15.04 Los países dieron luz verde al préstamo de US$ 45.000 millones, confirmaron fuentes oficiales a Clarín. El primer desembolso llegaría la semana que viene.
El directorio ejecutivo del Fondo Monetario Internacional aprobó este viernes en Washington un nuevo préstamo a la Argentina por 45.000 millones de dólares, el fin de un largo y trabajoso proceso de renegociación de deuda, que permitirá que en los próximos días pueda llegar un primer desembolso a las arcas del Tesoro.
La información fue confirmada a Clarín por fuentes oficiales. El FMI aún no ha comunicado al respecto.
En una reunión de directores convocada este viernes por la mañana, los representantes de los países miembros del Fondo escucharon a los técnicos Julie Kozack (vicedirectora para el Hemisferio Occidental) y Luis Cubeddu (jefe de la misión para Argentina), que desplegaron los detalles del acuerdo contenidos en el staff report, un documento clave que contiene un resumen del estado de la economía del país y del programa.
Este reporte fue avalado por la directora gerente, Kristalina Georgieva, que estuvo presente en la reunión y que mantuvo días pasados una conversación con el presidente Alberto Fernández en la cual le había dado garantías de que el acuerdo vería la luz.
Los directores hicieron consultas y plantearon algunas dudas a los técnicos y también a Sergio Chodos, el representante argentino para el Fondo, pero el acuerdo fue finalmente aprobado, como se estimaba.
El programa que aprobó el directorio fue negociado por casi dos años por el equipo de Martín Guzmán y los técnicos del Fondo y fue definido por funcionarios del organismo como “realista, pragmático y creíble”.
Era el último paso que faltaba, luego de la luz verde que otorgó el Congreso argentino, en medio de fuertes divisiones del Frente de Todos, que aún continúan.
El plan otorga a la Argentina un préstamo de Facilidades Extendidas (EFF, por sus siglas en inglés) de Acceso Excepcional (por la cantidad del monto) y fija un período de gracia de 4 años y medio, por lo que los primeros pagos se concretarán desde 2026 y se extenderán hasta 2034.
El Gobierno se compromete a reducir el déficit fiscal, un eje fundamental del plan. Se fijan metas de rojo primario de 2,5% del PBI en 2022, de 1,9% del PBI en 2023 y de 0,9% en 2024. Además, deberá disminuir el financiamiento monetario para reducir la inflación.
El programa establece también una eliminación gradual de subsidios para la energía, con lo que se revisarán las tarifas y las subas más importantes se darán en “aquellos sectores con mayor capacidad de pago”.
La reducción de subsidios a la energía se prevé en 0,6% del PBI, algo que podría ser revisado por la escalada de precios por la guerra en Ucrania.
El Gobierno jura que no habrá “ajustes” y tampoco hay reformas estructurales, por lo que muchos analistas en Washington consideran que es un acuerdo demasiado “light”, que no ataca los problemas de fondo y una manera de postergar cirugías mayores para más adelante.
La aprobación del programa permitirá que se libere inmediatamente el primero de los 11 desembolsos previstos, de 9.800 millones, que podría llegar al Tesoro a más tardar el jueves de la semana que viene.
La inyección de esos dólares servirá para calmar algo de las urgencias del Gobierno, en medio de una fuerte caída de reservas.
Pero, en principio, una parte de los dólares que entrarán la semana que viene saldrán enseguida porque se usarán para cancelar los 2.800 millones de dólares con el Fondo que vencían el 22 de marzo y que el organismo aceptó prorrogar hasta el 31. Había otro vencimiento con el Club de París, pero Guzmán acordó posponerlo hasta el 30 de junio. (Clarín)
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