En el día después del rechazo en el Senado del mega-DNU que el presidente, Javier Milei, envió al Congreso, en la Casa Rosada había distintas lecturas sobre lo que sucedió el jueves por la noche. En especial sobre buena parte de los gobernadores de las provincias cuyos senadores votaron en contra del documento que busca desregular la economía a través de la modificación de más de 300 puntos. La Oficina del Presidente sostuvo tras la derrota que la política eligió el camino del “conflicto” como parte de una “lógica de tensar”. De todos modos, aseguraron en el Gobierno mantener expectativas en que todo el proceso venidero, con la ley ómnibus y el Pacto de Mayo, se materialice, pese a las desconfianzas que aún persisten.
La mirada del Presidente está puesta en los gobernadores. Por un lado, hay quienes en el Gobierno tienen la idea de que la “supuesta verticalidad de gobernadores sobre senadores y diputados no es tal”, como dijo un importante funcionario de Balcarce 50. También hay optimismo porque perciben que hay legisladores que no les responden y que tienen sus propias terminales políticas. “Es un tema”, dijeron fuentes oficiales entre la prudencia en confiarse y la expectativa por lo que puede pasar en Diputados, una cámara en la que Milei tiene un escenario más favorable gracias a la alianza en ciernes con el sector de Pro que le responde a Mauricio Macri.
En el Gobierno creen que los gobernadores “prometen” o “se desentienden”. En el primer caso dicen que los mandatarios provinciales pueden prometer determinadas cosas y luego no cumplirlas, como apuntan que pasó en febrero pasado alrededor del debate de la primera ley ómnibus, mientras que por otro dicen: “Se desentienden de lo que pueden hacer sus legisladores” dejando la duda en los interlocutores nacionales sobre si realmente es así o tienen incidencia y prefieren jugar de otro modo.
Entre los nombres que llamaron la atención en las últimas horas estuvo el del santafesino Maximiliano Pullaro, hombre del radicalismo y muy cercano al senador Martín Lousteau. La firma de Pullaro, que enfrenta un complejo escenario interno con la escalada de violencia que azota a Rosario, no estuvo en el comunicado con el que el radicalismo tomó distancia del titular del partido. Eso pese a los esfuerzos que Nación dirigió en materia de Seguridad los últimos días frente a la situación en la que se encuentra Rosario con los ataques de grupos narcos. “Pullaro es Lousteau, era obvio que no lo iba a hacer”, comentaron en el Gobierno.
En referencia al santafesino, uno de los más duros a la hora de la primera tanda de negociaciones alrededor del primer tratamiento de la ley ómnibus, sostuvieron que “él nunca tuvo los pies adentro, ni afuera”, por lo que consideraron que no hubo sorpresa en lo que pasó.
“Él tiene vínculos en las dos terminales del radicalismo y firmar podía traerle algún ruido interno”, dijeron en el Gobierno. Tras lo que agregaron que “si bien podría haber sido un buen gesto con el gobierno firmar”, reconocen en el que no hubo ninguna sorpresa, ni esperaban que estuviera.
En el caso de la liga de los gobernadores patagónicos, que fueron los primeros que se plantaron fuerte frente al Gobierno semanas atrás, también había distinción de las diferentes situaciones, a pesar que 15 de los 18 senadores votaron en contra. En el caso de Santa Cruz, donde gobierna Claudio Vidal y los senadores votaron en contra, explicaban que entendían que en ese caso pesó más la situación de conflicto interno que tiene la provincia por las situaciones de más de 1500 despidos en las represas hidroeléctricas “Jorge Cepernic” y “Néstor Kirchner”, así como con el conflicto interno en Yacimientos Carboníferos Río Turbio (YCRT). “Tienen un flor de quilombo interno más allá de la negociación, muchísima presión”, definían para enmarcar parte de lo sucedido.
En el caso del neuquino Rolando Figueroa, sostenían que los senadores, Lucila Crexel, Silvia Sapag, “llevan en la Cámara alta más tiempo que él como gobernador” y “no le responden” al igual que Oscar Parrilli, el otro que sumó su voto en contra.
En el caso del chubutense Ignacio Torres, en el que una senadora, Andrea Cristina, votó a favor y otra, Edith Terenzi, en contra, ironizaban con que el tema “era lógico, a lo Nacho Torres”, definían en referencia a lo que consideran el estilo del chubutense, que en pocos días pasó de arremeter públicamente contra el gobierno por la quita de fondos, para luego bajar los decibeles de la pelea.
Pro, UCR y Pichetto
Por lo pronto, el escenario de votos dinámicos, abre así prudencia respecto de lo que viene a futuro, en especial con lo referente a la ley ómnibus, en la que el Gobierno buscó avanzar en las últimas horas con distintas reuniones entre el ministro del Interior, Guillermo Francos, y los representantes de los distintos sectores de la oposición dialoguista. Mientras que por la mañana de ayer el titular de Interior se reunión con representantes de Pro (ver aparte) y por la tarde con los radicales, para el lunes quedará la reunión con Miguel Ángel Pichetto, de Hacemos Coalición Federal.
La idea sigue siendo acordar con gobernadores y legisladores, “para que todo el paquete fluya sin problemas”, señalaron en la Casa Rosada. El balance por estas horas es positivo y veían que estaban todos “bastante alineados”.
Con “buena predisposición y feed back” y conversando con Pro “más que nada en inquietudes, en post de la estrategia legislativa”. Para pasado mañana quedará el encuentro con Pichetto, acaso el de mayor voltaje en la lógica de la política tradicional. Fuente: La Nación.
Comentarios