08.53 Los endeudados siguen sin recibir auxilio oficial y muchos optan por vender para cumplir con los bancos. Familias exponen desatención y destrato
Cada semana el escenario se pone peor para los tomadores de los créditos UVA. El peso de variables como la inflación disparada, sumado a la decisión de los bancos de garantizarse el pago a como de lugar y la inacción política, proyectan el peor de los horizontes para las más de 100.000 familias que hoy no llegan a cubrir los montos.
Desde el descongelamiento de las cuotas a esta parte, las jornadas se suceden entre intimaciones que llegan a los hogares endeudados y la ausencia de respuesta estatal ante el pedido de auxilio de los hipotecados.
Mientras tanto, la suba de precios generalizada que sigue intensificando los pagos mensuales. En esa dirección, desde la organización Hipotecados UVA indicaron a iProfesional que a este ritmo las cuotas llegarán a diciembre con un incremento acumulado del 160 por ciento. Entre los endeudados gobierna la certeza de que no hay ingreso o salario capaz de cubrir semejante ajuste.
"El tiempo pasa y a la par de las deudas se acrecienta la incertidumbre en las familias. Los procesos, las intimaciones, continúan. El primero que inició esta tendencia fue el Banco Nación", comentó a este medio una vocera del grupo de afectados.
"Muchas familias fueron recibiendo comunicaciones de los bancos donde se les pide que desistan de hacer presentaciones judiciales. A cambio, se les dice que se les ampliará el tiempo de suspensión (de las ejecuciones) de 180 a 220 días", añadió la fuente.
Cuotas: casi se cuadruplicaron
Los testimonios que exponen la imposibilidad de cubrir las cuotas son abundantes y se multiplican cada mes. "No me dan los números", es una frase que repiten los tomadores de UVA en los grupos que los nuclean.
"Puse mi casa en venta y cada día me la bajan de valor. Ahí coloqué los ahorros de toda la vida sumado a lo que me dio el banco. Hoy no recupero ni siquiera esos ahorros, pero si vendo me saco el problema de encima", contó en las últimas horas Laura, una endeudada que refleja un movimiento que se está volviendo común entre las familias: la decisión de desprenderse el inmueble para cubrir lo que exigen los bancos.
Recientemente, iProfesional expuso casos como el de Romina y su familia, quien en septiembre de 2017 accedieron a un financiamiento de 3 millones de pesos en cuotas iniciales de $20.000. Hoy debe 9,5 millones de pesos y afronta pagos mensuales de 75.000.
"Al final los políticos lo lograron. Hoy pusimos en venta el sueño de nuestra familia", publicó en su espacio en la red social Twitter.
"Necesitamos ayuda. Nosotros queremos pagar. Somos gente trabajadora, no queremos subsidios. Pero esta deuda, que es imprevisible, no la puede pagar nadie. Tenemos dos hijos. O pagamos o comemos. Tuve que poner en venta la casa porque no vemos otra solución", contó a este medio.
Matías, por citar otro ejemplo, sacó un préstamo UVA en 2017 por algo más de 1 millón pesos para adquirir un PH. De diciembre de aquel año a esta parte, su deuda subió hasta alcanzar los 3,6 millones de pesos. "Debido a toda esta situación, de esta deuda que es una bola de nieve y con la incertidumbre de no saber qué vas a pagar el mes que viene, con mi compañera hemos decidido poner en venta el departamento", expresó a iProfesional.
Desde Hipotecados UVA comentan que las declaraciones de algunos voceros de los bancos dando cuenta de una eventual suspensión de las ejecuciones hasta diciembre de 2021 "nunca pasaron de lo mediático".
"No hay acciones concretas. Vemos desatención y destrato a las familias damnificadas por los créditos UVA. Hay un trato peyorativo de algunos sectores respecto de quienes tomamos estos créditos porque la acción ocurrió durante el macrismo", dijo a este medio la vocera de la organización interpelada.
"Pero en el contexto de continuidad jurídica le corresponde al Estado resolver esta problemática. Este sistema de indexado por inflación sigue generando un gran desequilibrio que estrangula a las familias", concluyó.
La catarata empezó en abril
En abril de este año, los endeudados comenzaron a recibir notificaciones de los bancos que, entre otras pautas, incluían cláusulas "irrevocables" que vetan la posibilidad de futuros reclamos si hay cambios en montos y plazos de pago.
Las misivas acumularon, también, ítems donde se instaba a los deudores a renunciar a cualquier maniobra legal referida a las deudas que generó el congelamiento, diferimiento y convergencia establecidos por el Gobierno durante el primer año de pandemia.
El escenario para los tomadores del crédito comenzó a complicarse hace casi un bienio. En 2019 se impuso un congelamiento y el monto impago iba a prorratearse el año pasado, pero la irrupción del Covid-19 derivó en una extensión de la medida.
Tras las sucesivas interrupciones se llegó a este 2021 en el cual, desde marzo, los tomadores de créditos comenzaron a enfrentar una cuota actualizada por inflación y una fracción de lo que no se pagó desde 2019 a esta parte. Quienes accedieron a los UVA durante el macrismo, según lo dispuesto por el Gobierno, tienen que cubrir esos montos recargados por al menos 18 meses.
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