El crimen de Fernando Báez Sosa por parte de un grupo de amigos que lo atacaron salvajemente y lo golpearon sin parar hasta ver que quedó inmóvil en el piso, a la salida del boliche "Le Brique", en Villa Gesell, el 18 de enero de 2020, repercutió en todo el país. Millones de argentinos hablando de este homicidio y, en muchos casos, sufriéndolo como si fuera un pariente cercano. La manera en que este joven de buenos valores, estudioso y amigable -según relataron todos los que lo conocían y se pudo ver en videos que publicó la familia- fue asesinado llega a los sentimientos de todos, principalmente de aquellos que tienen hijos, pensar que le puede ocurrir a uno, que un hijo puede irse de vacaciones y volver en ataúd hace erizar la piel y llenar los ojos de lágrima a muchos. Eso es lo que se vio y percibió en una serie de entrevistas que realizó Diario CASTELLANOS en las calles de la ciudad, en las que los rafaelinos mostraron emoción, enojo y compasión al referirse a este hecho de connotación nacional.

"Es un caso muy sensible por la manera que lo mataron, porque que se agarren a piñas puede pasar, pero pegarle en el piso, indefenso totalmente, darle las patadas que le dieron en la cabeza ya es mucho, no se puede describir lo que hicieron", expresó uno de los vecinos entrevistados, muy apenado por el hecho, quien aseguró que sin dudas se trata de un caso que "nos tocó en lo más profundo a todos".

Este último testimonio se repitió en casi todas las personas entrevistadas, incluso hasta el nivel de ver ojos llenos de lágrimas y cortarse la voz de más de uno al hablar del caso y lo que deben sentir los padres y familiares de Fernando.

"Nos pegó a todos, uno siempre está pensando que le puede ocurrir a uno por eso el caso es muy renombrado", dijo otro vecino de la ciudad, de unos 40 años, quien contó que a veces charla con su grupo de amigos y piensan lo que debe ser pasar algo así, poniéndose en el lugar de los padres del joven asesinado. "Siento mucha lástima", dijo, teniendo que dejar de hablar por la tristeza que le genera.

Lo primero a lo que hicieron referencia la mayoría de los rafaelinos que fueron consultados sobre el tema es sobre Silvino y Graciela, los padres de Fernando, por quienes sienten una gran compasión y admiración por ser capaces de salir adelante luego de atravesar algo así. "Debe ser muy doloroso"; "Me dan mucha pena"; "Me parten el alma"; fueron algunos de los dichos sobre ellos.

Demostrando su admiración, por decirlo de alguna manera, una joven indicó que "no me vería en esa situación de estar tan calmo cuando obviamente no lo están, pero creo que ya han tenido su tiempo para asimilar un poco lo que pasó, aunque no creo que sea fácil".

Sobre los padres de los acusados

En cuanto a los padres de los acusados, las opiniones estuvieron divididas, están quienes consideran que de alguna manera son responsables de lo que ocurrió, indicando que ellos fueron quienes criaron de esa manera a los agresores; otros no creen que sea tan así pero afirmaron que las únicas víctimas son Fernando y su familia.

En tanto, otros vecinos sienten cierta lástima por ellos, porque consideran que también debe ser difícil estar en su lugar y pensar que no van a ver más a sus hijos en libertad, lo cual es una de las posibilidades tras el veredicto final. "Yo no creo que esos padres hayan educado así a sus hijos", manifestó un vecino de la ciudad.

La ferocidad de los agresores

Los entrevistados además hicieron referencia a la actitud de los acusados, tanto durante el hecho, el accionar luego del crimen, la falta de declaraciones en tres años y cómo se mostraron en las distintas audiencias en lo que va del juicio.

"Me llama la atención la ferocidad con que han actuado, la falta de sensibilidad, no tienen valores", expresó una persona. "Hay una constante falta de respeto hacia el otro, no hay educación", dijo una mujer.

Por su parte, una joven remarcó la clara intención de los agresores de ir a matar. "Agarrar a piñas a una sola persona entre varios y no dejar que los amigos lo defiendan deja claro que lo querían lastimar", dijo; y consideró que si llegaran a quedar libres seguramente repitan este accionar. "Se sabe y se vio que este grupo estaba acostumbrado a esas peleas, a atacar a gente en manada", agregó.

El rugby, un ambiente polémico

La misma disyuntiva que en la opinión sobre los padres de los acusados se generó respecto a si el rugby tiene que ver en las actitudes de los acusados, recordando que practicaban este deporte. Muchas de las personas que participaron de esta serie de entrevistas de CASTELLANOS indicaron que "es algo que llama la atención, porque por ejemplo, generalmente en los boliches cuando hay grupos que practican rugby tienen ese tipo de problemas. No sé porqué, ahí deberían prestar atención los directores técnicos de los chicos y el club para ver de qué manera trabajar. No se entiende por qué son tan agresivos, por qué en grupo buscan pelear", manifestó uno, aclarando que no se debe generalizar.

Otros aseguran que en este deporte hay tradiciones y valores polémicos, contando de otras situaciones con grupos de rugbiers involucrados en disturbios.

Sin embargo, otras personas aseguraron que para ellos el deporte no tiene nada que ver, que se trata de la actitud y valores de cada persona, no porque haga tal o cual cosa va a ser más o menos violento.

La mirada profesional sobre la violencia que existe entre los jóvenes en la actualidad

Son incontables los hechos de violencia entre jóvenes que se registraron en las últimas décadas, teniendo en cuenta sólo los casos que repercuten en los medios de comunicación, un tema que se debe debatir profundamente y entender por qué ocurren.

En diálogo con CASTELLANOS, la licenciada Carla Andreo, psicóloga de nuestra ciudad, manifestó que "el asesinato de Fernando puso el foco en una situación de larga data en cuanto a preocupación de padres, docentes y adultos en general, que tiene que ver con la violencia entre los jóvenes. En los últimos años violencias de todo tipo fueron expuestas, estudiadas, explicadas, abordadas en ámbitos escolares y laborales, y visibilizar este tipo de casos ha ayudado mucho a poner en palabras qué pasa con los jóvenes y estos actos. Si hablamos de cuestiones asociadas a estas situaciones, tenemos que ampliar la mirada a multiplicidad de factores y variables que se ponen en juego no sólo en el hecho en sí, sino en la gestación de las conductas violentas, cuestiones que se dan mucho tiempo antes de estos finales lamentablemente trágicos".

En cuanto a la influencia o no del ambiente familiar o si se trata de una cuestión personal, indicó que "muchas veces hay una mirada adulta (padres, docentes, otros adultos significativos) que hizo caso omiso a determinadas alarmas que se fueron presentando en los jóvenes, tales como formas de contestar, de hablar, de tratar a los pares, acoso, ciberbullying, etc. Asimismo en el ámbito familiar bien puede suceder que conductas de este estilo estén naturalizadas, por lo que el joven las reproduce en el resto de las áreas de su vida". En tanto, explicó que otro factor importante tiene que ver con los grupos de pertenencia, y destacó la palabra pertenencia porque justamente es lo que muchas veces hace que la agresividad de un par despierte la agresividad contenida del resto de la "manada".

Se trata de "pertenecer, demostrar, ser mirado, ser aplaudido o aceptado por quienes ponen en valor determinadas acciones que nada tienen que ver con la moral o la empatía, todo vehiculizado por las redes sociales, donde prima el mostrar, exhibir, sin reparar en el contenido", manifestó la profesional, indicando que es lo que ocurrió en el caso del grupo con el que se topó Fernando.