Francisco Pérez Torres
Nació en Níjar, provincia de Almería, España, el 21 de agosto de 1900. Llegó a la Argentina a los 9 años junto a sus padres y se radicaron en Rafaela. Enseguida comenzó a trabajar como cadete de la Farmacia Miedan y luego como mensajero, valijero y cartero en el Correo. Su escalón siguiente fue como auxiliar en el Banco Español, luego corresponsal y viajante del Frigorífico Rafaela, gerente y vendedor de Storero Hermanos y a continuación vendedor de autos para Enrique Gatti.
Paralelamente a sus empleos, comenzó a crecer en él la vocación periodística. Su primera colaboración fue con "La Patria", de Antonio Guirao Navarro. Junto a un grupo de entusiastas fundó "Juventud Sportiva", órgano semanal del Club 1° de Mayo. Escribió además para El Independiente, Sancho Panza y El Diario.
En el año 1923, Pérez Torres fundó CASTELLANOS, una primera versión que tuvo vida efímera. En 1924 integró una sociedad con Leopoldo López, Santos Bufelli y Rafael Actis, de la cual se separó en 1926, en que emprendió la edición de varias publicaciones centradas en las 500 Millas Argentinas. En esa época produjo una filmación documental sobre la mencionada competencia y sobre las distintas actividades de la ciudad. A continuación, entre 1933 y 1935, colaboró con tres publicaciones de Paraná. En 1937 realizó una revista dedicada a las 500 Millas de ese año. Finalmente, con la experiencia recogida y la voluntad intacta, en 1938 se asoció con Juan Bautista Audenino para fundar el CASTELLANOS.
Francisco de Paula Germán Pérez Torres, tal su nombre completo, se casó con Elena Emma Anita Gatti Perino el 6 de abril de 1929; tuvieron una hija: Ercolina Elena. Utilizó algunos seudónimos en ciertas publicaciones: Mate Amargo, Juan Pueblo, Francisco de Níjar. Además de su acción periodística, tuvo una activa participación política, formando parte de la UCR.
Juan Bautista Audenino
Nació en Vila en 1896, en un hogar de colonizadores, ya que su madre, doña Ángela, integró el grupo que, capitaneado por Guillermo Lehmann, fundó Rafaela. Se adhirió a la corriente radical de Alem, Yrigoyen y Alvear, siguiendo la corriente que consagrara a Manuel Menchaca.
No se le conoce una notoria actividad periodística, pero sí una intensa militancia política, que lo llevó a acompañar a Pérez Torres en la fundación y sostenimiento de CASTELLANOS. El mismo fervor que puso en los ideales políticos lo consagró en el proyecto de comunicación, que le permitió aunar las dos etapas y permanecer en la misma senda ideológica.
Se hizo cargo de la gestión administrativa, con no pocos problemas de sustentabilidad. Nada lo hizo retroceder, hasta su fallecimiento el 31 de agosto de 1965 a los 69 años.
Tiempos violentos
Las corrientes políticas herederas de la década infame no heredaron gestos y acciones para expresarse y combatir al adversario. Como suele ocurrir -incluso en la actualidad- los medios adversos se convierten en blanco de acciones violentas. CASTELLANOS, desde sus orígenes, con una confesa inclinación radical, debió sufrir las consecuencias de un modo de expresión directo.
Entre 1939 y 1940, CASTELLANOS padeció tres clausuras temporarias. En 1943 fue clausurado por 30 días; en 1950 el tiempo se extendió a 105 días. En 1951 se prohibió su circulación por correo en todo el territorio nacional, por lo que se optó por enviarlo en bolsas cerradas por encomienda de ferrocarril. En 1955 se intentó incendiar los talleres gráficos.
Los ataques no sólo se concretaron hacia el medio periodístico sino además a la persona de su director, Francisco Pérez Torres. Sufrió prisión en 1940, 1943 y 1951. Fue sancionado por desacato a la autoridad en 1939 a raíz de su campaña contra la prostitución y el juego clandestino. La figura de desacato se repitió en 1953, demandado por el Jefe de Policía fundamentado en los alegatos por el aumento de la delincuencia. El 13 de agosto de 1940, Pérez Torres fue herido en un atentado criminal.
Los riesgos emergentes de un estilo directo y franco produjeron en el entonces periódico CASTELLANOS una consecuencia violenta.
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