Vestido con una campera negra informal, con el pelo revuelto y rodeado de sus colaboradores del área de comunicación de la Presidencia, Javier Milei bajó esta tarde desde su despacho del primer piso de la Casa Rosada, donde pasa la mayor parte del tiempo, al Salón de Pueblos Originarios, en la planta baja, para saludar por la Navidad a los periodistas acreditados que lo esperaban ansiosos para consultarlo sobre los temas de la actualidad política y económica. Sin embargo, el primer mandatario, que asumió hace 12 días, sólo dio un breve mensaje de aliento en el ajuste, de manera informal, y no respondió preguntas.
El saludo por las fiestas a los periodistas acreditados es una tradición en la Casa de Gobierno, y Milei la honró esta tarde, a poco de asumir. Junto a su vocero, Manuel Adorni; la secretaria de Comunicación, Belén Stettler, y el flamante subsecretario de Prensa, Javier Lanari -que se hizo cargo apenas ayer del cargo- el jefe de Estado saludó uno a uno a los acreditados con apretones de manos, y luego dijo unas palabras. “Lo vamos a lograr, confío en el plan absolutamente”, sostuvo. Al breve encuentro se habían sumado también los especialistas en redes sociales Iñaki Gutiérrez y el cineasta Santiago Oría, que se ocupa del área audiovisual de la nueva administración nacional junto a su socio, Nicolás Recart.
El contacto de Milei con los periodistas fue fugaz. Antes de que llegara, desde la Presidencia habían pedido de manera insistente que no lo rodearan y que le dieran espacio para que saludara. Todos estaban convocados para cumplir el ritual que cada año -que cumplieron los últimos presidentes, salvo algún año- de brindar y compartir buenos deseos. Sin champagne, a tono con el lema “no hay plata”, los mozos repartieron agua mineral y gaseosas, y después sirvieron algunos sándwiches de pastrón y caprese. Milei, que tenía decidido quedarse sólo unos minutos, no tuvo tiempo para beber ni comer nada.
Al ingresar al amplio, salón donde Adorni brindó las primeras conferencias de prensa y se usa en general para reuniones con muchos participantes, Milei saludó afectuosamente al decano de los acreditados en Casa Rosada, Roberto Di Sandro, y mantuvieron un discreto diálogo. El resto de los acreditados aguardaban su ingreso con expectativa. Era una instancia oportuna para consultarlo sobre la marcha del gobierno tras la firma del DNU que busca impulsar una profunda desregulación y apertura de la economía, como así también sobre cuándo convocaría al Congreso a reunirse en sesiones extraordinarias y con qué temario. ¿Habrá ley ómnibus con los proyectos de ley que propone como parte de su plan de gobierno? ¿Hay una fecha prevista?
Fueron consultas que no pudieron hacerse. Después del saludo con Di Sandro y un par de preguntas realizadas casi de manera furtiva, el Presidente respondió escuetamente, mientras amagaba con retirarse, a una consulta sobre cuál era el mensaje que quería transmitir a los argentinos en las fiestas. “Lo vamos a lograr, vamos a salir adelante. Vamos a poner toda la fuerza y estamos haciendo lo necesario para que salgamos lo más rápido posible”.
“¿Confía en el plan?”, le preguntó otro de los periodistas. El Presidente respondió con un lacónico: “Absolutamente”.
Allegados al primer mandatario aseguraron que la incapacidad para hablar se debió a la necesidad de Milei de “seguir trabajando”, en días muy agitados para la incipiente administración nacional. El Ejecutivo acaba de publicar, anteayer, un DNU que provoca fuertes resistencias entre las centrales de trabajadores -la CGT y la CTA-, los movimientos sociales -que acaban de realizar una fuerte marcha en el aniversario de la represión de la crisis de diciembre de 2001- y varias asociaciones de la sociedad civil. Varios de esos sectores, además de incitar a protestas en la calle y paros, amenazan con presentar sendos recursos ante la Justicia para frenar la medida, que consideran inconstitucional. En tanto, los sectores más duros de la política, principalmente el kirchnerismo, están decididos a ponerle freno en el Congreso. Y los más dialoguistas condicionan su apoyo a que se avance por la vía legislativa, una salida que en Gobierno -ya avisaron- no tomarán.
En la Casa Rosada, sin embargo, se muestran despreocupados. Ayer Adorni había dicho en su conferencia de prensa que todos los sectores tenían derecho a manifestar sus disidencias “como ocurre siempre”; y se mostró confiado en que el DNU “se ajusta a la ley”. Sus objetivos de comunicación están enfocados en mostrar que el líder libertario cumplirá con sus promesas durante la campaña para imponer el “orden” y están convencidos de que Milei sostiene niveles de imagen positiva superiores al 60 por ciento a pesar de las críticas. (Infobae)
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