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Locales

Un nuevo acuerdo, un nuevo país

Con la creación del fondo de cese laboral y el mecanismo de autocomposición de las partes para la solución de los conflictos laborales, entre otras herramientas innovadoras del nuevo convenio laboral, se logró un sistema mucho más eficiente que el utilizado desde hace 50 años. El nuevo mecanismo posibilitó ahorros significativos para las empresas.

Por Sergio Aladio*

En la mañana del pasado viernes 20 de octubre, el aula magna de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Rosario fue la sede de un hecho histórico, verdadero hito en las relaciones laborales de nuestro país: por primera vez se planteó un convenio colectivo de trabajo en audiencia pública.

Participaron de ella autoridades académicas, catedráticos, empresarios, delegados gremiales, magistrados, abogados laboralistas, miembros de la Corte Suprema de Justicia de la Provincia de Santa Fe, legisladores provinciales, funcionarios del Ministerio de Trabajo provincial y, por supuesto, las partes principales: los representantes de las 4.650 empresas reunidas en las correspondientes cámaras empresarias y los titulares del Sindicato de Camioneros de la Provincia de Santa Fe.

Obviamente, para llegar a esta instancia tan inusual, se hizo lo que nunca se había hecho: empresas y gremios tomamos conciencia de que debemos trabajar en conjunto y así comenzamos el ejercicio de escucharnos, consultarnos, aprender unos de otros, desarrollando la gimnasia de entendernos. "No hay empresas sin trabajadores", me confió el Presidente de una importante cámara de empresarios, a lo que yo correspondí, "tampoco hay trabajadores sin empresas".

El nuevo acuerdo laboral deja atrás un convenio viejo de casi medio siglo, redactado cuando no existía ni el fax, en una realidad completamente diferente. Era hora de no retrasar más. Ya habíamos probado por decenios con la vetusta idiosincrasia del "no-entendimiento" y nos fue como nos fue.

Decidimos alejarnos de la ceguera estratégica del "no-diálogo" para entrar, juntos y de una vez por todas, al siglo XXI. Capital y trabajo son un binomio y si ambos funcionan de manera coherente y equilibrada, se puede reproducir el fenómeno de los países calificados como de mejor calidad de vida, que tienen empresas bien rentables de todos los tamaños, junto al sano contrapeso de trabajadores sindicalizados. Había que animarse a hacer algo distinto y bien hecho, entre todos. Y lo hicimos.

Cabe aclarar que no perdimos tiempo en discutir mitos obsoletos que solo han servido para la pelea estéril, como por ejemplo la tan vociferada -por unos y por otros- "flexibilización laboral". Este nuevo convenio no tiene absolutamente nada que ver con eso. Aquí se trata de otro concepto, esto es una auténtica actualización y evolución laboral que implica transformación y progreso tanto para las empresas como para los trabajadores.

Para ponernos a la altura de uno de los polos agroexportadores más importantes del mundo -de cuya cadena de valor todos nosotros formamos parte, en un planeta que demanda crecientemente nuestros productos- se requiere conjugar de manera congruente el esfuerzo de empresarios y trabajadores. Con estas nuevas herramientas que hemos logrado se fortalecerá al sector para potenciar la generación de riquezas y nuevas oportunidades de empleo, sobre una base esencial: previsibilidad para los empresarios y seguridad para los trabajadores.

El desafío crucial que nos planteamos fue encontrar la compatibilidad entre mayor rentabilidad empresarial y mejores condiciones laborales para los trabajadores. Este enfoque generó verdaderas innovaciones, como la creación del fondo de cese laboral, la autocomposición de las partes para la solución de los conflictos laborales y el análisis integral de la actualidad nacional e internacional para proyectar el futuro. Así, también se incorporaron conceptos clave tales como políticas ambientales, según los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) respecto de la inclusión de personas con capacidades diferentes y sectores infrarrepresentados, y el impacto de las nuevas tecnologías en el trabajo, que comprende también el rol de la inteligencia artificial en sus múltiples facetas.

La capacitación profesional también ocupa un rol esencial en este nuevo acuerdo, habiéndose creado la Comisión de Capacitación y Formación Profesional (C.C.F.P.), compuesta por ambas partes, para trabajar concretamente en lo que datos de la ONU, OIT, Banco Mundial, OCDE, OMS y otras instituciones demuestran: existe una relación directa entre los niveles de educación de una sociedad y el desarrollo económico de la misma. Las cifras indican, por ejemplo, la relación entre el desarrollo educativo, el PBI, la infraestructura de transporte y comercio, y la competitividad y calidad de los servicios logísticos. De esta manera, en el ámbito que nos concierne, los países con un mejor "desarrollo educativo" muestran índices superiores de "desempeño logístico".

Pero no nos quedamos solamente en excelentes ideas y palabras. En efecto, con los cambios producidos por la creación del fondo de cese laboral y del mecanismo de autocomposición de las partes para la solución de los conflictos laborales, logramos un sistema mucho más eficiente que posibilita ahorros tan significativos para las empresas, que permitieron un aumento del salario de los camioneros santafecinos en 15% por encima del resto de la nación. Por supuesto, no aspiramos a ser la única provincia favorecida. Todo esto queda también a disposición del resto de los camioneros y trabajadores de otras provincias y del país entero, toda vez que se trata de una solución superadora que puede ser utilizada por quien lo desee.

Ya somos muchos los que reconocemos que el camino a seguir es el del trabajo conjunto. En esos mismos términos hablamos días atrás con el presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario, institución que, también en un hecho histórico, invitó por primera vez a nuestro Sindicato de Camioneros para sumarnos a trabajar juntos por la mejora indispensable de la infraestructura actual.

Mencioné antes que capital y trabajo es un binomio. Para que ese binomio funcione, se requiere capacidad de escucha, humildad y profesionalidad, por parte de todos. También de quien esté en el Gobierno, quien desde su potestad ejecutiva, podrá fungir de ágil y eficiente catalizador del acuerdo que ya hemos alcanzado, a fin de cimentar los pilares comunes desde donde reconstruiremos un país mucho más moderno, próspero y seguro.

*Secretario General del Sindicato de Camioneros de la Provincia de Santa Fe

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