Para un argentino hay pocas formas de mejorar un almuerzo de domingo en familia. Una de ellas es agregarle una final mundialista jugada por la Selección. Aunque algunos afortunados estarán en el estadio en Qatar, millones vivirán desde la mesa familiar este momento único.
A pesar de la gran diferencia horaria con Qatar, los horarios de los partidos en este Mundial resultaron bastante cómodos para los argentinos. El único inusual fue el primero contra Arabia Saudita. Aun así supimos adaptarnos para ver fútbol a las 7:00 de la mañana con mate y facturas, porque siempre la Copa del Mundo es una buena excusa para disfrutar alguna delicia autóctona acompañados frente a la tele.
Mañana se viene la final y se va a jugar al mediodía. Casualidad o no, lo cierto es que este horario, que además cae un domingo, se adapta perfectamente a nuestras costumbres locales. Decir domingo en Argentina nos lleva inevitablemente a pensar en familia, amigos, asado, pastas, sobremesa y fútbol. Si a ese contexto le sumamos un evento tan importante como una final mundialista, podemos afirmar que lo que va a ocurrir mañana es un lujo que nos vamos a dar en vida.
Tanto es así que muchas personas ya tienen planificado todo, aprovechando para unir el encuentro familiar con la final tan anhelada: "La voy a pasar en familia este domingo. Siempre la pasé con amigos pero al ser la final la voy a ver con mi tío. Siempre los partidos los vivo con nervios aunque no se mucho sobre fútbol, pero al ser el Mundial se vive con nervios siempre. Para mí salimos 2 a 1. Esperemos que sea así", contaba una rafaelina encuestada en el centro de la ciudad.
Un hombre que caminaba por la avenida Santa Fe también se mostró nervioso pero confiado: "Se vive con mucha fe y vamos a ganar. La previa y los primeros momentos se viven con nervios, pero creo que ganamos 2 a 0. Hay que tener inteligencia". Además, les dejó un mensaje a los defensores argentinos acerca del francés Mbappé: "¡Les diría que lo tengan de cerca y no lo suelten!".
Un grupo bien argentino
Además, este equipo ha logrado un nivel de cercanía con el público como hace mucho no ocurría, porque ha sabido mostrar lo mejor de nuestra identidad nacional. Al trabajo, la dedicación y el esfuerzo, le ha sumado la seriedad y mesura de su director técnico, quien desde la humildad y profesionalismo ha conducido a este grupo al partido más importante al que un futbolista puede aspirar.
Todavía quedan aquellos que creen que la viveza, la trampa y el engaño nos pueden llevar a buen puerto, pero afortunadamente ahora hemos vuelto a entender que el mérito, la honestidad y la perseverancia siguen siendo las cualidades más valoradas por nuestra gente. De hecho, son las que hicieron grande a este país en sus inicios. Este grupo de deportistas transmite respeto y admiración, independientemente de los resultados dentro del campo de juego.
Además, el valor que los futbolistas le han sabido dar a los tiempos libres con sus colegas y con sus familias, es un claro ejemplo de que están en perfecta sintonía con quienes vamos a alentar desde las tribunas o a miles de kilómetros de distancia. Jugadores e hinchas están alineados como no se veía hace mucho tiempo y eso es sumamente sano para un país que sufre crisis en varios otros aspectos.
Abuela la la la lá…
Párrafo aparte merece una cómica situación que se dio en el barrio porteño de Liniers. Se viralizó en redes sociales un video en el que un grupo de jóvenes festeja el pase a octavos de final junto a una señora de 76 años, al canto de "Abuela la la la lá". Evidentemente lo que generó que se popularizara fue el contraste entre los dos festejos: el de una banda de tipos grandes, corpulentos, saltando alocados y la mujer mayor junto a ellos también celebrando a su forma. Tal vez a primera vista resulta tonto, pero la inclusión de "la abuela" en los cánticos y bailes, fue una forma de hacerla parte de la alegría que había en ese momento. Nadie la dejó de lado y encima la protegieron para que pudiera festejar sin que fuera empujada o golpeada accidentalmente.
El canto se hizo tan popular que ya forma parte de la banda de sonido de nuestro Mundial. Desde ese día, en ciudades de todo el país se ha convertido en un himno de inclusión en los festejos para con nuestros adultos mayores. Nuevamente, este campeonato ha logrado sacar lo mejor de nosotros.
Los que se fueron
En vano es tratar de explicar lo que puede movilizar una final de este calibre en los argentinos. Aunque lejos de ser una explicación científica, la palabra "locura" es la que mejor define esta situación. El pase a la final generó una demanda explosiva de pasajes para viajar a Qatar.
Jacinto Eberhardt, titular de Jachi Tour, contó que hubo personas que hasta llegaron a arriesgar una buena cantidad de dinero con tal de asegurarse un lugar en el avión: "Hubo gente que el día sábado pasado compró su aéreo especulando que Argentina ganara (la semifinal) y pasara a la final. Aerolíneas Argentinas había sacado un comunicado en el que decía que esos pasajes no tenían devolución. Quiere decir que si Argentina perdía, esa gente se quedaba con los pasajes en la mano. Afortunadamente ganó y van a poder ir".
Respecto a los valores que tuvieron que enfrentar quienes quisieron volar a presenciar el último partido del campeonato, dijo que estuvieron en unos 8 mil dólares sólo del pasaje. Es decir que lo que salía antes el total del paquete para diez días en fase de grupos, ahora era sólo para los aéreos. Así explicaba Jacinto el disparatado contraste con la primera etapa del Mundial: "Ese paquete de la primera fase también se vendió en unos 8 mil dólares, pero incluía los aéreos, las diez noches, los traslados en destino, hotelería y entradas".
Los que se quedaron
La gran mayoría de argentinos que se quedaron en este suelo también tendrán la posibilidad de disfrutar un gran domingo pero por valores irrisorios si los comparamos con esos pasajes de precios exorbitantes.
Con picadas para cuatro personas que oscilan entre los $ 2.000 y $ 5.000, sumados al kilo de asado que promedia los $ 1.500, se puede disfrutar de un domingo familiar respetando nuestras tradiciones. Por supuesto que las pastas también estarán a la orden del día, aunque el queso rallado se presente como uno de los ingredientes más "salados" en todo sentido.
Aún quienes no son seguidores del fútbol durante el año se suman a este acontecimiento. Es que como pudimos ver el Mundial no se trata únicamente de algo deportivo. El carácter global de esta competencia moviliza y sacude muchos aspectos de la vida de todas las personas, también de aquellas que no están interesadas en absoluto en este evento. Reuniones laborales, turnos médicos, cumpleaños y otros asuntos personales se vieron relegados en la agenda por las fechas y horarios de los partidos. Queramos o no, todos terminamos alcanzados por la fiebre mundialista.
Qatar único
En definitiva mañana se juega la gran final, esa que tanto se ha esperado durante los últimos días. Pase lo que pase, Qatar 2022 quedará en el recuerdo de muchos como un Mundial fuera de serie por varias razones. Desde lo inusual de jugarse en verano, pasando por los locos que viajaron a último momento, hasta los éxitos deportivos que llegaron de la mano de un equipo que despertó lo mejor del sentimiento nacional. Todo esto dándose en un contexto socioeconómico tan complejo para quienes vivimos acá. ¡Vamos Argentina!
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