Cada 8 de noviembre se homenajea en Argentina a todos los trabajadores municipales que brindan sus conocimientos y experiencias para crear una comunidad mejor. ¿Por qué se celebra hoy el "Día del Trabajador Municipal" en Argentina?
Ellos merecen un gran reconocimiento por la vocación y por el servicio que demuestran diariamente en sus tareas desde todas las reparticiones municipales, brindando sus conocimientos y experiencias para el logro de los objetivos propuestos al servicio de la comunidad.
El "Día del Trabajador Municipal" se celebra en conmemoración del 8 de noviembre de 1959, cuando se constituyó la Confederación de Obreros y Empleados Municipales de la República Argentina (COEMA), la organización sindical que agrupa a todas las federaciones de Trabajadores Municipales de las provincias.
La COEMA nació en el seno de la revolución sindical durante la presidencia de Arturo Frondizi y con las 62 organizaciones como base, teniendo como fin organizar y unificar a todas las federaciones, sindicatos y uniones municipales de la Argentina.
Esta fecha conlleva un merecido reconocimiento a todos los obreros y empleados que día a día contribuyen con su esfuerzo y dedicación, al sostenimiento y crecimiento del Municipio y de la mano de ello, al progreso de la ciudad.
La importancia de Gerónimo Izetta
Nació en Gualeguaychú, Entre Ríos, el 16 de mayo de 1916, proveniente de una familia de trabajadores. Estuvo casado con Marta Elena Galetta, con quien tuvo dos hijos, Nora Elena y Eduardo Daniel.
A los 18 años de edad dejó su tierra natal para llegar a la provincia de Buenos Aires, su primer lugar de residencia fue la ciudad de Ensenada e ingresó a trabajar en la industria frigorífica que por esos años era insipiente en las tierras de Berisso.
Poco después volvió a mudares y pasó a formar parte del plantel de trabajadores municipales de Avellaneda. Partícipe activo de los recordados hechos del 17 de octubre de 1945, fue uno de los fundadores y conductores del Sindicato de Obreros y Empleados de Avellaneda.
Desde ese ámbito encaró el proyecto de unificación de todos los municipales a nivel provincial y es así fue que en 1948 logró conformar la Federación de Obreros y Empleados Municipales de la Provincia de Buenos Aires, que luego de un cambio de denominación se convirtió en la actual Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales de la Provincia de Buenos Aires.
Desde 1952 y hasta su muerte estuvo al frente de nuestra entidad diagramando junto a otros compañeros una estructura que ratificó los objetivos de su creación.
Pero su empuje continuó hasta llegar a la organización nacional, con la fundación de la Confederación de Obreros y Empleados Municipales Argentina (COEMA).
El nacimiento de la nueva entidad se produjo el 8 de noviembre de 1958, cuando se obtuvo la Personería Gremial, hecho que dio lugar a la celebración del "Día del Trabajador Municipal", en esta fecha.
En el año 1945 se había sumado a los ideales de la naciente Doctrina que albergaba la necesidad de desarrollar la Justicia Social para los trabajadores. Su lucha lo obligó a exiliarse en el Uruguay en el año de 1955 y en varias oportunidades fue encarcelado por defender sus ideales siendo víctima de torturas y persecuciones.
Volvió al país luego, retomando su actividad sindical llegando a ser Diputado Nacional durante los años 1963 y 1966; fue miembro de la Confederación General del Trabajo; presidente del Congreso que consagró a José Ignacio Rucci secretario general de la CGT; fue uno de los que actuó por el retorno al país del General Perón, al que pudo visitar en España en el exilio de Puerta de Hierro.
El golpe militar del 1976 no lo relegó en su accionar y en el año 1977 fue detenido nuevamente al gestarse el primer Paro Nacional contra la dictadura, denominado "de los 25".
En la cárcel, su salud comenzó a deteriorarse y fue trasladado más tarde a un centro sanitario. Pudo ver el regreso de la Democracia continuando con su labor y con su ejemplo de sacrificio y austeridad.
"Fue uno de los hombres más importantes del Peronismo", al decir del propio General Juan Domingo Perón fue uno de los nexos durante su exilio con el Movimiento Obrero Organizado.
Murió el 21 de julio de 1991 en una casa que sus propios compañeros de época le recomendaron e insistieron en que compre y es lo único bien material que le dejó a su familia. Eso lo marca como ejemplo.
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