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¿Cómo fue que los jóvenes se hicieron libertarios? Respuestas para no barrer las causas “bajo la alfombra”

Los sociólogos Pablo Semán y Melina Vázquez analizaron el fenómeno en la Feria del Libro. Hablaron de inflación, mentiras, condiciones de trabajo y más.

“Quisimos catequizarlos y salió otra cosa”, va a decir en un rato el sociólogo Pablo Semán. Con énfasis, con preocupación lo va a decir. Es viernes a la noche y está llena la sala de Zona Futuro en la Feria del Libro de Buenos Aires. Para unas cien personas esta es la salida del inicio del fin de semana: una charla para pensar cómo es que los jóvenes se hicieron libertarios. Spoiler: las cosas que “barrimos bajo la alfombra” van a ser parte de la explicación.

Semán está citando -cuenta- un refrán en la poesía brasileña que habla de que “quisieron catequizarlos y salió Carnaval”. El sociólogo es el coordinador de Está entre nosotros, un libro que reúne artículos sobre el crecimiento libertario en la Argentina. Con él conversa, esta noche, otra socióloga, Melina Vázquez, que en ese volumen firma el texto Los picantes del liberalismo, justamente sobre los jóvenes. Y conversa con ellos la periodista Galia Moldavsky, que también estudió Sociología.

La charla se propone entender cómo fue que mucha gente joven empezó a definirse como “de derecha”, cómo en ese cantero, donde suelen crecer la idea de un mundo mejor y la rebeldía, floreció un grupo político que predica el individualismo.

“Me quedé pensando en algo que antecede”, dirá Semán. ”¿Por qué habría que entender a los jóvenes libertarios?” Y se responde: “Creo que porque son parte de un proceso político que nos abarca a todos”. Y avanza: “Hay que entender que la ideología declarada por los dirigentes no es igual al motivo de adhesión de los dirigidos. Una parte de los jóvenes integra las juventudes libertarias, otra está en un radio de influencia de la prédica libertaria y conecta con alguno de sus mensajes, lo que no quiere decir estar todo de acuerdo”.

Pero ¿qué pasó que los jóvenes se fueron para la derecha? Semán analiza: “Hay un proceso de transformación social y cultural que lleva por lo menos 15 años. Un proceso de erosión progresiva de un liderazgo político que tenía que ver con los jóvenes y el kirchenirsmo”. También, dice, hubo “un proceso progresivo de transformación del mercado laboral que creó, sobre todo en las camadas más jóvenes de Argentina, una relación totalmente diferente con el mundo del trabajo, una relación intermitente, autogestionada, fragmentaria, desprotegida en términos de los viejos contratos de trabajo”.

A los jóvenes, dice Semán, les tocó “autogestionar” su vida. El individualismo se convirtió en una forma de supervivencia. Nueva forma de trabajar, nuevos valores, caída de viejos liderazgos. Entonces el río “que iba para un lado” se fue para otro. Y ahí estaba Javier Milei para orientarlo.

Pero, dice Semán, la ideología no es lo que se dice sino lo que se hace. “Para pensar la ideología de estos jóvenes hay que pensar qué es lo que hacen, cómo trabajan, cómo se comunican entre ellos, qué valores tienen y qué comportamientos determinan esos valores. Y ahí aparece esto que es ‘el hombre libertario silvestre’”.

El hombre libertario silvestre

¿Qué es esta idea de hombre libertario silvestre? Vázquez sostiene que “hace 15 años, la combinación de jóvenes, derecha y liberalismo parecía imposible. Llegar a decir eso expresa un proceso de largo plazo”.

Los ingredientes del proceso, dice la socióloga, son padres que vivieron el kirchnerismo como una dictadura, gente que entendió que el gobierno de Mauricio Macri no fue a fondo con el ajuste que hubieran querido que hiciera, algunos con matices como haberse reconocido “pro-vida” en los debates del aborto y haber quedado por eso fuera del progresismo.

“Pensamos que los jóvenes son transformadores y lo eran en sentido progresista”, dice Vázquez. Pero los libertarios disputaron esa idea. “El macrismo no supo decir ‘somos de derecha’” y los libertarios lo hicieron. “Hubo derechas disputando la calle, sobre todo durante la pandemia, donde construyeron una épica en torno a la resistencia a la autoridad, con un loco despeinado y con campera que se convirtió en un influencer y en un referente político”.

Bajo la alfombra

Son ideas, pero no son sólo ideas. También son las condiciones de vida lo que construyen un joven libertario. Semán lo va diciendo cada vez más claro: “Lo qué pasó tiene varias respuestas. Tenemos evidencias enormes de que pasaron cosas pero las barrimos durante lustros bajo la alfombra”.

