Verónica Geese fue secretaria de Energía de Santa Fe y fundadora de la Liga Bioenergética de las Provincias. Plantea la importancia estratégica del biocombustible: "descarbonizar la matriz energética", dice, como forma de responder, entre otras cuestiones, a las exigencias del mercado mundial.
Diario CASTELLANOS dialogó con la ex secretaria de Energía de Santa Fe durante la gestión de Miguel Lifschitz, Verónica Geese, quien fue fundadora de la Liga Bioenergética de las Provincias Argentinas. La ley Nro. 26093 de Fomento de Biocombustibles fue sancionada en 2003 y entró en vigencia tres años después durante 15 años, donde establece que, del combustible que sale del surtidor debe tener un corte obligatorio de 12% de bioetanol -que se produce con el alcohol de caña o maíz- (nafta) y 10% biodiésel -a partir de aceite de soja- (gasoil).
El Senado aprobó su prórroga y queda pendiente la media sanción en Diputados. Se habla del envío de una nueva ley.
La ley 26093 implicó el desarrollo de 54 nuevas plantas pymes distribuidas en 10 provincias. La mayor parte en Santa Fe. Emplean a 75.000 personas directa e indirectamente. Hoy en Argentina son 4 empresas petroleras que deciden precio y fuentes de energía: "la desconcentración de los actores es una medida para no estar a merced de unos pocos. A partir de la energía, se maneja mucho Poder. En cuanto más se divida el Poder, para el conjunto de la sociedad es mejor", sostiene Geese, en un mano a mano con este medio.
-¿Qué se discute con la prórroga o no de la Ley?
-En su momento, fue una ley bastante pionera. Argentina, al no ser a nivel mundial gran productora de petróleo, y por ende estar al margen de las decisiones, diversifica la matriz energética y da trabajo en el interior del país. A partir de la ley, se generaron 54 plantas -empresas pymes- en 10 provincias. La mayor parte de las empresas están en Santa Fe, y el 80% del biodiesel que se produce en el país sale desde acá. Se buscaba que esas pymes, en gran medida de capitales nacionales, sean las proveedoras de las petroleras. Al vencer la ley, las empresas no tendrán más obligación de comprar los cortes. Por ende, esas empresas se funden. Esa relación de reemplazo del biocombustible al petróleo, es lo que hace que estemos a tan poco tiempo y no haya ni una prórroga ni una nueva ley.
Se da esta tensión entre las provincias que producimos a partir del recurso natural y vivo -energías renovables- y del otro lado una corporación que responden al sector petrolero (provincias y empresas). Desde hace 100 años el petróleo se extiende en lo que es la matriz productiva del país. Los temas energéticos se tratan de esta manera, con esa lógica. El sector de biocombustible es como una hermanita menor.
No es que las petroleras digan ‘los biocombustibles son malos‘. No los quieren porque ellos no lo producen. Hoy al menos. Pero, en energía, es mucho más beneficioso estratégicamente que existan muchos proveedores. Acá tenemos 4 empresas y a un país eso no le hace bien. Son las que determinan el precio y las fuentes de energía. Quién va a producir, quién estará en ese trayecto comercial y productivo. Es importante que haya muchas empresas. Esta ley ha sido tan beneficiosa en ese sentido. Hay 54 empresas y pueden ser muchas más las que están ahí, vendiendo energía. La desconcentración de los actores es una medida estratégica para no estar a merced de unos pocos. A partir de la energía, se maneja mucho Poder. En cuanto más se divida el Poder, para el conjunto de la sociedad es mejor.
-¿Ustedes habían trabajado una nueva ley no?
-Desde la Liga Bioenergética con Santa Fe a la cabeza, habíamos presentado un anteproyecto de ley nueva. Desde hace dos años está lista. Hasta el momento no ha habido un interés desde Nación. Entendemos que hay mucho espacio para las bioenergías en la Argentina. En el caso de los biocombustibles líquidos, debemos analizar en aumentar los cortes hasta un 15% tranquilamente. Se puede fomentar que los cortes se den lo más cercano posible a las fuentes de producción. Generar el producto lo más cerca del recurso natural para evitar transporte y perder competitividad. Como se hizo en Rosario: que el transporte de pasajeros utilice el biodiesel puro.
