Son días de chispazos e incertidumbre en el Gobierno. El no haber llegado a sancionar la Ley Bases y el paquete fiscal para celebrar el mentado “Pacto del 25 de Mayo” agravó los conflictos internos en la primera plana libertaria. Y proyectó un cono de sombras sobre el Día de la Patria, que alguna vez Javier Milei pensó como un evento histórico, con él como artífice de un gran acuerdo nacional que desde hace 30 años no ocurre en la Argentina.
A menos de una semana del “día D” en Casa Rosada todavía hay dudas sobre qué harán el 25 de Mayo. Cerca Milei dicen que lo más probable es que el Presidente viaje a Córdoba igual el sábado próximo para hacer un acto por la fecha patria.
Fuentes de la sede de gobierno apuntaron que Karina Milei puso sobre la mesa la idea de mudar el acto del Palacio de Justicia (que era la sede elegida para firmar el pacto con gobernadores, expresidentes y demás actores) al cabildo de la ciudad de Córdoba. La intención es que la escena exhiba la conexión del líder libertario con la ciudadanía en un “cabildo abierto”.
Sin embargo, aún no hay nada cerrado y los funcionarios esperan que los hermanos Milei regresen de Madrid para tener definiciones.
Es que, en el Gobierno hay distintas posturas sobre el sentido que Milei debería darle al 25 de Mayo, ahora que las leyes no están sancionadas. El “ala dura” de la mesa chica presidencial, encarnada, entre otros, en Karina y en el estratega Santiago Caputo, considera que Milei debería firmar el Pacto de Mayo igual, en soledad, frente a la ciudadanía. Y echar mano -otra vez- de la narrativa anti casta. “Si firma el pacto él solo va a ser un discurso interesante”, dijo un colaborador del Presidente que se imagina un texto cargado de pirotecnia contra la política tradicional.
Los que abonan esta idea creen que los bloques del Senado están poniendo piedras en el camino del Gobierno. Y señalan que Milei tiene que “cumplir con la palabra empeñada” el 1º de marzo cuando hizo el llamado al gran acuerdo nacional.
Sin embargo, entre los negociadores que vienen hilvanando los acuerdos en el Congreso se escucha otra postura. Los dialoguistas creen que un nuevo discurso explosivo del Presidente podría detonar todos los puentes en el Senado, que no rechazó las leyes sino que todavía no votó. Consideran que el pacto debería hacerse más adelante.
“Un pacto político se hace con otros actores políticos. Lo de criticar a la casta Javier ya lo hizo. Además, no es que salió rechazada la ley, esto fue un tema de tiempos”, dijo un colaborador oficial que se inclina por esta segunda idea.
En principio, el bloque de la UCR en el Senado el viernes le entregó al Gobierno el listado de cambios que quiere introducir en el dictamen. Martín Lousteau presentó sus propios pedidos de modificaciones. Los bloques Unidad Federal y Cambio Federal harían lo mismo mañana.
Internas otra vez
En el oficialismo se ilusionan con tener dictamen el jueves. Algunos todavía conservan la esperanza que, de ese modo, el Pacto de Mayo se celebre como se pensó originalmente.
La tensión por el “deadline” del 25 de Mayo, no obstante, hizo reflotar las internas en el Gobierno. El momento triunfal que la Casa Rosada vivió con la sanción de las dos leyes en Diputados quedó rápidamente atrás cuando los libertarios vieron que un trámite exprés en el Senado era inviable.
La novela de desencuentros entre Victoria Villarruel y la Casa Rosada sumó otro capítulo. La vicepresidenta se sintió marginada de las negociaciones y no trabajó en pos de acelerar los acuerdos. El secretario parlamentario del Senado, Agustín Giustinian, tuvo que pedir que el propio oficialismo sumara a la vice a reuniones clave.
“El Poder Ejecutivo la pasa por el costado y ella tiene susceptibilidad. No tiene que esperar a que la inviten a una fiesta en su casa”, dijo un libertario que trabajó en la Cámara alta en las últimas semanas.
Sobre esa tensión se sumó el episodio del informe de Nicolás Posse. Dos funcionarios importantes con despacho en Casa Rosada opinaron que la presentación del jefe de Gabinete del miércoles pasado se tendría que haber postergado. “Sí, nos hizo perder tiempo”, lanzó un importante colaborador oficial.
En el Poder Ejecutivo apuntaron contra Villarruel, al considerar que ella podría haber arbitrado la postergación del informe del jefe de Gabinete. Pero tampoco Posse exhibió intenciones de aplazar su cita. Un senador libertario apuntó: “Por suerte lo de Posse salió muy bien ¿Qué pasaba si en el recinto alguno tiraba un bananazo? Fue riesgoso”.
Cuando ya era tarde, el pasado jueves, Francos y el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, se reunieron con Villarruel para integrarla explícitamente a las negociaciones. Después de ese cónclave, ella mantuvo un encuentro con el gobernador de Chubut, Ignacio Torres -viejo adversario de Milei- para coordinar un viaje. El chubutense aseguró que dos senadoras de su provincia apoyarán a las leyes, aunque votarán en contra del capítulo de Ganancias. Torres también confirmó su presencia en el Pacto de Mayo, aunque no se sabe si se va a hacer.
Dentro de los errores no forzados, en el Senado señalan a la reunión secreta entre Lousteau y Francos en un coqueto estudio jurídico de Recoleta, la semana pasada. El trato preferencial que recibió el presidente de la UCR, “figurita difícil” de la Cámara, más el episodio con los fondos para la UBA (que llevó al resto de las universidades públicas a reclamar el mismo trato) provocó una rebelión entre los senadores correligionarios. Días después, la Casa Rosada convocó al jefe de bloque radical Eduardo “Peteco” Vischi a Balcarce 50 para contener la situación.
Un importante funcionario consideró: “No tuvimos en cuenta que en el Senado se iban a tomar su tiempo. No es que cometimos muchos errores. No llegamos”. Fuente: La Nación.
Comentarios