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El Gobierno descartó una dolarización y defendió la competencia de monedas

El jefe de gabinete Nicolás Posse informó al Senado que la convivencia entre peso y dólar será la “fase final” del programa económico. También aseguró que en lo que resta del año no subirá el ritmo de devaluación desde el 2% mensual actual.
Agrandar imagen Franco Fafasuli.
Franco Fafasuli.

El Gobierno corrió a un lado la idea de una dolarización de la economía y reconoció que se mueve hacia un esquema de competencia de monedas, al que planteó como la “fase final” de su programa económico, en línea con las conversaciones que sostiene en esa dirección con el FMI. El reemplazo del peso por el dólar como moneda de circulación legal fue una de las promesas más fuertes de campaña de Javier Milei, aunque con el tiempo comenzó a perder fuerza y, ahora, parece directamente descartado por el jefe de gabinete Nicolás Posse.

Lo hizo en el informe ante el Senado que presentará este miércoles y en el que contesta por anticipado casi 1.300 preguntas de legisladores de la cámara alta. En ese documento, una buena cantidad de consultas están dirigidas al Ministerio de Economía y al Banco Central como principales lanzas del plan económico y financiero del gobierno libertario. Si bien algunos datos puntuales solicitados prefirió no revelar -cuál es la proyección final de inflación para este año y de variación del PBI, aunque aseguró que está en línea con el FMI y el REM- Posse planteó lineamientos generales de visión económica del Poder Ejecutivo.

En ese sentido, ante una consulta del senador santacruceño de la UCR Pablo Daniel Blanco, que preguntó “como prevé el Gobierno implementar eventualmente una ‘dolarización’”, al tener en consideración restricciones constitucionales, el jefe de Gabinete reconoció que una medida de esa naturaleza “no está en la agenda económica, pero sí la libre competencia de monedas vigente como fase final para el proceso iniciado en diciembre con el saneamiento de la hoja de balance del Banco Central”.

En apariciones públicas y entrevistas de los últimos meses, tanto Milei como el ministro de Economía Luis Caputo continuaban hablando, aunque sin especificaciones, de la dolarización como una etapa ulterior del plan económico. En el informe al Congreso Posse terminó de correr a un costado esa idea. La pregunta siguiente del senador Blanco es, también, sobre qué características tendría una competencia de monedas. “¿Cuáles son las condiciones que el Gobierno considera necesarias para implementar esta política?”, consultó.

“El Ministerio de Economía informa que, este régimen de ‘competencia de monedas’, requiere un marco macroeconómico disciplinado que incentiva a la autoridad monetaria a mantener la estabilidad del valor del peso y evitar así la emisión monetaria y consecuente inflación persistente que ha caracterizado a la economía argentina de los últimos veinte años”, definió.

“Las condiciones necesarias para implementar el régimen basado en la libre competencia de monedas son, principalmente, el superávit fiscal, la acumulación de reservas internaciones y la reducción de los pasivos remunerados del Banco Central a niveles sustentables y el saneamiento de su hoja de balance”, que son las medida que propició el equipo económico desde el inició del mandato del gobierno libertario. No hubo detalles sobre cómo funcionaría, eventualmente, ese esquema.

“Estas condiciones permitirán reducir la tasa de inflación y mantener la competitividad del tipo de cambio oficial, permitiendo avanzar con una liberalización paulatina y unificación del mercado de cambios”, mencionó Posse. De esa forma, la competencia de monedas tendría así una íntima relación con el levantamiento del cepo cambiario. La idea de una flexibilidad en la política cambiaria y un nuevo sistema monetario fue también discutida con el Fondo Monetario Internacional y explicitada en el comunicado del equipo técnico ayer lunes.

“La prioridad sigue siendo afianzar el proceso de desinflación y fortalecimiento de las reservas internacionales y el balance del banco central. En la transición hacia un nuevo régimen monetario (que involucra la competencia de monedas), la política monetaria evolucionará para seguir anclando las expectativas de inflación y la política cambiaria se hará más flexible, al tiempo que se seguirán reduciendo las restricciones y controles cambiarios a medida que las condiciones lo permitan”, mencionó el staff.

En otro tramo del informe de Jefatura, la senadora de Unión por la Patria Juliana Di Tullio consultó si el equipo económico tenía en sus planes una nueva devaluación más allá del crawling peg de 2% mensual que estableció tras la devaluación del 13 de diciembre. “El Banco Central de la República Argentina continuará en su camino hacia un régimen de la competencia de moneda”, insistió el Poder Ejecutivo.

Para eso, buscaría calibrar “la tasa de interés de política en el marco del actual proceso de normalización de la política monetaria, procurando reducir sus pasivos remunerados, mejorar su hoja de balance y mantener su política cambiaria con las características actuales para favorecer el proceso de acumulación de reservas internacionales y reducir drásticamente la tasa de inflación. En este sentido, no se prevé un cambio en el ritmo de variación mensual del tipo de cambio oficial para lo que resta del año 2024″, concluyó.

El riesgo de un atraso cambiario es uno de los elementos del programa económico de Milei y Caputo más discutidos por los economistas y el mercado. “El Ministerio de Economía conjuntamente con el BCRA continuarán con la aplicación de todos los instrumentos de la política económica en materia fiscal, monetaria y cambiaria para alcanzar la estabilidad macroeconómica y la reducción drástica de la tasa de inflación mensual para lo que resta de 2024″, mencionó el jefe de gabinete, en una de las primeras preguntas del documento.

“El BCRA continuará calibrando la tasa de interés de referencia en el marco del actual proceso de normalización de la política monetaria, con especial atención a la variación pasada y futura del nivel general de precios, la estabilidad del mercado de cambios y continuar con el proceso de acumulación de reservas. La política macroeconómica con sesgo anti-inflacionario que está llevando a cabo el PEN, conducirán hacia el mes de diciembre de 2024 a una tasa de inflación mensual sensiblemente inferior con respecto a los niveles del último año”, concluyó sin hacer proyecciones. (Infobae)

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