura de las bancadas.
Mientras esperaban que Menem los llame, un grupo de diputados de la UCR, Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal trabajaron en la oficina de Nicolás Massot, el dictamen paralelo que presentarán si no hay acuerdo. El grueso de ese texto mantiene el corazón del proyecto en lo fiscal, energético y administrativo, pero elimina el resto, según supo este diario.
La estrategia oficialista
Durante este jueves, la estrategia pareció oscilar entre el ala más dura y la moderada de La Libertad Avanza. Primero, la insistencia que algunos dicen llegó vía mensaje de Milei de sesionar el sábado o domingo. A todo o nada. El argumento de presionar a la "casta", dejarla en evidencia, y la convicción de que los bloques dialoguistas no se iban a "animar a votar junto con el kirchnerismo".
A pesar de las advertencias de las bancadas dialoguistas que desde primer momento le ofrecieron opciones al oficialismo, la idea crecía. "El temor reverencial a Milei que le tienen sus propios funcionarios hace que ninguno lo enfrente", observó un legislador partícipe de las negociaciones.
Pero estas bancadas le dejaron en claro que sin acuerdo no se iba ni a llegar a un dictamen unificado para la sesión.
Más allá de un titular, esa opción iba a dejar a Milei sin ley y sin equilibrio fiscal, la principal razón del texto. Fuente: Clarín.
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