Una de las decisiones claves en la vida de una persona, de hecho una de los primeras, es el momento de la elección de la profesión a la que quiere dedicarse en sus próximos años. Existe gente más determinada y que ya tiene una decisión tomada y segura, pero hay otras que están totalmente perdidas o que no se deciden entre ciertas opciones.
Para aquellos que están más inseguros, la mejor acción que pueden efectuar antes de definir algo es realizar un taller o prueba de orientación vocacional.
En ese sentido viene trabajando desde hace tiempo la sede Rafaela de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (UCES), que desde el año 2005 cuenta un Servicio de Orientación Vocacional y Ocupacional.
"Venimos acompañando y sosteniendo los procesos de elección de todos los estudiantes de educación secundaria de la ciudad de Rafaela y la zona, porque también nos visitan estudiantes que están alojados en localidades aledañas como Susana, Bella Italia, Sunchales, Ataliva. Lo que hacemos es brindar procesos, tanto grupales como individuales, gratuitos para que los chicos y las chicas puedan detenerse a lo largo de seis encuentros a reflexionar acerca de quiénes son, qué intereses tienen, qué proyectos, qué cosas anhelan, qué sueñan, cuáles son sus actitudes, cuál es su historia escolar; y desde ahí también acceder a información en función de quién soy, cuál puede ser para mí y para lo que yo busco la mejor opción. En eso nos abrimos a todas las alternativas, a carreras que se estudian en UCES, pero también en otras casas de altos estudios de la ciudad y de otras provincias", explicó la psicóloga y profesora que encabeza esta iniciativa, Silvana Best, en diálogo con Diario CASTELLANOS.
Este taller consta de seis encuentros presenciales en los que se explica y ayuda a los jóvenes a elegir su propio destino. Sin embargo, para aquellas personas que son de otras localidades y se les complica hacer el proceso, lo pueden realizar de manera virtual, alternativa que se implementó en la pandemia y que se sostuvo durante este tiempo.
Cada año, el mismo inicia en el mes de marzo y en agosto se hacen las difusiones a las escuelas secundarias de la ciudad para quienes quieran participar. De la misma manera, se informa a través de las redes sociales de la universidad. El primer cuatrimestre se lleva a cabo en el mes de abril y el segundo, en septiembre.
Según contó la profesional, suelen tener una inscripción muy masiva en el primer cuatrimestre, con una demanda que va entre las 30 y 50 personas; y en el segundo cuatrimestre a veces decae un poco "porque ya muchos han ido avanzando y se han decidido y entonces ahí nos permitimos algunos procesos individuales y atendemos también algunos casos dentro de nuestra universidad o también de otras casas de altos estudios, de jóvenes que han intentado el cursado de una carrera y que se dan cuenta que no termina de ser lo que ellos buscaban y entonces deciden volver a revisar y a replantearse su elección, que son los procesos que llamamos de reorientación vocacional".
Qué se debe tener en cuenta
Best explicó que para decidir el camino que uno quiere seguir, "lo más importante primero es pensarse a uno mismo, volver para atrás y recapitular un poco lo que fue la propia historia escolar, cuáles fueron las materias que más me interesaron, cuáles fueron aquellas en las que obtuve yo un mejor nivel de desempeño, que hablan por ahí de mis fortalezas como aprendiz. Junto con esto empezar a ver también qué cosas me gustaba hacer de chico, qué cosas anhelaba, cómo me proyecto, qué rol social me gustaría poder ocupar, de qué me gustaría trabajar", dijo.
Siguiendo esa línea, contó que muchas veces los chicos se hacen una pregunta de mucha envergadura, pensar "qué quiero hacer toda mi vida, y en realidad los trayectos profesionales y ocupacionales de las personas no son así, para toda la vida, eso ha ido cambiando y las personas acceden a distintos puestos de trabajo y a veces encaran nuevos proyectos, se capacitan en nuevas áreas que antes no lo habían hecho o emprenden carreras universitarias, una segunda o hasta una tercera a mayor edad. Entonces no hay que pensarlo como esa linealidad, pero sí pensar en el mediano plazo, cuando tenga 24 o 25, una vez que egreso de mi formación de grado, de lo que estudié, dónde me gustaría trabajar, a lo mejor no el nombre de una empresa o de una institución, pero sí en qué espacio", detalló.
La profesional indicó que es necesario hacerse preguntas, como por ejemplo: ¿Y en un banco cómo me siento? ¿Y en un aula dando clases qué me pasaría? ¿Y si trabajo al aire libre y estoy en un entorno rural y me dedico a hacer análisis de suelo, qué me pasaría con esto?
"Esas instancias son sumamente valiosas para a partir de poder identificar un poco mejor, porque a todos lo esperable es que tengamos varias áreas de interés, entonces pudiendo situar dos o tres áreas, empezar ya sí a buscar información sobre la oferta concreta de estudio o de trabajo, algunos no quieren o en este contexto económico a veces no pueden estudiar porque les gustan carreras que quizá no está dentro de la oferta gratuita de la ciudad, entonces puedo también pensar dónde me gustaría insertarme laboralmente, en esto el servicio también ayuda y acompaña. Ya después, con esa información sobre qué opciones tengo, qué opciones concretas y reales tengo, más lo que yo quiero, puedo llegar a poner las dos cosas en la balanza y decir esta es, en este momento, la mejor opción para mí", concluyó la Licenciada Silvana Best.
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