Cuando Kabe te ve sonríe así de grande. Porque grande es él también, por su paciencia, por su cariño, por su deseo de pertenecer a una familia.

Kabe cambió sus costumbres callejeras por las de hogar en la guardería de Ale Alvarez. Allí entendió que había que compartir, que no es nada fácil pero nunca imposible: lo logró.

Hoy reconoce que los paseos se hacen con pretal y correa larga para que sean más placenteros y tranquilos para él y para su acompañante.

Por todo ello y mucho más que puede regalarte Kabe, deseamos con todo el corazón que sea adoptado. Es un perrazo de amigo, de cariñoso y compañero. Adoptá, siempre. No se lleva con gatos y pajaritos.

Los interesados comunicarse a @adaparafaela o al whatsapp 3492-527958.