Y les veníamos diciendo al actual Gobierno Nacional, desde antes de que asuman, que tengan en cuenta esta ley. Tuvimos reuniones y gestiones y hoy llegamos a 55 días de que se termine la vigencia, y no se resolvió nada.
-¿Cuántos puestos de trabajo ocupa el sector?
-La OIT había hecho un estudio en Santa Fe cuando estábamos en la gestión: entre 6.000 y 6.500 entre directos e indirectos. En el sector de la caña, en el NOA, y toda la cadena productiva hablamos de 60 mil empleos: allí se contabilizan a las personas que siembran y cosechan la caña. En el caso de la soja, no se cuenta la gente que está en su producción. En Argentina nadie siembra soja para biodiesel. Es un coproducto de las fábricas de aceite de soja. Todas las personas que están en esta cadena, no se contabilizan. Pero, entre los tres biocombustibles -soja, maíz y caña- hablamos de 75 mil puestos de trabajo.
Muchas de estas empresas están instaladas en lugares donde no hay otras industrias. Cuando se habla de verdadero federalismo, sería importante destacar la cantidad de empresas que pueden llegar a generarse, diseminadas en el territorio, dando empleo calificado en cada lugar que están. Siempre beneficiamos al sector petrolero con los impuestos y los precios que pagamos. De este lado, 54 plantas diseminadas en provincias donde se producen materias primas que son en definitiva quienes terminan solventando gran parte de la actividad del país. Es importante que se les pueda dar prioridad a este desarrollo que reclaman las provincias bioenergéticas: No todo para el sector del petróleo.
-Hablemos de esa tensión que hablaba anteriormente…
-Hoy Argentina importa gasoil, no estamos sustituyendo con el biodiesel gasoil que se produce en Neuquén. No es una cosa o la otra: necesitamos biodiesel, bioetanol y lo que los petroleros producen. Por eso, no tiene sentido que el petróleo siga pujando, desafiando, haciendo lobby para importar un producto, no tiene sentido. El Estado debe estar ahí para poner un equilibrio, como en su momento fue la Ley. Deberíamos evitar que se pierdan los beneficios que se dio con esa ley. Sería un pecado para hoy pero también para el futuro de la Argentina. El mundo reclama energías renovables y obviamente descarbonización de la matriz: dejar de usar en lo posible combustibles fósiles. Los biocombustibles son beneficiosos desde todos los aspectos.
-Usted plantea desde hace tiempo la importancia de descarbonizar la economía. Y en relación a ésto, se habla de una disminución de la emisión del carbono en un 70 a 80% con el uso de los biocombustibles.
-A partir del cambio climático, la descarbonización es un proceso que se está dando en el mundo. Los efectos del clima y la necesidad urgente de no seguir aumentando la temperatura. El objetivo mundial se traduce en descarbonizar la matriz energética y las actividades que realizamos: pasar todo lo que consumimos a energías renovables que emitan menos carbono. El petróleo, cualesquiera sean sus productos, tienen una gran emisión. La idea es ir reemplazando esos productos fósiles tanto para los autos, colectivos, etc. como para la electricidad que utilizamos. Si la Argentina no lo hace -tiene compromisos internacionales que asumió- se le complica. Ya hoy es una barrera paraarancelaria. Hoy Europa, por ejemplo, está solicitando certificados de sustentabilidad, que cuidan la biodiversidad, que emiten menos carbono, animales que no provienen de tierras deforestadas, bienestar animal. Todo eso forma parte de un proceso que el mundo nos va a exigir. La Argentina debe entenderlo desde el Estado. Las empresas ya han empezado a hacerlo. Debe emprender el camino de descarbonización. SI todo el gasoil que se utiliza para producir, lo reemplazáramos por biodiesel, habría una disminución importante de las emisiones. Esto podría demostrar que los productos son mucho más beneficiosos y podrán seguir participando de ese mercado mundial. Los biocombustibles en Argentina bajan las emisiones, descarbonizan la matriz energética y ayudan a que sigamos exportando. Es a
bsolutamente primordial.
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