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Nacionales

En un discurso técnico y crudo, Milei habló por primera vez como presidente de la Nación

Javier Milei después de tomar juramento dio su primer discurso como presidente de la Nación frente a la multitud que se concentraba en la Plaza del Congreso. Con palabras poco alentadoras, describió la herencia que recibe su gobierno, pero afirmó que hará lo posible por revertir la situación y que “habrá luz al final del camino”.

Javier Milei se convirtió oficialmente en el presidente de todos los argentinos. En una jornada histórica para nuestro país, cumpliéndose 40 años del retorno a la democracia, el libertario, que representa al partido político que tiene apenas dos años de vida, asumió la presidencia abriendo camino a una nueva era en la política argentina. Luego de tomar juramento junto a su vicepresidente, Victoria Villarruel, se dirigió a la Plaza del Congreso para hablarle a la gran multitud presente.

En un discurso alienado con lo que fue su campaña política, el foco fue puesto en los problemas que deja el Gobierno anterior; de esta forma comenzó su discurso de manera tajante: “Dejen que sea muy claro en esto, ningún gobierno ha recibido una herencia peor que la que estamos recibiendo nosotros”.

Siguiendo con la parte negativa de su discurso, Milei se tomó un tiempo importante para hacer un diagnóstico completo de la “herencia” y entre comparaciones con lo que fue en su momento el “Rodrigazo” afirmó lo siguiente: “el gobierno saliente nos ha dejado plantada una hiperinflación y es nuestra máxima prioridad hacer todos los esfuerzos posibles para evitar semejante catástrofe que llevaría a la pobreza por encima del 90% y a la indigencia por encima del 50%. En consecuencia, no hay solución alternativa al ajuste".

Saliendo del aspecto económico, el Presidente habló sobre la inseguridad. “El nivel de deterioro de nuestro país es tal que abarca todas las esferas de la vida en comunidad. En materia de seguridad, Argentina se ha convertido en un baño de sangre. Los delincuentes caminan libres mientras los argentinos de bien se encierran tras las rejas. El narcotráfico se apoderó lentamente de nuestras calles, a punto tal que una de las ciudades más importantes de nuestro país ha sido secuestrada por los narcos y la violencia. Nuestras fuerzas de seguridad han sido humilladas y maltratadas durante décadas. La anomia es tal que solo el 3% de los delitos son condenados”, declaró. Y agregó: “Se acabó con el siga-siga de los delincuentes”.

Sin dejar ningún aspecto afuera, también dio detalles y números sobre lo social. “Estamos recibiendo un país donde la mitad de la población es pobre, con el tejido social completamente roto. Más de 20 millones de argentinos no pueden vivir una vida digna porque son presos de un sistema que lo único que genera es más pobreza”, explicó. Y advirtió: “Seis millones de chicos hoy a la noche se irán a dormir con hambre, que caminan descalzos por la calle y otros que cayeron en la droga".

Entrando en otra de las grandes problemáticas en nuestro país, dio detalles de lo que son las pruebas PISA, dejando en claro que los números son alarmantes y que la educación es una de las cuestiones más importantes a resolver y detalló que "solo el 16% de nuestros chicos se reciben en tiempo y forma en la escuela". Para terminar este “párrafo” de suma importancia, Milei sentenció: “Si se levantara Sarmiento y viera qué hicieron de la educación…”.

Abarcando otra de las problemáticas fundamentales a resolver, Milei hizo referencia al sistema de salud sin dejar afuera lo que sucedió en el período de pandemia. “El sistema se encuentra completamente colapsado. Los hospitales están destruidos, los médicos cobran miseria y los argentinos no tienen acceso a salud básica. Tal es así que, durante la pandemia, si los argentinos hubiéramos hecho las cosas correctamente, no habría sido posible. Durante la pandemia, si los argentinos hubiéramos hecho las cosas como la media de los países del mundo, hubiéramos tenido 30.000 muertos. Pero gracias a, “el Estado te cuida” y su ineficiencia, 130.000 argentinos perdieron la vida”, declaró.

Y avanzó con las obras públicas: “si miramos la infraestructura de nuestro país, la situación es la misma, solo el 16% de nuestras rutas se encuentran asfaltadas y solo el 11% se encuentra en buen estado; por eso, no es casualidad que mueran cerca de 15.000 argentinos por año en accidentes de tránsito”.

Para redondear la parte cruda de su discurso, Milei terminó de definir la situación que enfrentará a lo largo de su gestión resumiendo todo lo anterior con las siguientes palabras: “No tenemos alternativa y tampoco tenemos tiempo; no tenemos margen para discusiones estériles. Nuestro país exige acción y una acción inmediata. La clase política deja un país al borde de la crisis más profunda de nuestra historia. Cada uno de ellos tendrá que hacerse cargo de su propia responsabilidad, no es tarea mía señalarlos”. Y sumó: “No buscamos ni deseamos las duras decisiones que habrá que tomar en las próximas semanas, pero lamentablemente no nos han dejado opción. Sin embargo, nuestro compromiso con los argentinos es inalterable. Vamos a tomar todas las decisiones necesarias para arreglar el problema que causaron 100 años de despilfarro de la clase política, aun cuando al principio sea duro”.

Sobre el final del discurso y en un tono más alentador, aseguró que, tanto él como su equipo de trabajo, están preparados para tomar las decisiones necesarias y sacar al país adelante. “Sabemos que en el corto plazo la situación empeorará, pero luego veremos los frutos de nuestro esfuerzo habiendo creado las bases de un crecimiento sólido y sostenible en el tiempo. También sabemos que no todo está perdido. Los desafíos que tenemos son enormes, pero también lo es nuestra capacidad para superar. Tenemos todo para ser el país que siempre soñamos; tenemos los recursos, tenemos la gente, tenemos la creatividad, y mucho más importante, tenemos la resiliencia para salir adelante”, aseguró.

Dejando atrás la descripción real del país en la que apuntó fuertemente a la gestión anterior, Milei habló en un tono conciliador dirigiéndose a la clase política pero tampoco sin dejar de ser firme en su postura. “Nuestro proyecto no es un proyecto de poder, es un proyecto de país, no pedimos acompañamiento ciego pero no vamos a tolerar que la hipocresía, la deshonestidad o la ambición de poder, interfieran con el cambio que los argentinos elegimos. A todos aquellos dirigentes políticos, sindicales y empresariales que quieran sumarse a la nueva Argentina los recibimos con los brazos abiertos, no importa de dónde vengas, no importa qué hayan hecho antes, lo único que importa es hacia dónde quieren ir”, argumentó. Y agregó contundentemente: “Aquellos que quieren utilizar la violencia o la extorsión para autocrizar el cambio, les decimos que se van a encontrar con un presidente de convicciones inamovibles que utilizará todos los resaltos del Estado para avanzar en los cambios que nuestro país necesita, no vamos a claudicar”.

Finalmente, entre algunas citas bíblicas y otros agradecimientos, el presidente, Javier Milei, concluyó su discurso con la siguiente frase: “Estoy convencido de que vamos a salir adelante”.

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