¿De qué habla? “Hay gente que hoy tiene entre 17 y 24 años y que no vivió la buena época kirchnerista, que fue hasta 2007. Los beneficios del kirchnerismo son cosas de gente grande”.

Hay más: “Lo segundo que pasó –lamento si ofende a alguien- es el ‘proceso Moreno’. Los empleados del Indec sufrieron violencia física y psicológica. A la gente le mentían con la inflación.. como cuando Ceaușescu en Rumania decía que hacía 0 grados cuando había 10 bajo cero.”

Y más: “Pasó el cepo. Hay problemas de empleo juvenil. Es una generación que no recibió lo bueno y recibió lo malo y la acumulacón de bronca da: ‘traeme al primero que esté en contra de todo y voy detrás de eso’.”

Y más, aunque el discurso dijera otra cosa: “No se pueden desconcoer los problemas de seguridad de los sectores populares... ¿hay amor ahí? El empobrecimiento que causa un índice de inflación no reconocido ¿es amor?”

Melina Vázquez toma esa posta: “Los jóvenes están habituados a vivir con la inflación. Atado a eso, había una idea de un Estado que te cuida, que en la pandemia explota por el aire: empezamos con ‘vamos a salir mejores’ y la vacunación vip y la fiesta de Olivos hicieron estallar este discurso y alimentaron la entrada masiva de militantes con un perfil muy fuertemente plebeyo y popular a esa militancia”.

Sí, militancia, algo de lo que estos jóvenes habían escuchado hablar desde chicos: “El kirchnerismo diseñó un montón de políticas públicas que les decían a los jóvenes que tenían que participar. Cristina en todos los actos les hablaba a sus juventudes, las invitaba. Que participaran, que fueran rebeldes. Bueno, esos jóvenes aprendieron a participar, pero participan de otras formas y disputan el voto joven. Y también disputan un lugar en las calles y quieren ser visibles. Es el efecto no deseado de la educación pública y cívica que tuvo lugar”.

Es entonces cuando Semán va a decir lo del principio: “Quisimos catequizarlos y salió otra cosa”.

¿Cuál es el ideal de “hombre nuevo” libertario?

Eso, cuál es el hombre nuevo libertario, preguntará Moldavsky. Semán tiene algo para decir: “No veo un liberalismo del siglo XIX lleno de civismo, de jóvenes racionales discutiendo... esa dinámica democrática que supo albergar el viejo liberalismo. En el hombre nuevo libertario hay un elogio de la capacidad de imponerse a las adversidades, un elogio de la fuerza. Este es un mundo en el que todos estamos más o menos derrotados día a día y todos nos vestimos de símbolos de poder”.

Mostrarse fuerte porque uno se sabe débil, como en el truco. Dice Semán: “El hombre nuevo libertario compensa la impotencia de una vida horrible, en parte, con imaginarios de poder. Social, individual e incluso físico. Responden a una lucha por la sobrevida en un mundo donde todos dicen -o creen sin decir- que sobra gente”.

El pueblo mileísta

“El pueblo mileísta está en construcción”, sostiene Vázquez. “Hay algo de ser populares, los cabecitas negras del liberalismo... El mileísmo es bastante peronista en sus formas y en la manera de construir la representación política de un sujeto. Si el pueblo peronista tiene la idea de ‘comunidad organizada’, este tiene la de individuo. En lugar de un Esado que garantice derechos, reponer la idea de esfuerzo, de mérito. El trabajador de Rappi que pedalea para redondear un sueldo y si no alcanza habrá que pedalear un poco más”.

Gente, dice, con la idea de que “ahora nos toca a nosotros”. Joven, con tiempo.

“Me siento parte de los errores del pasado”, lanzará Semán. El público acompaña, es de edad mediana, quiere entender. “No hay ningún liberal radical que piense que una sociedad puede progresar sin Estado -dice el sociólogo- pero a nosotros nos tocó uno así”.

¿Cayó del cielo? Semán lo duda: “Vino la historia a torcer una historia en que estuvimos tan locos como este tipo. Naturalizamos una inflación del 20 por ciento mensual… Y la gente votó al único que no había duplicado la inflación”.

La noche sigue, afuera es viernes y acá nadie se mueve. Se hablará de feminismo, de peronismo, de igualdad. ¿Cómo llegaron los jóvenes a ser libertarios? Semán y Vázquez dejaron algunas respuestas. Fuente: Infobae.

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