Hace unos días, el Instituto Provincial de Estadísticas y Censos (IPEC) difundió un informe relacionado al movimiento turístico detectado en el territorio santafesino. En él se presentaron cuadros indicadores de la actividad hotelera en las tres ciudades principales: Santa Fe, Rosario y Rafaela.
La muestra abarcó los meses de agosto, septiembre y octubre del 2022 y, en el caso de nuestra ciudad, se tomaron en cuenta las consideraciones de los diez establecimientos hoteleros que existen.
Si bien la provincia de Santa Fe es uno de los destinos turísticos más elegidos -según declaraciones del Secretario de Turismo Provincial-, las cifras en la ciudad de Rafaela en particular no resultan igual de alentadoras.
Para conocer más detalles al respecto, desde CASTELLANOS dialogamos con Silvina Imperiale, presidente de la Cámara de Propietarios de Hoteles, Restaurantes, Bares, Confiterías y Afines de Rafaela. En primer lugar, la referente de CAPHREBAR dejó en claro que el informe de IPEC viene a plasmar lo que se dice en los últimos años: que el sector no está atravesando un buen momento. "Los datos son alarmantes en nuestra zona y en nuestra actividad. No traspolar ni comparar con destinos turísticos tradicionales, y mucho menos a esta altura del año", comentó.
Lógicamente, el documento se elabora en base a las respuestas de los mismos empresarios hoteleros y gastronómicos. Por eso, según afirma Imperiale, quedó demostrado que la situación es más que preocupante.
Principales estadísticas
El informe expresa que la tasa de ocupación hotelera en nuestra ciudad fue del 23,7% en agosto, del 20,6% en septiembre y del 21,8% en octubre. "Téngase presente que, en agosto, lo que siempre empuja la ocupación hotelera es el Sueño Celeste -torneo de fútbol infantil- que genera cuatro días de ocupación plena en todos los hoteles", explicó Imperiale.
En otra de las partes del informe, se especifica que hubo alrededor de 3.000 viajeros o turistas por noche. Es decir que, de los diez hoteles que tiene la ciudad, a un promedio de 1.200 plazas formales, hubo tres días de ocupación hotelera a lo largo del mes. Los viajeros en agosto fueron 3.500, los de septiembre 2.700 y los de octubre 2.900. "Por supuesto que no fue todo en un mismo día pero, si se realizan los promedios, podemos decir que los hoteles estuvieron ocupados tres días sobre 27 cerrados, cuando las obligaciones que un establecimiento tiene con los empleado, con las leyes sociales, con los aportes patronales y sindicales, y con los impuestos, son mensuales, más todo lo que significa tener un negocio andando", detalló Imperiale.
A eso hay que sumarle la oferta informal de hospedaje y los nuevos hábitos de contratación. Desde el sector, hace tiempo que se solicita la regulación de toda esa actividad (por los alquileres a través de plataformas tales como Airbnb, Booking, etc.) para poder competir en igualdad de condiciones. "Esa gente no paga derechos intelectuales, no paga trabajadores registrados ni ninguna clase de impuestos, solamente pagan la inmobiliaria como si fuese una casa común y corriente. No está inscripta, por lo tanto no pagan ni IVA, ni Ganancias, ni Ingresos Brutos", sostuvo la Presidente de CAPHREBAR.
Por supuesto, según afirma Imperiale, estos números son mejores que los del año 2021, donde todavía se vivían los efectos de la pandemia. "El informe no miente en relación al año 2021. Este informe da un panorama mejor o más alentador. Lo que pasa es que, para que el informe sea realmente fidedigno, y para que los números sean los reales, la comparación debe ser teniendo en cuenta el mismo período de un año donde no había ninguna restricción ni ninguna merma de trabajo", remarcó.
Además, si se comparan estas cifras con las del 2019, que fue el último año en el que se trabajó con normalidad, son muy alarmantes. Y si comparamos esta misma estadística con el 2018, resulta peor, porque 2018 fue el mejor año desde que el IPEC y el INDEC se dedican a medir todo lo relacionado al turismo y a la ocupación hotelera. "Ese año hubo el récord de una ocupación promedio del 83%. Hoy estamos hablando de una ocupación promedio del 22%. Estamos muy lejos de las épocas normales de trabajo", lamentó Imperiale.
Entonces, la situación es para preocuparse, sobre todo en estos meses de verano, cuando históricamente es la temporada baja de la hotelería en nuestra zona porque, al no haber viajeros, y al no haber prácticamente eventos -por las altas temperaturas, por ejemplo- hace que la situación sea bastante compleja.
Rafaela, ciudad de eventos
Desde los primeros meses del 2022, cuando quedaron atrás los coletazos que fue dejando la pandemia, en Rafaela comenzaron una serie de eventos públicos y privados que dieron otra impronta a nuestra ciudad. "Tenemos que seguir trabajando para lograr ese objetivo. Nosotros, desde nuestro lugar, participando de la Comisión de Turismo, teniendo un trabajo en equipo y fluido con las autoridades municipales, tenemos que lograrlo porque es necesario", explicó Imperiale sobre el concepto de "Rafaela, ciudad turística de eventos" que, con el correr del tiempo, se instaló como una marca propia.
Según sus palabras, el turismo siempre fue un motor en todas las economías regionales. La actividad significa la creación de muchos puestos de trabajo de manera directa, pero a la vez muchos puestos de trabajo indirectos. Con esta merma de ocupación, también disminuye la venta de panificados, de café, de azúcar, de jabón, de artículos de limpieza, de amenities, entre otros. "Más allá de que, a veces, estos números desmoralizan, cuando uno lo manifiesta es por algo. Hay que seguir adelante e intentar darle con todo. Tenemos que tratar de posicionar a nuestra ciudad como ciudad de eventos. Tenemos que impulsar a la gente", destacó Imperiale. En ese sentido, solicitó a las personas que, de a poco, comiencen a hacerse a la idea de recibir turistas, de saber atenderlos, de ser cortés, de indicar dónde comprar, dónde queda la estación o dónde tomar un remis. "Se trata de ir generando una conciencia colectiva de la importancia del turismo", afirmó.
Finalmente, Imperiale remarcó que el turismo no sólo genera movimiento en nuestra ciudad, sino que además el turista, cuando viene a un evento puntualmente, viene dispuesto a pasar un lindo momento y a distenderse; por lo tanto, viene a traer su dinero a nuestra ciudad. "Eso nos permite a nosotros seguir generando empleo y, a tanta gente más, poder vivir, porque atiende o vende o asiste de alguna manera a la hotelería o la gastronomía local", cerró.
Comentarios