La industria nacional, provincial y local, en su conjunto, viene atravesando períodos marcados por la recuperación en la actividad, aunque los protagonistas reconocen que estas mejoras dejarán de ser tales si no se resuelven problemas de fondo, como la inflación, financiamiento, carga impositiva y la revisión de políticas en lo que refiere a despidos e indemnizaciones.
En los últimos días se han ido presentando distintos informes que dan cuenta respecto a la situación en la industria, tanto a nivel local con el observatorio de la industria rafaelina, desde FISFE, y también a nivel nacional desde ADIMRA. Todos los entes encargados de dar seguimiento a lo que refiere a la actividad industrial reconocen abiertamente que los niveles de actividad vienen mejorando con el correr del tiempo e inclusive en algunos sectores consiguiendo números semejantes a aquellos pre pandemia. Desde la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA), ya habían señalado que la actividad del sector cobró un impulso del 16,3% en términos interanuales, pero avanzó sólo un 0,9% respecto a julio. De esta forma, la producción metalúrgica acumuló un crecimiento de 23,4% en los primeros ocho meses del año, y se ubicó en niveles superiores a los del mismo período de 2019. Por su parte en Santa Fe, desde FISFE, señalaron que la actividad industrial presentó una expansión de 16,6% interanual, acumulando en ocho meses una importante recuperación de +24,0% con relación al mismo período del año anterior, con lo que se destaca las mejoras de la producción, que se posiciona por encima de lo observado en el plano nacional.
Todos los sectores coinciden en un incremento en la producción, alcanzando niveles pre pandemia, que inclusive viene acompañado con un incremento en el empleo, en Rafaela se hablan de 300 nuevos puestos de trabajo y un gran incremento de utilización en la capacidad instalada cuyo promedio es de un 77%, recordando que supo ser de apenas 30% en determinados momentos de la pandemia, mientras que a nivel Nacional con los datos relevados en agosto en lo que se refiere a la industria metalúrgica se habla de una utilización de capacidad instalada del 58%.
Ahora bien, dejado ya en claro el buen momento que atraviesa la industria en todo el país, los propios actores del sector reconocen que para continuar por este camino de recuperación y mejoras deben resolverse problemáticas estructurales, para que las mismas no sean un impedimento a la hora de continuar con niveles positivos en lo que a actividad industrial se refiere.
En diálogo con CASTELLANOS, Graciela Acastello, presidente de la Cámara de Industriales Metalúrgicos de Rafaela reconoce abiertamente que los principales problemas para los actores del sector es la baja rentabilidad, una alta carga impositiva, los altos costos financieros y a su vez el agotamiento en la capacidad instalada de la industria.
Acastello detalló aquellos problemas que deberá enfrentar la actividad industrial entre los que se destacan los altos índices inflacionarios, un dólar anclado, el desmesurado incremento en los costos de la materia prima, lo que termina impactando directamente en la industria nacional ya que, al elevarse estos costos, se vuelve realmente dificultoso poder competir ante productos importados. La empresaria local reconoce que debido a los altos índices inflacionarios "no podemos cubrir con incremento en los precios de los productos elaborados ya que sino quedamos desplazados en comparación con el mercado internacional. Por este motivo bajan las utilidades de las empresas y ganan mercado los productos del exterior", detalló.
El control de la inflación no sería el único punto que en definitiva termina incidiendo y perjudicando la recuperación de la industria, que también se enfrenta a otro problema de grandes consideraciones y que tiene que ver puntualmente con el esquema de costos que significan el importe de determinados servicios como pueden ser luz o gas. Los incrementos en los servicios, como puede ser la parte energética, obviamente que no fueron ajenos al incremento considerable de costos, con el agravante de que venían de períodos de congelamiento de tarifas del año anterior como consecuencia de la pandemia. En base a esta realidad, Acastello enfatizó que si bien los incrementos han sido considerables, también destacó el trabajo realizado por FISFE y el Gobierno Provincial que tras un acuerdo se logró que para los electro intensivos se suspendan ciertos aumentos que generarían en caso de concretarse graves problemas para la industria, aunque no debemos perder de vista que el contexto mundial en lo que refiere a suministro de este servicio, donde las grandes potencias vienen reportando bajas en sus producciones ante la falta de suministros. Los precios de la energía han alcanzado niveles récord en las últimas semanas, impulsados por la escasez energética en Asia, Europa y Estados Unidos, y se espera que la crisis dure hasta fin de año, lo que indudablemente terminará frenando el crecimiento económico.
El financiamiento, por otro lado, es otro de los grandes problemas estructurales de la industria, no solo de la metalúrgica o siderúrgica, sino la industria en su conjunto. Días atrás desde CASTELLANOS dábamos cuenta de esta gran problemática también para el desarrollo de economías del conocimiento, en particular en la industria de los videojuegos que reconocen claramente esta necesidad. Con lo cual no es un problema de un sector determinado. Uno de los datos que se desprende del observatorio de la industria local es que más del 70% de las inversiones realizadas en las industrias locales fueron financiada con fondos propios, "lo cual habla de la falta y necesidad concreta de asistencia financiera a las industrias. Necesitamos fijar como prioridad el otorgamiento de créditos blandos, a largo plazo, con tasas razonables, pero fundamentalmente ágiles en su otorgamiento", detalló la empresaria local.
Otro grave problema para la industria, según reconoció Acastello, es el férreo control de cambio y los cepos que se van dando desde el Gobierno Nacional. "Recientemente se han decretado distintos tipos de medidas que impiden o por lo menos generan trabas para poder llegar a hacer giros al exterior, sin el permiso del banco central, lo que entorpece el comercio habitual de materia prima, incluso bienes de capital adquiridos en el exterior que no pueden girar los saldos necesarios para pagar este tipo de productos, con lo cual ya se genera una desconfianza en proveedores ante esta situación de incertidumbre", concluyó.
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