Las celebraciones por las fiestas suelen ser ocasiones propicias para el encuentro con familiares y amigos. Sin embargo, cuando no se guardan los recaudos necesarios los festejos pueden verse empañados por diversas contingencias que afectan nuestra salud.
Una de ellas es la aparición de enfermedades transmitidas por alimentos (ETA), cuyo riesgo suele incrementarse durante toda la temporada de calor y, especialmente, en los días de reunión en los que la manipulación y traslado de comida se realiza con mayor frecuencia de lo habitual.
Por ello, el Departamento de Seguridad Alimentaria del Gobierno Municipal, dependiente de la Secretaría Desarrollo Humano y Salud, a cargo de Gabriel Cáceres, recomienda y difunde una serie de medidas para garantizar unas fiestas y vacaciones seguras.
Consejos
- Agua y alimentos seguros: Se debe utilizar agua segura, lavar las frutas y hortalizas antes de consumirlas y seleccionar alimentos seguros.
- Limpieza e higiene: Es necesario lavar y desinfectar todas las superficies, equipos y utensilios utilizados en la preparación de alimentos. Además, es importante lavarse las manos con agua segura y jabón antes y durante la preparación de los alimentos, después de ir al baño y cada vez que sea necesario.
- Cocinar complementamente los alimentos: Se debe evitar que los alimentos queden crudos en su interior, sobre todo los trozos grandes de carnes, pollos enteros, carnes molidas, pescados y huevos. También, recalentar la comida complementariamente superando los 70ºC de temperatura.
- Separar y evitar la contaminación cruzada: Se debe recordar separar siempre los alimentos crudos de los cocidos y de los listos para consumir; conservar los alimentos crudos en recipientes cerrados y separados del resto, y en distintas zonas de la heladera para su almacenamiento; y utilizar tablas, cuchillos, repasadores y platos diferentes para manipular los alimentos crudos y cocidos.
- Enfriar y mantener a temperatura seguras: Es necesario mantener refrigerado los alimentos perecederos (debajo de los 5ºC); mantener bien caliente la comida lista para servir (por encima 60ºC); no descongelar los alimentos a temperatura ambiente; no cortar la cadena de frío durante el traslado de los alimentos; y no comprar alimentos que no hayan sido adecuadamente conservados o refrigerados.
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