En la sesión ordinaria de este jueves el Concejo Municipal tuvo lugar el emocionante reconocimiento a Elisa Cordera de Armando por su labor y aporte a la ciudad, estando de rodeada de familiares, amigos y productores. El reconocimiento se debe a su trayectoria en el sector, pudiendo llevar adelante todos los trabajos que realizaba en el tambo junto a su esposo hasta el momento de su fallecimiento. Elisa trabajó a la par de él desde los inicios y posteriormente supo sostener la excelencia productiva de sus tambos, manteniendo a la familia unida y el trabajo en armonía, inculcándole a sus hijos el valor del esfuerzo y el amor por las raíces familiares y de trabajo.
En la sesión se emitió un video sobre la vida de Elisa, en el que Ceferino Mondino justificó el proyecto, recorriendo el funcionamiento de la Cabaña Armando, con el 100% de producción de la ciudad, mostrando la vida agropecuaria, el tambo, la oficina con documentación, el amor por el trabajo, sumado al testimonio de amigas y trabajadores. Estudió en el Colegio Misericordia.
El concejal del PRO agradeció “a los allegados y amigos por los testimonios y la buena predisposición, abriendo las puertas del trabajo y del hogar. Felicitaciones en nombre del Concejo. Ojalá podamos copiar estos ejemplos de vida para hacer grande a nuestra ciudad”.
Lisandro Mársico aclaró que “nunca un video fue la justificación del proyecto”.
María Paz Caruso dijo que “su trayectoria de dedicación plena al trabajo y la familia. Cuando fallece su compañero Juan Carlos Armando, Elisa se hace cargo del tambo de la cabaña, que para ella no fue una novedad ya que trabajaba a la par de él, estaba al tanto de todo. En 1982 le plantea a sus hijos mayores su idea de procesar la leche, idea que ellos apoyaron y le dieron para adelante, con gran esfuerzo y dedicación; era un trabajo muchísimo más artesanal del que conocemos hoy porque ordeñaban a mano. Su vida nos enseña que la fortaleza, la determinación, la autenticidad, la perseverancia y eso que hoy llamamos emprendedurismo, liderazgo y resiliencia son valores humanos universales, que van más allá del género”.
Finalmente, Elisa testimonió su vida familiar y laboral, mechando algunas anécdotas: “vine del campo, me alegra las casitas del campo porque son pymes-escuelas con gente trabajando sumado a los profesionales. Es un permanente educar a la familia; somos la oveja obrera y amo al campo. El 21 de noviembre de 1981 estábamos sepultando a Juan Carlos Armando, un joven que le dio lustre a Rafaela con ética y genética. Hay que tomar decisiones con sabiduría porque nos van a allanar el camino”.
Elisa demostró que la participación activa de la mujer en el liderazgo rural y agropecuario es crucial para abordar los desafíos del sector y promover el desarrollo sostenible y equitativo. Que su dedicación, que el trabajo continuo, apasionado y perseverante sea fuente de inspiración para las generaciones venideras.
Con sus 87 años es una exitosa y destacada mujer rafaelina. Por su actividad agropecuaria y sus vivencias en la zona rural desde los primeros años de su vida es un verdadero ejemplo de trabajo, superación, perseverancia y en ámbito familiar, social y comercial de la ciudad y la zona. Su gran familia compuesta por sus cuatro hijos: Juan Carlos, Gabriela, Gustavo y Alejandro, sus 17 nietos y 7 bisnietos.
Elisa decidió continuar con la pasión que la acompañó desde su infancia: las tareas relacionadas al campo luego del fallecimiento de Juan Carlos hace 43 años. Esta mujer luchadora, aguerrida y siempre actualizada nunca bajó los brazos, demostró su capacidad, liderazgo y compromiso social para mantener los puestos de trabajo y se puso al frente de la empresa acompañada por sus hijos le dieron continuidad a ese legado familiar sólido, permitiendo que el negocio esté en pleno auge manteniendo la tradición y la identidad familiar.
Un ejemplo de superación y liderazgo
Elisa es un ejemplo de resiliencia, liderazgo y compromiso con su familia y su comunidad. Es, sin dudas, el claro ejemplo de una mujer que supo ser protagonista de su propia vida en momentos difíciles y en donde, lejos de acobardarse, enfrentó lo que la vida le puso por delante. Elisa es el claro ejemplo de superación, de frontalidad, de temple para criar a sus hijos, a sus cuatro hijos, con tan solo 44 años y en donde les enseñó el amor por el trabajo, por el esfuerzo, por la superación y por la construcción de nuevos proyectos. Elisa es realmente una mujer que ocupa en Rafaela un lugar selecto y en donde hay que mirar para aprender.
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