Mientras el calendario electoral echó a rodar, la preocupación diaria de los argentinos pasa por dos ejes centrales: la inseguridad, por un lado, y las dificultades y perspectivas de una economía doméstica cada vez más complicada por el otro. Sobre este último tema, Diario CASTELLANOS dialogó con el especialista Pablo Gorbán: la economía que se viene y su relación de ida y vuelta con las elecciones: "Históricamente el mercado espera previamente a las elecciones. Y hay una tendencia a la dolarización de cartera para cubrirse de cualquier 'sacudón' electoral", comienza Gorbán.
-¿Qué panorama se puede imaginar más cerca de las elecciones? ¿Cuál sería el grado de inestabilidad que tendríamos que afrontar?
-En 2015, cuando ganó las elecciones Macri, hubo un efecto positivo. El resultado fue de cierta manera sorpresivo. Esto generó un boom de mercado en acciones, bonos, etc. En 2019 pasó lo contrario: la vuelta de Cristina hizo que todos los indicadores se vuelvan negativos. Hoy el contexto es muy particular. Un estado de la economía que muestra un franco deterioro, en zona de emergencia.
-¿Cuáles serían los indicadores que generan tensión en el mercado financiero?
-Hablamos directamente de pérdida de reservas. En reservas netas estamos al filo de cero. Desde enero vivimos una caída que es la más fuerte registrada desde 2003. Otro indicador: la inflación. El 7,7% de marzo fue la más alta desde 2002. Para adelante deja un piso del 7%, un 8%. Ponele que se estabilice hacia adelante, hablamos de un 125%. El tercer punto: muy baja demanda de dinero. Circula más rápido, lo que significa un caldo de cultivo para la inflación. La deuda que se tiene por los instrumentos que coloca el Banco Central en el mercado para quitar liquidez (los leliqs) está en un nivel récord. El Estado tiene una deuda por importaciones que es la más alta desde 2003: existe una necesidad de importar no satisfecha porque faltan divisas. Genera tensión, falta de stock, aumento de precios. El último indicador es la brecha cambiaria del 100%. Desde que asumió el ministro (Sergio) Massa, intentó llevarla al 60%. Hoy está en máxima tensión, lo que implica que sea muy difícil que se den los procesos de generación de precios, un circuito productivo normal. Se deja de mirar el tipo de cambio oficial.
Y a todos factores hay que sumarle la sequía, que afecta dos elementos clave para el acuerdo con el FMI: caída de reserva y de ingresos reales (cae la recaudación por retenciones). Esto afecta la disminución del déficit fiscal con el que se había comprometido el Gobierno. Cumplió con la caída de gastos pero la caída de ingresos casi la anula. La sequía deja un panorama bastante tensionado de cara al proceso electoral.
-¿Es lo mismo quien gane para el mercado?
-Hasta hace un par de meses, con el oficialismo en caída, aparecía una opción de centro de la mano de "las palomas" de JxC: más amable con los mercados, sin posibilidad de estallido social o al menos con algún tipo de contención. El mercado daba por descontado que luego del proceso electoral, habría un salto brusco en el tipo de cambio. En las últimas semanas, con la derechización del voto ("los halcones", Javier Milei) se ve una salida desordenada, con estallido social. Esto lo tensiona, acelera el proceso de dolarización de carteras y complica más al actual Gobierno, ante la imposibilidad de conseguir financiamiento y mantener la estabilidad hasta las elecciones. A todo esto, hay que sumarle los problemas de la economía real.
-¿Qué significa eso?
-Hace más de diez años que no crece el ingreso por habitante. La caída del salario real en pesos desde 2015 es de un 20%. Desde 2017, medido en dólares, un 60%. Una economía con niveles record de pobreza. Una realidad social muy complicada. Para los candidatos, la situación significaría hacer un ajuste más con bisturí que con motosierra. El mercado lee todo esto.
Hoy la principal estrategia del Gobierno es llegar a las elecciones con una economía estable, sin devaluación y sin corridas. Meses atrás, a estas pretensiones se les agregaban crecimiento de salario real, de la economía... Todo está descartado, más allá de un posible "plan platita" sectorizado.
-Todo lo que sea conseguir dólares es a lo que le presta atención…
-La aplicación del "dólar soja 3" es un elemento a analizar. Hasta ahora se ve una liquidación muy lenta. Lo que hizo el Gobierno con soja 1 y 2 fue adelantar la de este año. Queda muy poco por delante. Otro tema a analizar son las negociaciones con el FMI para replantear el programa. Adelantar fondos para que en el cortísimo plazo haya una sensación de mayor robustez del BC. La precariedad gubernamental se vislumbra a la vez que negocia con EE.UU., con China el swap, con Brasil... estos intentos de acuerdo con actores que geopolíticamente son antagónicos, muestran la desesperación del Gobierno por conseguir dólares. El dólar de equilibrio nos estaría dando por encima de los $ 500 (nivel de reservas, de base monetaria y de los pasivos del BC). Hoy estamos transitando una tensa calma. Los dólares alternativos están por debajo de lo que tendrían que estar debido a las intervenciones del Gobierno, tasas altas, etc.
-¿Conclusión?
-La economía transita este proceso electoral más tensa que en otras oportunidades, con condiciones de la economía real con altísima sensibilidad social. Llegar en estas mismas condiciones sería para el Gobierno una victoria. Incluso con el deterioro de los indicadores a los que antes mencionamos
*Pablo Gorbán es consultor principal de "Génesis Económica". Licenciado en Economía (UNR) y Mag. en Adm. Pública (UNL). Docente universitario y fue Secretario de Hacienda de la Provincia de Santa Fe durante la gestión de Miguel Lifschitz.
Comentarios