Hoy más que nunca, en un contexto de cambios vertiginosos y atravesado por las pantallas, todos los chicos hacen un esfuerzo por adaptarse a la dinámica escolar que parece marcar otros ritmos. Las clases, los horarios y el estar sentados por mucho tiempo son un desafío para las nuevas generaciones.
Pero esta realidad se complejiza aún más cuando hablamos de niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA). Así lo consideran desde Antena Santa Fe, un observatorio de autismo que trabaja para hacer un seguimiento y relevar la realidad de las personas con esta condición. En nuestra ciudad, la organización es dirigida por la psicóloga Camila Candioti, quien dialogó con AIRE sobre las políticas de educación inclusiva actuales y sus contradicciones.
Políticas "all inclusive"
El observatorio de autismo manifiesta su especial preocupación sobre el decreto provincial N° 646/23 en el que se promueve al sistema educativo a realizar experiencias de Trayectoria Única Obligatoria para todos los niños y adolescentes de Santa Fe.
“Esto está pensado con una buena fundamentación, con la que casi todos los actores de la educación coinciden ya que están pensadas desde una perspectiva de equidad. Pero en la práctica se refleja un malentendido muy importante en el que de la equidad pasamos a la igualdad, ofreciendo para todos lo mismo. Para la problemática de la discapacidad, y en particular lo que tiene que ver con el autismo, esto es un problema que causa tensión”, explica la psicóloga. A raíz de esta inquietud, Antena Santa Fe junto a los colegios de psicopedagogos y psicólogos de la provincia comenzaron a relevar la puesta en marcha de esta normativa. “Esta aplicación en términos de all inclusive, es decir educación común para todos, llegó más como una imposición que como producto de una artesanía en relación al armado necesario para cada caso puntual”, agrega. La profesional destaca que en este punto el autismo es paradigmático porque tiene una forma de presentación o fenomenología que es muy amplia y diversa, cada niño es diferente y sus características demandan un abordaje particular. Además, las dificultades propias de la condición se dan justamente en lo social, en el vínculo con el otro y por eso el rol de la escuela, agente socializador por excelencia, es fundamental.
Una inclusión forzada
“Hay chicos con TEA que no se pueden separar de un objeto, no pueden soltarlo de su mano derecha con la cual tienen que tomar el lápiz. Hay otros que tienen que tener auriculares y escuchar música todo el tiempo, porque ese es su modo de estar, porque sacárselos implica una crisis", explica. Al tiempo que se pregunta: "¿Qué hace un docente ante esta situación? ¿Qué hace con los otros 20 alumnos que están en el aula? ¿Cómo el alumno escucha la clase si tiene auriculares puestos? Muchos niños tienen crisis en la escuela porque se sienten mal. Sumado a esto, los padres no saben qué hacer, mandan a su hijo a la escuela común porque es obligatorio y porque es su derecho, pero los dejan y a la hora los llaman porque está desregulado. Entonces el pequeño la pasa mal, y los padres y los docentes en la escuela también. ¿Quién sale ganando? No hay ninguna consecuencia favorable para nadie”, cuestiona la responsable de Antena Santa Fe. Cada niño con autismo representa el desafío de armar un dispositivo a su medida. Por eso, es necesario reflexionar de qué manera se va a reinventar la escuela común para poder alojar las propuestas inclusivas. En definitiva, el problema no es la inclusión sino la imposibilidad de alcanzarla cuando no se cuenta con los recursos económicos, profesionales y humanos necesarios. Ante este panorama, desde la antena alertan sobre la posibilidad de que esta situación genere más segregación, estigmatización y etiquetas. “En el relevamiento que hacemos con el observatorio es muy evidente el fracaso de estas experiencias. Fracaso en términos de sufrimiento de los niños, docentes, de las escuelas, de las familias; y de los callejones sin salida que se presentan la mayoría de las veces. Nuestra responsabilidad es transmitir esto", indicó. Y siguió: "La responsabilidad de las escuelas es atestiguar este estado de situación. Será bienvenido que estas cosas pueden ser revisadas y reformuladas. Hay que pensar si no es más adecuado que los chicos cuenten con un espacio educativo que tenga las condiciones para alojarlos: grupos reducidos, docentes formados, espacios lúdicos y dinámicas que hagan posible que lo institucional se adapte a cada particularidad”.
¿Qué es Antena Santa Fe?
Es un Observatorio de Autismo perteneciente a la Federación Americana de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana (FAPOL). En nuestra ciudad está coordinado por Camila Candioti e integrado por Melisa Zonis, Virginia Rinaldi, Romina Peter, Melisa Ortolochipi, Josefina Moro, Graciela Ferronato y Amira Greco. La entidad, que cuenta con antenas en todas las provincias del país, releva la realidad de lo que sucede en relación a la problemática del autismo: infancias y adolescencias con TEA y sus familias, la formación de los profesionales que trabajan en el área y cómo se presenta el tema en los medios de comunicación. El objetivo es conocer el estado de situación respecto de la problemática y facilitar la conversación entre los distintos actores que intervienen en ella. (Aire Digital)
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