Por Martín Lehmann

Según el sitio web oficial del Gobierno argentino, el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia es "el día en el que se conmemora en Argentina a las víctimas de la última dictadura militar, autodenominada 'Proceso de Reorganización Nacional', que usurpó el Gobierno del Estado Nacional argentino entre el 24 de marzo de 1976 y el 10 de diciembre de 1983".

Como es moneda corriente en este país, los feriados se han transformado en suerte de comodines demagógicos para intentar lograr la simpatía de muchos asalariados. Varios de estos ven con lógico entusiasmo la existencia de un día más de descanso, pero no suelen reparar en que a mediano y largo plazo la medida los estará perjudicando.

Esto pasa porque, ante a un feriado, el dueño de una industria o de un campo se ve obligado a detener la producción o pagar doble jornal en caso de contar con el personal disponible para eso. Es decir, que de una forma u otra, pierde dinero que podría haber asignado a, por ejemplo, ampliar la fábrica y generar nuevos puestos de trabajo.

Igual que el cuento de "el rey está desnudo" esta es una verdad que muchos la piensan, pero muy pocas personas suelen referirse abiertamente a ella por miedo al qué dirán. ¿Es necesario parar todo un día para realizar un acto de 30 minutos? Todos pierden cuando se detiene la rueda del trabajo: el empresario, el empleado y los consumidores. El único que gana es el político de turno que crea y manipula los feriados para disponer a piacere del tiempo y del capital humano argentino.

A diferencia de un 9 de Julio en el que la Argentina completa celebra su Independencia sin distinciones políticas, el 24 de marzo fue concebido con una mirada sesgada de los hechos ocurridos en la década de los setenta. Vamos a desglosar el nombre del feriado de hoy:

"Día Nacional de la Memoria"

Desde el Estado se propone recordar parcialmente lo ocurrido durante esos años. Primero lo hace recortando la historia dando por cierto que todo comenzó en 1976, cuando en realidad esta guerra ya venía dándose antes. De hecho el primer decreto de aniquilamiento fue firmado en 1975 bajo la presidencia de María Estela Martínez de Perón. Por otra parte es cierto que hubo gravísimos delitos cometidos por el Gobierno de facto, pero jamás se menciona que los grupos guerrilleros fueron responsables de asesinar argentinos con suma crueldad, entre ellos niños muy pequeños.

"...por la Verdad"

En esta época de la posverdad que estamos viviendo importan más los relatos que los datos duros. Es por eso que todavía muchas personas siguen sosteniendo el slogan de que hubo 30 mil desaparecidos, cuando la CONADEP (Comisión para la Desaparición de Personas) comprobó 7.954 casos, número reafirmado por una de sus miembros -Graciela Fernández Meijide- en diversas entrevistas. Como si esto no fuera suficiente, el ex militante montonero Luis Labraña, admitió en televisión abierta que la otra cifra fue inventada por ellos.

"Y la Justicia"

Los militares condenados por sus atroces crímenes cumplieron y cumplen su codena, pero varios de los grupos de civiles que también torturaron y asesinaron compatriotas continúan libres, e incluso ocupando puestos en el Estado. ¿Qué Justicia podemos estar conmemorando hoy cuando a la vista salta que no se ha dado a cada uno lo que merecía?

La corrección política es una de las prácticas más dañinas para una sociedad que busca poner los pies en la realidad y guiarse siempre por la verdad. En todo este tiempo la victimización resultó un gran negocio para muchas personas. Desde aquellos años al día de hoy abundaron los jugosos subsidios, grandes financiaciones, altos cargos políticos y demás beneficios bajo el disfraz de una supuesta reparación.

Estas heridas en nuestra historia no deben ser olvidadas, pero también es necesario dejarlas en paz para que sanen. El tiempo es un gran aliado para poder analizar las cosas que pasaron y entender los motivos que generaron esos enfrentamientos que jamás debieron haber ocurrido.

No está mal poner una fecha en el calendario para reflexionar sobre lo sucedido, pero tampoco es necesario frenar un país que más que nunca necesita el empuje de todos para salir adelante.

Si queremos mantener este feriado lo entiendo. Pero en ese caso dejémonos de repetir como loros que hubo un bando bueno y otro malo. Desafortunadamente lo que hubo fue gente que equivocó el camino llevándose puestas vidas, familias y mucha plata de los argentinos de bien.