Los datos recabados por el organismo multilateral indican que hasta el 7 de junio casi 7,3 millones de personas habían cruzado la frontera de Ucrania desde el inicio de la guerra, y 2,3 millones regresado al país.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) informó que ya son más de 4,8 millones los ucranianos que buscan refugio en países de Europa tras abandonar el país debido a la invasión rusa lanzada el 24 de febrero pasado.
Los datos recabados por la ONU indican que hasta el 7 de junio casi 7,3 millones de personas habían cruzado la frontera de Ucrania desde el inicio de la guerra, y 2,3 millones regresado al país.
El informe de Acnur, sin embargo, no detalla si estas personas regresaron a Ucrania temporal o permanentemente, pero puntualiza que la mayoría de los ucranianos que abandonaron el país se trasladaron a Polonia, que cuenta con 1,15 millones de refugiados.
Desde que comenzó la guerra son 3,8 millones las personas que atravesaron la frontera ucraniana por el lado polaco, mientras 1,1 millones lo hicieron a Rusia.
El documento registra asimismo que el tercer país que más ucranianos recibió es Alemania, con 780.000, seguido de República Checa, Italia y España.
El informe destacó que Europa en particular sigue mostrando una solidaridad "extraordinaria" con los refugiados ucranianos y que, en esta línea, los países de la Unión Europea (UE) activaron rápidamente medidas de protección y asistencia para las víctimas de la guerra.
Otros países europeos que se encuentran fuera del bloque comunitario pusieron en marcha sistemas de protección similares, resaltó.
"La guerra de Ucrania está provocando la mayor crisis de desplazados por la guerra. La solidaridad de los Estados es extraordinaria", subraya el documento reproducido por la agencia de noticias Europa Press.
De esos 4,8 millones de refugiados, 3,2 millones han solicitado el estatus de protección temporal.
La organización lamentó que muchos de los que regresaron al país encontraron su vivienda "gravemente dañada" o se encontraron con la imposibilidad de encontrar trabajo.
Las mujeres y los niños representan el 90% de las personas que huyeron al extranjero, ya que los hombres de entre 18 y 60 años que son aptos para el servicio militar no pueden marcharse.
Rusia intensifica su avance en el este de Ucrania
Rusia intensificó este jueves su ofensiva para conquistar una ciudad estratégica del este de Ucrania, región donde los separatistas prorrusos condenaron a muerte a dos británicos y un marroquí que luchaban en las filas ucranianas, en medio de los reclamos de Kiev por más armas para contrarrestar estos avances.
Severodonetsk y la vecina Lysychansk se convirtieron en el centro de la ofensiva de Moscú, en su tentativa de hacerse con toda la cuenca minera del Donbass.
Los británicos Aiden Aslin y Shaun Pinner y el marroquí Saadun Brahim fueron capturados precisamente por los separatistas que ya controlan esa región desde 2014.
Los tres fueron "acusados de haber participado en los combates como mercenarios", informó la agencia oficial rusa TASS, y condenados a muerte por la corte suprema de Donetsk, una república autoproclamada tras un referéndum en 2014 y reconocida por el Kremlin antes de lanzar la intervención en Ucrania.
El gobierno británico manifestó su "profunda preocupación" por esas sentencias y exigió que se dé a sus dos ciudadanos un tratamiento de "prisioneros de guerra", consignó la agencia de noticias AFP.
En este contexto, Ucrania volvió a pedir a las potencias occidentales más sistemas de cohetes de largo alcance, como los Himars que anunció Estados Unidos a inicios de junio, con un radio de tiro de unos 80 kilómetros.
Con esos dispositivos, las tropas ucranianas podrían retomar el control de Severodonetsk "en dos o tres días", aseguró Serguei Gaidai, gobernador de Lugansk, que junto a Donetsk componen la región del Donbass.
"Las armas y sanciones también son una vacuna frente a una enfermedad que ha traído Rusia", manifestó por su parte el presidente ucraniano, Volodomir Zelenski, en un mensaje en el que aseguró que el virus "se llama odio y es más mortífero que el Covid-19" y se refirió al conflicto como "Covid-22".
Los soldados ucranianos libran una de las batallas "más difíciles" de la guerra en Severodonetsk.
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