En medio de los movimientos políticos generados en las últimas horas a partir de la renuncia del ministro de Economía argentino, el Lic. Maximiliano Tessio analizó las posibles repercusiones en los mercados.

La debilidad en la economía argentina no es nueva al igual que el impacto que cualquier situación política genera en la misma. La renuncia del ministro Martín Guzmán solo precipitó algunos acontecimientos.
Sobre este escenario, el economista rafaelino Maximiliano Tessio señaló: "El estado de malestar que atravesaba el ahora ex ministro Guzmán era de público conocimiento, pero nadie esperaba su renuncia este fin de semana. ¿El motivo? Igual de conocido: la confrontación existente entre las facciones que integran el grupo gobernante hacían imposible la ejecución de su idea de programa. El plan económico del ex ministro, que había sido acordado con el FMI, tenía un escollo fundamental que era la cuestión tarifaria. Básicamente, se necesitaba corregir más rápidamente el precio de los servicios para ir achicando el agujero fiscal. Pero esto encontró fuerte resistencia por parte de la facción más afecta a la vicepresidente, que encabezados en la figura de secretario de Energía Basualdo no cedieron en validar los pedidos de Guzmán. Sumado a esto tuvimos los desencuentros cada vez más frecuentes con el presidente del Banco Central, debido a las distintas ideas de cómo actuar durante la crisis cambiaria en desarrollo. Motivos que apresuraron su salida".
"La situación base de la que partirá el eventual nuevo sucesor de Guzmán tiene las siguientes características: alta inflación, tipo de cambio atrasado, alto déficit fiscal, mercado de crédito en dólares cerrado, mercado de deuda en pesos dolido por los eventos de las últimas semanas", detalló.
El Lic. Tessio, explicó que ante este cuadro se pueden definir dos escenarios: "El frente gobernante concilia posiciones garantizando a quien asuma la coordinación entre la política económica, energética y monetaria. Con esta garantía, se avanza en ejecutar una corrección del dólar oficial del orden del 30% y se establece un sendero de aumento de las tarifas. Con esto las expectativas se tornarían muy positivas, los bonos subirían fuertemente y la brecha cambiaria bajaría. Como contrapartida la inflación se aceleraría y los salarios perderían poder adquisitivo. Un proceso doloroso para la mayoría de la sociedad, pero que se revertiría rápidamente (dos o tres meses) dado que dinamizaría la actividad económica".
Otro de los escenarios posibles que planteó el economista es que "eligen una nueva figura, pero no se resuelve la descoordinación entre los tres frentes. Esto llevaría a una situación con un déficit fiscal creciente, una emisión aún mayor a la actual, un incremento casi insostenible de la deuda en pesos, con el acuerdo del FMI incumpliéndose y los dólares alternativos subiendo de manera muy fuerte".

Salida o encerrona

Tessio, dijo que "lo que debemos entender es que, mal o bien, el shock tiene que existir, de esto no se sale sin ajuste. Cuanto antes se haga, menor va a tener que ser, e incluso el gobierno podría arribar a las presidenciales recogiendo los frutos del mismo. En caso contrario, vamos a estirar una agonía que deja al país muy vulnerable a cualquier shock externo negativo".
Y agregó: "Puede ser una continuación de la suba de tasas internacionales o una caída en el precio de los commodities, o una combinación de ambas, ejemplos de shocks externos que nos hagan revivir una situación muy parecida al 89 si nada se hace para corregir la situación interna", finalizó.