Para construir una casa, antes de darle la última pincelada de pintura para terminarla, fue necesario anteriormente construir los cimientos, nivelar el terreno, alzar hiladas de ladrillo.
Al menos digamos que llamó la atención que el viernes pasado, para el acto de inauguración de una de las obras más complejas e importantes de los últimos 15 años, no se haya convocado institucionalmente a quienes también fueron protagonistas de una historia que comenzó hace largo tiempo. Hablamos de la obra del Acueducto Desvío Arijón-Rafaela.
Allá por 2008, la decisión del entonces gobernador Hermes Binner fue construir un "Sistema Provincial de Acueductos" que comprendía la concreción de 11 tendidos con el objetivo de llevar agua potable en cantidad (y calidad) a todas las localidades de la provincia.
En ese contexto, el ex Gobernador del Frente Progresista, volvió a foja cero la licitación ya adjudicada a una empresa. Motivo: había sobreprecios. Esa decisión (muchos recordarán) significó duras y encendidas críticas del por entonces intendente de nuestra ciudad, Omar Perotti. Lo cierto es que la ganadora era una UTE integrada por la empresa brasilera Odebrecht. Varios podrán hacer memoria también de que esta compañía fue protagonista de numerosos escándalos por coimas a nivel continental: "El caso Odebrecht es uno de los más representativos de corrupción en América Latina" se describe en Wikipedia. La empresa fue condenada por Tribunales internacionales.
Diario CASTELLANOS dialogó con Rubén Galassi, quien fue Ministro de Gobierno durante el mandato de Antonio Bonfatti durante el período 2011-2015: "En primer lugar, celebro que el agua potable haya llegado a la ciudad de Rafaela como refuerzo de la provisión que ya existía. Festejo que esta obra importantísima haya permitido también proveer de este vital elemento a varias localidades más en el trayecto". Matilde, San Carlos Sur, Centro y Norte, Santa Clara de Buena Vista, San Mariano, Sa Pereira, Angélica y Susana son las localidades por donde pasa el Acueducto. Un total de 300 mil habitantes. La que se inauguró fue la segunda etapa. La primera (Desvío Arijón-Santo Tomé) se había terminado durante el gobierno del mismo Bonfatti.
Una política de Estado, no de un partido
El acueducto es una obra "que tuvo que involucrar a cuatro gobernadores: Binner, Bonfatti, Lifschitz y Perotti para que se pueda concretar. Muchos años de trabajo, fondos públicos de la provincia, financiamiento externo. La mayoría de las gestiones se hicieron en los gobiernos del Frente Progresista" resaltó Galassi quien lamentó que el gobernador Perotti "haya transformado esta inauguración en un acto de campaña para tratar de posicionarse como candidato a diputado» y no como un «verdadero estadista debería hacerlo". Esto es "convocar a todos los que participaron en este proceso. No un acto con decenas de personas, sino una actividad masiva con la presencia de al menos el único exgobernador involucrado que está vivo (Antonio Bonfatti), con la participación de muchos de los funcionarios y técnicos que posibilitaron que esta obra se concrete, con las autoridades de los pueblos por donde pasa el acueducto. Las obras que son política de estado, no tienen un color partidario. Pero sabemos que Perotti no practica la pluralidad política, no es un hombre afecto a dialogar con la oposición. En cada acto siempre está propenso a la ofensa; como lo fue con Miguel Lifschitz en el discurso de inicio de su mandato el 11 de diciembre de 2019. O en este tipo de actos donde piensan en sacar un voto más y no en dejar una obra estratégica que la ciudadanía valore como aporte de varios gobernadores y que es en beneficio de todos. Todo esto forma parte de una visión de gobierno, de pensar las políticas de Estado a largo plazo que trascienden los gobiernos. Como toda obra de esta magnitud lleva muchos años".
Un repaso por la historia
Galassi recordó aquellos primeros momentos "cuando llegamos al gobierno en el 2007 había una licitación que el gobernador Hermes Binner dio de baja. No estaba clara su financiación: se preveía que las empresas que ganaran la licitación, como parte de la inversión, tenían que procurarse ellos mismos el financiamiento. Y ese financiamiento no estaba claro de dónde iba a venir. También revisando los pliegos se comprobó que si el financiamiento era de bancos del exterior (concretamente de Brasil) estaban obligados que buena parte de los insumos (la cañería, por ejemplo) se comprara en ese país. Las empresas que quedaban en principio para hacer la obra era una UTE en la que participaba Odebrecht. Muchos recuerdan que dicha empresa fue condenada por tribunales internacionales porque se comprobó que había pagado coima en varios países, entre ellos Argentina». De esta manera Galassi evaluó que la decisión «no fue sólo correcta en defensa de los intereses económicos de la provincia, sino incluso podría haber desbaratado un posible intento de pago de coimas por parte de esa empresa en Santa Fe. No estoy diciendo que haya existido. Se comprobó que la empresa coimeaba y fue positivo sacarla de Santa Fe".
La historia continuó. Se vuelve a licitar la obra, y al final del gobierno de Bonfatti se iniciaron los contactos con el Fondo de Abu Dhabi. "Después el gobernador Miguel Lifschitz consiguió el financiamiento de 80 millones de dólares». Esto permitió que se avance ya concretamente a Rafaela, «que es en definitiva lo que terminó inaugurando el gobernador Perotti" el viernes pasado.
Binner como gobernador no pudo inaugurar ninguno de los acueductos: "No por ello dejó de planificar, y tratar de desarrollarlos siempre pensando en beneficio de la población. Binner la licitó, el gobernador Bonfatti le dio continuidad e inauguró la primera etapa que comprendía desde Desvío Arijón hasta Santo Tomé y Sauce Viejo». Unos 60 mil habitantes del Área Metropolitana Santa Fe fueron beneficiados: «uno cuando planifica una obra no lo hace para nadie en particular. Por el contrario, tiene que pensar en un territorio amplio. Se fue haciendo con el tiempo, y hoy por algo llegó a Rafaela. Es una verdad de perogrullo, pero si no se hubiera construido la toma de agua, o no se hubieran tirado los primeros caños por debajo de la autopista, es obvio que a Rafaela no hubiese llegado. Todo eso llevó tiempo, recursos y planificación".
Aún hoy con la obra inaugurada, algunos funcionarios continúan tratando de instalar la idea de la crítica, del "olvido a Rafaela". Desconociendo (o no) que una obra de tal magnitud significaba tirar un caño y que de un día para otro llegase a la otra punta.
Quizá alguna vez los dirigentes entiendan que el ciudadano no necesita más enfrentamientos ni cortes de cintas para la foto. Por el contrario, está pidiendo a gritos más políticas de Estado, más obras estratégicas que signifiquen mejorar la calidad de vida de todos los días. Como este acueducto que el viernes se inauguró.
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