Por Valeria Soltermam
Estos son mis primeros dos años, ya que asumí en 2021, y sigue siendo todo desafío y ganas de trabajar y seguir progresando. Complicaciones hay siempre, limitaciones propias del cargo, de tanto en tanto alguna demora en alguna gestión que dilata los proyectos, la situación misma del país que influye en la vida de los vecinos y vecinas y que llegan a la oficina con muchas demandas. Pero a todo hemos dado batalla y considero que tenemos una gran capacidad de escucha.
Hoy noto a la ciudad pujante como siempre, pero con las complicaciones propias de cualquier crisis. Hay un estado presente que acompaña en los distintos niveles, local, provincial y nacional, con programas de asistencia, fomento, becas, etc., para apuntalar a aquellos y aquellas que más lo necesitan. Y sigo viendo muchos emprendimientos nuevos, gente con ganas de apostar en la ciudad, cosa que me alegra mucho. Para mejorar, diría, como sociedad, desarrollar la empatía, informarnos bien -que es un derecho y además una obligación- apostar al estudio aprovechando las posibilidades de la escuela y universidad públicas, por ejemplo.
Pienso que desde mi banca abrí un espacio de escucha permanente, de contacto directo con vecinos y vecinas, ayudando en cosas bien concretas a veces, y cuando digo ayuda no me refiero a asistencialismo, que a veces es imperioso considerarlo, sino a estar permeables a la escucha de todo aquel que viene con un problema, por darte un ejemplo, recibo decenas de mensajes diarios de temas diversos, se responde cada uno con la verdad de lo que está a mi alcance y lo que no, pero a todo le damos la vuelta, creo que eso es "estar al servicio de", sin falsa modestia te digo que trabajo mucho, a veces me han criticado porque hago cosas que no son estrictamente mi competencia como concejala, pero si yo puedo dar solución o aportar algo a alguien, lo hago convencida de que así tiene que ser, trabajo para la gente.
Y algo no menor, también, es trabajar fuertemente con perspectiva de género, entendiendo a las mujeres como un eslabón social que necesita un apoyo especial, dados tantos años de maltrato e inequidades. Las mujeres y personas con cualquier tipo de vulnerabilidad pueden confiar en que las y los tengo presentes de manera especial.
Yo creo que Rafaela ya nunca más va a ir hacia atrás, es parte de su genética y de cómo elegimos construirnos como sociedad. Pese a cualquier crisis, somos una comunidad solidaria, comprometida, nomás hay que ver la cantidad de instituciones de bien público que hay en Rafaela…La vislumbro y la deseo creciente, plural y empática…ese es el futuro que quiero y veo para mi ciudad.
Rafaela es mi tierra natal, a la que volví luego de estudiar afuera y elijo hoy para vivir y criar a mi hijo. Y la que elijo también para cuidar, mejorar, proteger, desde mi lugar de legisladora. Esta ciudad me dio todo, con sus matices y particularidades, pero la sigo eligiendo y agradeciendo, a ella y a su gente, a sus vecinos y vecinas que son siempre tan cariñosos conmigo y con mi familia.
Espero que sigamos creciendo, en valores, sobre todo, en pluralidad, en ser capaces de abrazar todas las diversidades, agradecidos y agradecidas con quienes dieron años de su vida a la ciudad, gestionándola y llevándola adonde está hoy, que no es un mal lugar, al contrario. Así que mi mayor deseo es que seamos una comunidad que crezca y se desarrolle, contemplando y respetando a cada persona, que seamos más humanos todavía. Que cada quien pueda cumplir sus sueños aquí, en esta porción de suelo argentino que tanto quiero.
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