Cuando un adiós es para siempre, suele ser muy triste, es un momento que uno no quiere vivir pero que sabe que no puede evitarlo. Este fin de semana a muchos rafaelinos nos tocó decir adiós, porque nos dejó una persona muy importante que marcó la vida de muchas personas, el Dr. Miguel Lisi, el reconocido pediatra que dedicó su vida a la vocación que amaba. "Lito", como lo llamaban los más cercanos, nos dejó en la madrugada del día sábado -poco antes de la 1:00 am- a sus 90 años, para irse y reencontrarse con Esperanza, su mujer, quien falleció años atrás.
Obviamente, quienes más sufrieron esta pérdida fue su familia y amigos, a quienes les brindo mi más sentido pésame y les pido que entiendan que esta nota está hecha con el mayor de los respetos hacia todos ellos. Sin embargo, decirles que este es un dolor compartido con una gran cantidad de personas, ya que nos dejó "mi médico" y el médico de muchos, de chicos, de adolescentes y de ya adultos.
El Dr. Lisi acompañó y curó en la infancia y adolescencia a muchos vecinos de la ciudad y la región, dejando una imborrable huella en los recuerdos de cada uno. Todo aquel que lo conoció lo recuerda por su buena vocación, por su predisposición, por su constante necesidad de querer aprender y saber más. Estos atributos fueron reconocidos a lo largo de su vida. En 2019, el Concejo Municipal le otorgó el premio "Rafaelino Distinguido", describiéndolo como una persona honesta, trabajadora y responsable, con un fuerte sentido de la justicia. De la misma manera, uno año después, en 2020, la Cámara de Senadores de la Provincia de Santa Fe honró y elogió sus más de 60 años de dedicación incansable al servicio de la salud. Esos fueron solo dos de los reconocimientos que recibió de los tantos que merecía.
Con sus pacientes era totalmente amable, buscaba la manera de entretenerlos para que no sientan dolor, siempre con algún chiste, algún juego, alguna distracción que los hacía reír. Además, algo que cada uno de ellos no olvidó y es el hermoso gesto que tenía, que era un detalle pero que significaba y aún significa mucho para cada uno de los pacientes que fueron atendidos por él, el caramelo que te regalaba cuando terminaba de atenderte. Ese simple mimo, es hoy en día un hecho y recuerdo compartido entre muchas personas, uno que demuestra el cariño y corazón del querido doctor.
De la misma forma, con los padres era totalmente amable, les explicaba con dedicación cuál era el problema de sus hijos, se preocupaba tanto por los pacientes como por ellos, los acompañaba en su malestar y los ayudaba.
Todo esto no es algo que sólo dice quien escribe esta nota, una de sus pacientes, sino que lo dicen muchos de los que lo conocieron y fueron atendidos por él. En los comentarios del posteo que realizó Diario CASTELLANOS en su cuenta de Instagram puede verse reflejado el cariño de la gente, en más de cien mensajes que fueron dejando, casi todos diciendo lo mismo: "gran profesional y excelente persona".
Un ejemplo a seguir
Como indica el inicio de esta nota, hoy nos toca decir adiós, pero más allá del lamento y de los buenos recuerdos, este adiós tiene que servir para mucho más. La partida del doctor tiene que servir para reflejar lo que era: un ejemplo para los actuales y las futuras generaciones de profesionales. Ojalá que este adiós traiga más doctores como él, con total vocación y con un amor inmenso por su labor, el cual trasladaba con un cariño imborrable para la memoria de todos quienes los conocimos y lamentamos su partida. Que en paz descanse querido doctor Lisi.
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