Pablo Adreani & Asociados - Las proyecciones de ingreso de divisas para todo el 2023 del complejo agroindustrial no son muy alentadoras, todo indica que nos enfrentamos al peor año desde el 2009. Cifras preliminares confirman una histórica caída US$15.100 millones en las mismas con respecto al récord del 2022 que alcanzó US$42.343 millones. Por el contrario, el 2023 amenaza con un ingreso total de divisas de US$27.258 millones, considerando las exportaciones de granos forrajeros, cereales, oleaginosos, aceites y subproductos.
Entre los factores que influyen en esta pronunciada caída se destacan no solamente la sequía, que estamos atravesando en esta campaña con su consecuente menor producción y saldos exportables; sino que existe también un fuerte riesgo de retención de granos por parte del productor a partir del segundo semestre , en un año muy influenciado por la incertidumbre que generan las elecciones.
Esta potencial “resistencia a vender por parte del productor” esperable principalmente en el segundo semestre, podría alcanzar los US$7.500 millones. Es probable que un escenario de incertidumbre sin reglas de juego claras y sin incentivos para la venta, invitaría a los productores a retener 8 millones de toneladas de soja y 5 millones de toneladas de maíz; y poniendo en jaque no solo la venta de insumos de la próxima campaña sino también la futura cosecha 2023/24.
En la práctica esto implica que el ingreso de divisas para el 2023 apenas llegaría a los US$20,000 mil millones.
La fuerte retención a vender su cosecha por parte de los productores se produciría en el segundo semestre, debido a que transitaremos un periodo con alto nivel de incertidumbre política que comenzará con las elecciones a gobernador entre marzo-septiembre, seguirá con las PASO, las elecciones presidenciales de Octubre y finamente la asunción del próximo gobierno el 10 de Diciembre.
En la proyección que se detalla en la infografía, se ha considerado una caída en el ingreso de divisas para el 2023 de US$15.100 millones atribuibles al efecto sequía y su impacto en la menor producción y saldos exportables.
La caída en el ingreso de divisas en el primer semestre estará influenciada por la masiva venta de soja durante el último cuatrimestre del 2022, hecho que impactará en la menor oferta de soja disponible en los primeros meses del 2023, por la menor superficie de siembra de maíz temprano y por las pérdidas de rinde y producción de maíz y soja por el efecto directo de la sequía .
La peor sequía en muchas décadas
El efecto de la sequía, que en muchas zonas del país todavía no se ha revertido, liquidó el 50% de la cosecha de trigo, el 40% de la de soja y el 20 % de la producción de maíz, hasta el momento. Se han perdido 33 millones de toneladas entre estos tres cultivos, y es una perdida directa sobre las exportaciones de granos y en el menor procesamiento industrial de soja. En el caso del maíz faltan sembrar todavía 1 millón de hectáreas, y por este motivo el final sigue abierto.
La producción 2023 se proyecta en 106 millones de toneladas, una baja 33 millones de toneladas o del 24% con respecto al record de producción 2022 de 138,7 millones de toneladas. Con las estimaciones de instituciones privadas, estiman una producción de trigo de 12 millones de toneladas, 37 millones de toneladas de soja y 43 millones de toneladas de maíz.
Todo este escenario pone en riesgo el sector exportador y la actividad del sector agroindustrial de soja , el más importante de la Argentina y el mayor polo exportador de aceite de soja y harina de soja del mundo. Y un tema no menor, el principal sector generador de divisas del país.
Uno de los sectores más perjudicados será el exportador. La caída en las exportaciones de trigo produjo una merma en el ingreso de divisas de US$3.375 mil millones y en el caso del maíz hasta el momento las perdidas han sido de US$2.100 mil millones. Pero el gran perdedor es el complejo sojero con una caída proyectada en el ingreso de divisas para el 2023 de US$9.100 millones, entre las exportaciones de poroto, aceite de soja y harina de soja, con respecto a las divisas ingresadas durante el 2022.
Por su parte el sector aceitero se verá también perjudicado pues habrá una caída muy fuerte en su molienda anual con riesgo de llegar al menor volumen de procesamiento de soja de los últimos 20 años. Si las estimaciones de producción de soja para el 2023 de instituciones de prestigio como la Bolsa de Comercio de Rosario, se confirman en 37 millones de toneladas, estaríamos ante el segundo volumen de producción de soja más bajo de los últimos 15 años. La menor molienda soja de la década se produjo en el 2020 con un volumen de procesamiento de 36 millones de toneladas, en 2021 fueron 39 millones de toneladas y en 2022 se llegó a 42,4 millones toneladas.
En 2020 no fue el fenómeno climático el causante de la caída en la producción y en el volumen de molienda, sino la estrategia de retención de la cosecha por parte del productor, y su decisión de no vender 12 millones de toneladas para proteger el valor de la misma, ante los rumores de cambios en la política cambiaria y la incertidumbre económica vigente.
El volumen de molienda en el 2023, podría llegar a 30 millones de toneladas, que sería el valor más bajo de los últimos 20 años. Con un volumen de capacidad de molienda teórica de 70 millones de toneladas anuales estaríamos ante una capacidad de utilización del 40% y la capacidad ociosa podría superar el 60%.
No solamente la sequía ha impactado negativamente en los volúmenes de producción, en la potencial oferta futura por parte de los productores y en la brutal caída de los saldos exportables. También los planes de promoción de las exportaciones. "Dólar soja 200" y "Dólar soja 230" movilizaron a los productores a vender un volumen récord de 20 millones de toneladas en apenas tres meses, y esta es una oferta que se podría haber volcado al mercado durante el primer trimestre del 2023, lo que no va a ocurrir.
Una vez más los grandes perdedores serán los productores, que podrían enfrentar caída en sus ingresos de US$15.000 mil millones, con muy pocas chances de recuperación. En este punto habrá que ver que decisiones está dispuesto a tomar este gobierno (seguramente una reedición del Dolar Soja), o que medidas anticipará quien se vislumbre como potencial ganador después de la PASO, para mitigar este escenario negativo y poder amortiguar lo que ya se confirma como una situación de desastre y emergencia económica nacional. Fuente: Clarin
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