A través de un relato en primera persona, el reconocido periodista deportivo y presentador Nicolás Cayetano, llevó adelante una exposición que tuvo el realismo y la crudeza de toda historia de vida “Hoy miro para atrás y me doy cuenta de esto comenzó desde que era un niño. Recuerdo que íbamos a jugar al fútbol con mis amigos y yo era el decía ‘el que pierde paga la cancha’. Desde ese momento necesitaba que haya una apuesta de por medio, no me alcanzaba con el simple hecho de jugar para divertirme. Si bien en ese momento no me daba cuenta, hoy creo que allí estaba naciendo algo vinculado con la necesidad de apostar, de jugar por algo que me generara mayor adrenalina”.
Frente a la pregunta por los momentos donde percibió que el hábito de apostar comenzaba a transformarse en una actitud compulsiva, el periodista respondió “Después de mucha terapia me di cuenta que me costaba mucho afrontar mis problemas. Siempre tuve esa dificultad para sentarme a hablar de las cosas que me estaban pasando, y en el caso del juego, eso es una cuestión clave. Siento que me fui metiendo cada vez más en ese mundo por no hablar, por no poder contar lo que estaba viviendo. El juego se transformó en un refugio donde me escondía para no hacerme cargo de mis problemas, sin darme cuenta que me estaba metiendo adentro del peor de todos. Por eso, la llave para empezar a combatir la ludopatía es hablar, contar lo que está pasando y buscar ayuda en profesionales”.
En su libro “No va más”, Cayetano refiere a la ludopatía como una enfermedad muy silenciosa. En relación a ello, nos contó que “Digo que es silenciosa por su carácter invisible. En este sentido, al comparar con otros problemas de consumo problemático; es mucho más sencillo detectar personas con problemas con el alcohol o drogas, ya que son flagelos que podemos observar en el aspecto físico. En el caso del juego, los jugadores desarrollamos una capacidad tremenda para la mentira y para el engaño. Aprendemos a esconder muy bien lo que hacemos y eso hace que para nuestro entorno sea más difícil ayudarnos”.
Hacia el final del encuentro, Milagros Schroder, representante de la fundación “Faro Digital”, remarcó la importancia de hacer visible la problemática a través de la comunicación con jóvenes y adolescentes “Necesitamos que internet deje de ser un espacio individual para que sea social, colectivo. Por eso es tan importante hablar con adolescentes sobre qué hacen en internet; qué les gusta; que los entretiene. La ludopatía es un problema de todos y nadie se salva solo”.
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