En las últimas horas en la Escuela Técnica Guillermo Lehmann y hace unos días en la Escuela Ángela Peralta Pino, se sucedieron hechos de violencia interescolar protagonizados por alumnos de cada una de las instituciones. El delegado de la Regional de Educación, Gerardo Cardoni, en diálogo con CASTELLANOS, contó cómo se trabaja en torno a este tipo de hechos.

Durante la mañana de ayer, pasadas las 11.30, se registró en la Escuela Técnica Guillermo Lehmann un episodio violento protagonizado por un alumno, en el que debieron intervenir efectivos policiales.
En dicho establecimiento, un menor de 16 años lesionó a un compañero de curso con una tijera, generándole una lesión en la nalga izquierda, que derivó en el llamado al 107 para que pueda atender al alumno lesionado.
Lo cierto, es que se están manifestando episodios de violencia en las escuelas de la ciudad, y enseguida se alzan voces para juzgar los hechos desde un lugar improvisado. La escuela, tanto primaria como secundaria no es más que el mero reflejo de la sociedad actual y del estado de la familia, absorbida por un sinnúmero de problemas a los que no le encuentra solución.
Al consultar a diferentes referentes educativos, todos coinciden en que los niños y jóvenes no son naturalmente violentos, ni nacen así, son seres sociales que pueden contaminarse desde la familia o a través del contacto social por burlas, competencias, enfrentamientos de grupos…Cual es la solución? Echarlos de la escuela cuando se sucede un hecho como los que se sucedieron en Rafaela? Yo me arriesgo a decir que de ninguna manera.
Desde la Regional de Educación, su delegado Gerardo Cardoni, señaló a CASTELLANOS que "siempre se activa un protocolo que da intervención al equipo socioeducativo, a través del cual se trabaja con profesionales de distintas áreas, tanto con el alumno/a en cuestión, las familias, los grupos. Lo primero que buscamos es habilitar la palabra, escuchar a todas las partes afectadas o involucradas en determinada situación. No solo en estos dos hechos que ocurrieron recientemente, sino que siempre buscamos el camino del diálogo. Ante estos dos casos, lo primero que no debemos hacer es alejar a ese alumno de la institución. La escuela, me atrevo a decir, es de las pocas instituciones que contiene a todos: alumnos, padres, docentes".
"Cuando nos enteramos de esta situación, nos acercamos a la escuela, hablamos con el equipo directivo y aparentemente se da una situación entre dos estudiantes con un tema de una mochila y en donde uno de los estudiantes se enoja, toma este objeto y podemos decir que apuñala, pincha a este compañero. Si nosotros analizamos la cuestión física no fue tan grave, a este chico a la altura de la nalga se le tuvo que hacer un punto de sutura, pero sí pensamos en el hecho ocurrido dentro de la escuela, la actitud que toma uno de los jóvenes, a lo que nosotros apuntamos y empezamos a desandar para abordar este caso, fue hablar con el equipo directivo para que ellos nos puedan comentar lo sucedido de primera mano. Después, se acercaron los papás y la abuela del chico agredido y los recibimos acá en la Regional y los escuchamos", relató el delegado.
"Cuando estos hechos comienzan a repetirse, observemos el termómetro social y ahí está la respuesta, entonces es conveniente a través de un trabajo en equipo, armar protocolos de intervención. La solución no es buscar culpables, es buscar soluciones para que no se suceda una reacción en cadena que involucre a más instituciones. Juzgar a la institución involucrada, no es una opción, todos están expuestos. Trabajando juntos docentes, directores, supervisores, autoridades regionales, grupo socioeducativo, se pueden lograr grandes avances y toda la sociedad debe apoyar y no obstaculizar", advirtió Cardoni. Y agregó: "Este es el momento de organizar un trabajo cooperativo, para que sea efectivo y evite males mayores. Construir para sobrevivir, y fundamentalmente no criminalizar las infancias y adolescencias. Nosotros estamos formando a las futuras generaciones".

Acciones a llevar a cabo

"Tras lo sucedido se convocó a los progenitores de los estudiantes, ambos fueron retirados del establecimiento y lo que se va hacer es que por unos días quien llevó a cabo esta acción desafortunada, no concurra a la escuela. Eso por lo general se lo toma como una suspensión, pero nosotros queremos abordarlo desde lo positivo, que sea un tiempo de reflexión para ese estudiante, que pueda repensar lo que pasó, porque estoy sumamente seguro de que los estudiantes que protagonizaron ésto están arrepentidos. Lo importante aquí es darnos lugar a la recomposición del vínculo, planteó Cardoni a CASTELLANOS.