11.04 En el marco de las graves restricciones argentinas en materia de balance de pagos, las medidas adoptadas para afrontar la escasez de divisas afectan negativamente la dinámica productiva local y regional.
La preocupante falta de previsibilidad política y económica que caracteriza a nuestro país genera elevados niveles de incertidumbre, que impactan de lleno en las principales variables económicas. La situación actual es crítica y hay varios factores que la explican:
- El escenario global expone aumentos de costos de todos los insumos en general, así como también de los fletes y servicios logísticos.
- La estructura productiva argentina depende fuertemente de las importaciones, por lo que el repunte de actividad trae aparejado una recuperación del valor de estas. Según datos de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), la elasticidad ingreso de las importaciones se ubica en torno a 3, lo que implica que, ante un incremento del producto bruto del 1%, el volumen de importaciones debe crecer en torno al 3% para que la economía se desenvuelva sin mayores complicaciones.
- Lo mismo pasa con la matriz energética de nuestro país, que depende de las importaciones de commodities energéticos, los cuales vienen registrando fuertes subas de precios a nivel internacional.
- La brecha cambiaria entre el tipo de cambio oficial y los dólares financieros acelera las expectativas de devaluación y, por lo tanto, empuja a que muchos empresarios, en búsqueda de proteger su capital, pretendan adelantar importaciones para garantizar abastecimiento al menor costo posible.
Frente a esta situación de tensión cambiaria, el gobierno tomó medidas para restringir las importaciones, las cuales provocaron nuevos aumentos sustanciales del costo de los productos importados, fundamentalmente, por tres situaciones:
- por el elevado costo adicional del financiamiento en el caso de aquellas (pocas) empresas que logran acceder a un crédito internacional para financiar la importación;
- por la cobertura sobre el tipo de cambio al momento de pagar las compras externas, para aquellos que acceden a su cupo pero que podrán pagar en 180 días; y
- por el aumento directo cuando se recurre a la compra de dólares bursátiles para poder operar.
Resulta importante destacar que esta situación de aumento desmedido de costos, en muchos casos, se agrava; y el panorama es aún peor: un número importante de firmas está comenzando a reducir sus operaciones adelantando vacaciones ante la falta de insumos para continuar produciendo, ya que se están quedando sin stocks, no pueden realizar más pagos al exterior y tampoco tienen posibilidad de conseguir financiamiento a 180 días.
Es por todo esto que desde la entidad abogamos por que -a la mayor brevedad posible- la operatoria del comercio exterior se normalice, y que se encaren las acciones de fondo que se requieren para que el país se desarrolle, incluyendo la generación de confianza y un clima de negocios adecuado, en beneficio del sector representado y de la economía nacional en su conjunto.
Comentarios